Cuando se transfirieron, lo hicieron con cientos de otros.
La verdadera pesadilla comenzó en ese momento, pues los monstruos que los rodeaban eran mucho más fuertes que los que habían encontrado antes.
Había tantos, decenas y decenas de ellos, y su fea apariencia hizo que muchos se paralizaran de miedo, convirtiéndose en presas fáciles para comer.
La forma en que la gente era destrozada era cosa de pesadillas, infundiendo terror en el corazón de más personas y, a su vez, volviéndolos víctimas fáciles.
Era un ciclo horrible.
Pronto, la lucha comenzó y algunas personas lograron salir del shock y defenderse. Aunque los monstruos eran fuertes, ellos eran muchos más en número.
Eso fue lo que algunos pensaron al principio, pero rápidamente se dieron cuenta de que los monstruos no eran nada comparados con los zombis en Terrano.
Eran mucho, mucho más fuertes y ni siquiera un grupo de hombres robustos podía vencer a un monstruo sin que alguien perdiera un brazo, una pierna y su vida.