Una sociedad estaba hecha de personas y, por lo tanto, debía ser manejada por ellas.
Aunque habría muchas ineficiencias y quizás también errores, al menos comparado con depender completamente del sistema, a Altea no le importaba.
Solo cuando había espacio para el crecimiento las personas realmente lo hacían. Nunca permitiría que su gente se estancase y se quedara atrás con el tiempo.
Volviendo al sistema de justicia, reflexionó que definitivamente habría más conflictos de áreas grises en el futuro que de cualquier otro tipo.
Ella quería que el territorio tuviera un sistema objetivo, asistido por el sistema Universo, pero al mismo tiempo no quería que este 'organismo' fuera un robot insensible.
El delicado equilibrio debía alcanzarse de alguna manera, y así era como el equipo de Matilda entraría en juego.
Silenciosamente, sus ojos se centraron en un nombre en particular, uno de los oficiales que acababa de invitar.
Jun Suárez.
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