El entrenamiento de Alex y Aria bajo la tutela de Caius se intensificó con lecciones que trascendían el mero control de sus habilidades. Caius introdujo una dimensión más profunda y peligrosa de la magia: la manifestación del elemento del aura mediante el sacrificio. Esta técnica avanzada requería que el practicante sacrificara su propia energía vital para amplificar significativamente su poder. Sin embargo, este aumento de fuerza venía con un precio elevado: el agotamiento extremo e incluso el riesgo de acortar la vida del mago.
Caius: "La magia es un arte de equilibrios. Podéis potenciar vuestro poder, pero cada acción tiene su costo. Sacrificar parte de vuestra energía vital puede daros la ventaja en una batalla, pero abusar de este poder puede llevaros a un final prematuro. Es una decisión que no debe tomarse a la ligera."
Mientras Alex y Aria digerían la gravedad de estas revelaciones, Caius les enseñó la importancia de fortalecer el vínculo con sus familiares. Para Alex, esto significaba profundizar su conexión con su pantera negra, compartiendo momentos y emociones, entendiendo que el respeto y el cuidado mutuo eran esenciales para un vínculo fuerte. Aria, por otro lado, trabajaba en perfeccionar su control del aura, aprendiendo a manejar su poder de manera más eficiente para minimizar los riesgos.
Caius: "Un vínculo fuerte no solo amplifica vuestro poder, sino que también os protege. Vuestra relación con vuestros familiares es una fuente de fuerza y seguridad."
El entrenamiento también incluyó lecciones sobre los demonios, seres cuya energía parecía infinita, lo que les permitía incrementar su poder sin las limitaciones humanas. Caius explicó que un demonio que lograba manifestar su aura era un oponente formidable, debido a su capacidad para aumentar su fuerza sin cesar. Sin embargo, alcanzar tal maestría requería siglos, proporcionando una pequeña consolación ante la amenaza que representaban.
En medio de estas revelaciones y entrenamientos, una sombra se cernía sobre la Torre de los Magos. Thalrion, cuyo odio y poder habían cruzado el umbral hacia lo inimaginable, había logrado infiltrarse en la torre. En su búsqueda por más poder y conocimiento, asesinó a un mago desprevenido, absorbiendo su fuerza vital y adoptando su apariencia para moverse sin ser detectado. Esta forma grotesca, ahora oculta bajo la identidad de su víctima, le permitía caminar entre los magos y aprendices, buscando el momento y el objetivo perfectos para sus oscuros propósitos.