Al bajarme del carruaje lo normal sería que siempre un caballero me ayudara a bajar, pero en esta ocasión es aquella mano que tanto odio la que debo sujetar.
Extendí mi mano más sin embargo como si mi cuerpo me advirtiera sobre el peligro no lo termina de alcanzar. Dante me alcanzó y sujetó con fuerza aquella mano que una vez él había destrozado al punto de dejar mi dedo anular y meñique sin casi movilidad. Se acerco a mi oído y me dijo:
- ¿Qué pasa mi pajarito? ¿estás nerviosa? Tranquila yo te ayudare a tener un magnífico debut.
«¡Aaghh! Maldito, si supieras que mi debut fuera magnífico solo con el hecho de tu no estuvieras aquí».
Un caballero anunció nuestra entrada al gran salón del palacio imperial.
"Esta entrado la familia ducal; Duque Lucian Rousent, Duquesa Regina Rousent, Su hijo mayor Dante e hijos menores Leonis y Lady Monserrat Rousent."
Todos los presentes en el salón miraban a los Rousent, no había ni una sola persona que no había puesto sus ojos sobre la familia ducal más honorable. El duque Lucian quien era considerado la mano derecha del emperador Rafael, Regina la reina del mundo social, Dante el joven heredero del ducado Rousent, Leonis el genio del siglo y la gran belleza de pelo largo castaño ondulado, con ojos tan brillantes como la esmeralda y piel clara quienes todos sabían que sería coronada como princesa heredera.
"¡Wow, es muy hermosa!" "Su vestido es una maravilla" "su único defecto es no ser una noble pura, pero su expresión y porte son muy correctos" "El joven Leonis ha crecido muy apuesto" "Mis hijos dijeron que en la academia Leonis nunca obtenía menos de 100 puntos" "¿Cuál señorita se llevará el joven duque esta noche?" "Wao vieron ese gran diamante en el collar de la duquesa Regina"
La gente susurraba una y otra vez sobre nuestra familia en cada paso que dábamos.
Éramos el centro de atención de la fiesta hasta que anunciaron la única familia que superficialmente era igual a los Rousent, 'Escalante', pues la realidad era que había sobrepasado a Rousent en su fortuna con los negocios comerciales y mineros y también tenía la mejor orden de caballeros de todo el imperio 'Los caballeros negros'.
"Haciendo su entrada la familia ducal Escalante; Duque Marcus Escalante y su sucesor Ashek Escalante."
El duque Escalante era una persona de edad media quien ya se valía de un bastón para caminar, era una de las personas más respetadas del imperio no solo por poseer nuestro mismo estatus sino también por construir una gran fortuna en el desarrollo de minas y éxito en todos los negocios que decidía invertir también considerado una persona de gran corazón al ayudar en gran medida con donaciones a hospitales y orfanatos.
Su sucesor Ashek Escalante también era alguien muy destacado ya que no era hijo legitimo del duque, era un niño que la difunta duquesa había encontrado tirado en medio de la calle una noche lluviosa tras haber recibido una paliza. Luego de varias semanas de cuidado los duques Escalante quienes se amaban mucho, pero no habían podido tener la bendición de un hijo luego de muchos años de intentar se habían encariñado con el niño y decidieron adoptarlo.
A diferencia de Leonis quien era considerado el genio erudito, Ashek había entrado en la academia militar y era considerado el genio espadachín y el comandante de la orden de los caballeros dorados que pertenecía a la familia imperial.
Yo no puedo quitar mis ojos de él, quizás es porque en la historia del libro recuerdo que decía que él era una persona tranquila, pero también muy peligrosa y sanguinaria.
Frederick me había hablado sobre Ashek Escalante quien es uno de sus pocos amigos y que a pesar de siempre verse como alguien sereno y aburrido era muy honorable y leal, eran amigos desde la infancia y Frederick había sufrido un intento de asesinato por los 'Kuroi'. Los Kuroi son el grupo de rebeldes adoradores del dragón. Ashek al ver a Frederick herido lloro como un bebé y le juro que sería un caballero que lo protegería.
Ashek se fue a estudiar para convertirse en caballero y en una de las últimas cartas que Frederick me envió me dijo que Ashek había regresado de graduarse de la academia militar con todos los mejores honores y era el único maestro de espada del imperio.
No se alistó en los caballeros de su familia si no en los caballeros dorados para poder ser su escolta.
«¡Eh! Creo que miró hacía mí.»
"A continuación se presentan el gran sol del imperio el emperador Rafael I Solaris de Ruah y el príncipe heredero Frederick Solaris de Ruah"
Todos agachamos nuestras cabezas para mostrar un saludo de respeto a la familia imperial.
-Pueden levantar sus cabezas. –dijo el emperador
- Es una alegría para mí el poder celebrar el cumpleaños número veinte y uno (21) de mi único y amado hijo Frederick, espero que todos ustedes también disfruten con alegría de estos tres días que he decidido designar como festivos en honor a mi heredero. Que la diosa Aris bendiga siempre tu vida mi amado hijo, que tu flor renazca y te de mil años más, que nuestra línea de sangre continúe por millones de años y seas un maravilloso soberano para tu pueblo. ¡Salud!
* ¡Salud! *
Frederick había combinado su traje del mismo color del vestido que me regalo para usar esta noche.
El desde aquel lugar más alto que los demás y con esa sonrisa en su hermoso rostro me parecía la persona más brillante en todo el mundo.
«De verdad, de verdad debo hacer todo lo posible para ayudar a Frederick. Ahora solo quedan tres meses para que empiece el primer atentado que conducirá a la guerra en contra de los fanáticos rebeldes. Cuando pasen estos tres días de banquete vendré al palacio y hablare con Frederick, debo buscar la forma de explicarle cómo es que sé sobre que ese atentado ocurrirá en la frontera y esperar que me crea.»
Frederick fue rodeado por los nobles y yo estaba totalmente perdida mirando a Frederick, si él se sorprendía yo me sorprendía también, si él se reía yo también me reía. Inconscientemente en una esquina del salón yo estaba copiando cada uno de sus gestos.
«¿Eh? De repente ¿Qué está buscando con su mirada?»
Cuando Frederick alcanzo a verme se disculpó con los nobles de forma abrupta y caminó rápidamente hacia mí.
- ¡Monserrat! ¡sabía que el vestido te quedaría perfecto no había dudas de que serias la más bella de esta noche!
-Saludos pequeño sol del imperio!
Frederick se inclinó, extendió su mano y sutilmente me dijo:
-Lady Rousent me concede el honor de su primer baile.
Mi corazón se exaltó y mis orejas se tornaron tan rojas como un tomate. Extendí mi mano y acepté la invitación de mi hermoso y tierno príncipe.
Todos nos miraban y cotilleaban sobre la linda pareja que hacíamos mientras que yo me sentía en una nube danzando, mirando los ojos azules que me transportaban a una dimensión de pura felicidad.
La canción terminó Frederick se inclinó y beso el dorso de mi mano y en el mismo centro de la pista Frederick llamó al sirviente que llevaba las copas de champán, me paso una a mi y tomo una para él y dijo en voz alta:
-En este día tan maravilloso le quiero dar la gracias a cada uno de ustedes por venir y celebrar mi mayoría de edad, pero hoy no solo es un día para celebrar por mi cumpleaños si no también para celebrar por la unión entre Rousent y Solaris. Hoy anuncio oficialmente mi compromiso con lady Monserrat Rousent quien desde hoy se ha convertido en mi princesa heredera.
Yo estaba tan avergonzada y sorprendida pues no sabía que anunciaría nuestro compromiso en este preciso momento.
Todos aplaudían y sonreían de alegría al escuchar la noticia de que lo nuestro ya era oficial.
El emperador quien tenía una apariencia guapa y madura se acercó a nosotros para felicitarnos.
-Lady Rousent espero que este sea el inicio de una unión llena de amor y responsabilidad. El cargo de emperatriz no será fácil, pero confío en que usted sabrá manejarlo y servir de la mejor forma al futuro emperador de Solaris. Que la diosa Aris los bendiga y les otorgo mi bendición.
- ¡Muchas gracias por sus palabras y bendición su majestad!
Los caballeros nobles abordaron a Frederick mientras que a mi me abordaron un grupo de Damas nobles. Todas felicitándome y entusiasmadas con el tema de haberme convertido en la princesa heredera.
Estaba un poco nerviosa pues no sabía muy bien cómo socializar con estas damas quienes eran mayor que yo así que sin darme cuenta mientras sonreía y agradecía vacié la copa de champán que Frederick me había dado para brindar.
Un sirviente se acercó a mí para cambiar mi copa vacía.
Al pasar unas horas ya estaba exhausta de las damas.
«¡Urrgh! Me siento algo mareada ¿Será que me he embriagado?»
Me disculpé con las damas y salí hacía al jardín trasero para tomar un poco de aire y donde sabía que no me encontraría con muchas más personas que me agobiaran más con sus charlas y felicitaciones.
Al caminar hacía allí no me percate de lo mal que me sentía al sentarme.
«¡Ahh…! Realmente estoy muy mareada»
Mis ojos que miraban aquella hermosa noche estrellada de pronto miraron hacía el frente.
Dante estaba para justo frente mío y lucas a su lado.
-Vaya, vaya si es mi pequeño pajarito que se ha escurrido de la fiesta. –dijo Dante.
- ¿Qué pasa lady no puede hablar? –dijo Lucas.
-Al parecer el pequeño pajarito bebió de una fuente de la que no podía beber.
En verdad no me sentía en mis cabales y lo único que pensaba era en descansar así que sin pensarlo les dije:
- ¡Lárguense! No eshtoy para us tonteshias hoy.
Ellos solo se mofaron de mi como siempre.
-Sí burlenshe toooodooo loooo queee quieran de miii agora, pero ya saben queee soiii la novia del ombre massss lindo y podersho de este imperio. Cuando me cashe me vendresh a vivir a este gran castillo y jamásh pisare la maldita mashion Rousent. ¡Jajajaja! Esh más jamash volveré a verte maldito Dante.
Aunque mis ojos comenzaban a nublarse pude ver como la cara de Dante empezó a tornarse con aquella sombría mirada en la que tenía cuando ahogó aquel polluelo cuando era niña y aquella ira que brotaba por sus poros aquel día en que martilleó mis manos.
- ¡Eres una maldita zorra arrogante!
Dante agarró mi cabello con fuerza y empezó a arrastrarme fuera del camino hacía la oscuridad.
Lucas quien miraba asustado le dijo a Dante:
- ¿Dante qué harás? Solo déjalo pasar por hoy, si la princesa llega golpeada o marcada nos meteremos en un gran lío.
- ¡Cállate imbécil!
Aproveché esos segundos en que Dante y Lucas discutían para zafarme y correr.
- ¡Tsk! Eres un idiota Lucas.
Dante empezó a correr por la oscuridad detrás de mí. En el estado que me encontraba era mas que obvio que no pasaría mucho para que él me alcanzara.
Sujetó un mechón de mi largo cabello y tiró hacia atrás. Yo me caí de espaldas mientras y el cayó arrodillado y mirándome desde arriba con una cara de cansancio y locura me dijo:
- ¡Es hora de que entiendas que jamás podrás escapar de mi pajarito!