El conde Ferrant se percató de aquella sonrisa que le mostré a mi hermano Dante y dijo:
- ¡jo jo!, la señorita Monserrat realmente es muy hermosa, el príncipe heredero estará encantado con tal belleza de tan buenos modales.
- Así es conde nuestra niña es muy aplicada en sus estudios, porque no continuamos nuestra charla conde sería bueno que me siga hablando de esas hermosas telas que trajo de su viaje. –dijo la duquesa.
- Por supuesto sería un honor.
Yo miré a la duquesa por un instante al decir eso de forma tan feliz que me di cuenta lo gran hipócrita que era pues buscaba cualquier excusa para abusar de mi en cualquier momento.
«Ahh pensé que hoy podría disfrutar más y comer postre, pero en el momento que ellos se retiren seguro de inmediato un guardia me llevara al anexo».
Mientras era escoltada hacia el anexo mi hermano Dante apareció junto a Lucas, Dante le dijo al guardia:
- Puede retirarse yo me haré cargo de escoltarla desde aquí.
- Pero joven amo tengo órdenes estrictas de llevarla directamente al anexo.
- Osas desafiar mi orden caballero.
- ¡No joven amo, me iré inmediatamente!
«Mi hermano Dante tomó la iniciativa para pasar un rato junto a mí, lo mejor es que lo saludé de forma correcta» pensé.
- ¡Buenas noches, hermano! Me alegra mucho que me acompañes.
Él no me devolvió el saludo y como siempre solo me miraba fijamente y sonreía. Así que me sentí un poco tímida y nerviosa al ver que no me contestó. Su amigo Lucas de pronto soltó una carcajada:
- ¡Jajaja Jajaja! ¡oh por Dios Dante esto es muy gracioso!
- ¡Has silencio Lucas! ¡Vamos a dar un pequeño paseo! –dijo Dante.
Yo me sorprendí un poco, pero estaba muy feliz de seguirlo ya que era la primera vez que mi hermano mayor me invitaba y también porque a pesar de vivir en esta gran propiedad solo había recorrido el camino del anexo a la mansión principal.
Llegamos a un área donde había varios establos. Dante se detuvo y me dijo:
- ¿Qué animal te gustaría ver primero?
-Mmm... me gustan las aves hermano Dante.
-De acuerdo entonces vamos a donde están las aves.
Entramos a una inmensa jaula donde había un montón de aves de todo tipo, desde canarios hasta pavos reales. Estaban la mayoría dormidos y algunos se despertaron quizás por nuestro ruido al entrar. Estaba maravillada de poder ver aquel lugar con tan hermosas plantas y aves de especies que solo había visto en los libros en mi antigua vida, pero me sentí un poco triste al verlos encerrados sin poder volar pues me gustaban muchos las aves, pero más me gustaba verlas con sus alas extendidas volando libres por el cielo.
- ¡vamos ahora hacia donde están las aves de corral! –dijo Lucas
- ¡Sí vamos! –contestó Dante.
Entramos al establo donde se encontraban las gallinas y Dante me miró con aquella sonrisa que siempre tenía para mí.
-Sabes Monserrat este es el lugar al que realmente perteneces. Ya que te gustan tanto las aves considéralo como una caridad el que te haya permitido escoger con que tipo de animal dormirás esta noche.
- ¿De qué estás hablando hermano Dante?
Jajajaja jajajaja – sonrieron Dante y Lucas.
- ¿Cómo te atreves a igualarte conmigo llamándome hermano? Eres solo una rata que se a escurrido a la gran familia Rousent. Ahora que lo pienso no pudiste comer el postre debido a que los adultos se retiraron primero ¿verdad?
Estaba estupefacta y a la vez sentí un temor al ver la cara burlona y llena de malicia que había puesto Dante.
-Lucas dame la bolsa que está allí. –dijo Dante
Lucas le había pasado la bolsa a Dante quien luego me la dio.
-Tomalá y ábrela pe-que-ña hermanita.
Sabía que no se trataría de algo bueno así que no quise tomarla así que el la abrió y la vertió en toda mi cabeza... era alimento para aves.
- ¡Te dije que la tomaras pequeña ingrata! Ahora es mejor que comas tu postre.
Me negué a hacerlo con ojos llorosos pero llenos de rabia. El me agarró por el cabello y con esa cara malévola se acercó a mí y me dijo:
-Más te vale que lo comas si no quieres que te golpee toda la noche escoria.
Me negué una vez más.
*Zaaasss*
Dante me golpeó en la cara, Lucas apresuradamente le agarró la mano y le dijo:
- ¿Te has vuelto loco?
Me escudé en Lucas quien detuvo a Dante, pero el me pateo y dijo:
- ¡Aléjate de mí estúpida niña! Dante sabes que no puedes pegarle en la cara los demás se darían cuenta de lo que hemos hecho además sabes muy bien que solo quedan unos días para que conozca al príncipe heredero ¿quieres que haya malos rumores y nuestros padres nos castiguen?
-Tienes razón aahh la verdad es que esta pequeña rata insolente saca a cualquiera de sus casillas. Bueno si no quieres comer tu postre por las buenas que tal si lo hacemos de un modo más satisfactorio.
Dante tomó a uno de los pequeños polluelos que había en uno de los nidos y lo entró en una cubeta llena de agua.
No podía creer lo cruel y espantosa que se había convertido aquella sonrisa amable que me mostraba. «¿Cómo es que pueden existir personas tan crueles para hacerle daño a criaturas inocentes?»
- ¡Por favor para Dante!
-Si no comes el postre que especialmente he preparado para ti entonces seguiré ahogándolos uno por uno y todo será tu culpa.
Había matado al pobre polluelo sin ningún tipo de culpa. Tomó otro y yo no tuve más opción que aceptar y empezar a comerme aquel alimento seco y duro para animales. Dante puso al polluelo que tenía en sus manos devuelta a su lugar y dijo:
-Jajajaja ¡bien hecho!
Las carcajadas que ellos emitían al verme comer eran aún más desagradables que el disgusto que sentía en mi boca.
Cuando por fin pararon de burlarse de mí se dirigieron hacia la puerta. Dante me dijo:
- ¡Que tengas buenas noches hermanita! Se que aquí te sentirás como en tu verdadero hogar. Si tienes sed bebe de la cubeta que está allí jajajaja ... ¡Ah! Me di cuenta de que desde hace un rato me llamas solo por mi nombre, desde hoy me llamaras hermano cuando estemos delante de los demás y cuando estemos a solas debes llamarme joven amo. ¡que descanses o trata de salir y llegar por tu cuenta!
Cerraron la puerta y se fueron. Con lágrimas en mis ojos saqué al pobre polluelo de la cubeta lo puse a un lado y fui a tratar de abrir la puerta no podía quedarme ahí porque ya imaginaba lo que pasaría en la mañana cuando fueran a buscarme para tomar mis clases y yo no estuviera.
Cogí una de las herramientas que había y la entre por la pequeña abertura que había entre ambas puertas para poder sacar el pestillo que la mantenía cerrada, tras varios intentos lo logré. Volví a recoger el polluelo para en mi camino de regreso encontrar un lugar adecuado para sepultarlo.
Todo estaba muy oscuro cuando venía de camino a los establos no me di cuenta de nada por estar emocionada al poder conocer un lugar nuevo y poder compartir con Dante.
«Aahh que estúpida fui. ¡Oh! Aquí hay un buen lugar.»
Cavé con mis manos un pequeño agujero para sepultar al polluelo debajo de un gran árbol de roble que había de camino.
-Lo siento mucho pequeño, espero puedas reencarnar como un hermoso colibrí y puedas volar libremente por las flores.
Me quité los zapatos que me apretaban y seguí caminando descalza, había tomado el camino equivocado por lo que para llegar al anexo camine alrededor de una hora.
Al llegar al oscuro y solitario anexo tome tanta agua que sentía que el estómago me reventaría, me lave los dientes y me duché.
En mi habitación siempre tenía mucha medicina de las mejores calidades, como estaba acostumbrada a recibir las golpizas de la duquesa ya incluso sabía cómo tratarme a mí misma así que me trate las heridas de los pies y de mi mejilla. Estaba tan cansada que inmediatamente me curé y me quedé profundamente dormida.
. . .
Dentro de mi sueño volví a sentir aquella energía confortable y cálida que sentí en mi primer desayuno con los Rousent esta vez estaba en un lugar totalmente en blanco y sentada en una roca. Vi a una mujer con el pelo de color rosa muy largo que tenía tejidas unas lindas trenzas en su lado derecho. Entre cerré los ojos para poder mirar su cara, pero seguía viéndose muy difusa. Al acercarse se agachó y puso su frente en mis pies, derramó unas lágrimas y dijo:
-Mi preciosa niña e fallado, sigue siendo fuerte, vive y no pierdas las esperanzas de ser feliz pronto enviaré a alguien a protegerte.
Desperté y una vez mas fue un sueño que extrañamente me dio energías y ánimos para seguir en este infierno de familia.
Mis pies habían amanecido sin un solo rasguño.
. . .
Unas semanas más tarde el duque Lucían me había llamado a su oficina. Con él se encontraban la duquesa Regina y su hijo mayor Dante quienes prácticamente se turnaban para torturarme todos los días. Preferiría mil veces que me trataran como una simple criada a estar soportando los abusos físicos de Regina cada vez que recordaba las infidelidades del duque y los abusos psicológicos e infantiles de Dante, aunque extrañamente hace una semana que se han mantenidos muy tranquilos.
-Saludos duque, duquesa y joven amo.
-Buenos días, Monserrat toma asiento... Monserrat como ya sabes ha llegado el día en que conozcas al príncipe heredero, esta tarde el estará visitando nuestra casa, se ha organizado una fiesta de té para que se conozcan así que trata de agradarle y no hacer nada que lo disguste.
- ¡Sí duque! –contesté.
- ¡Ja! Espero que mantengas un comportamiento digno y no te comportes como una animal hermanita. –dijo Dante con una cara burlona.
-No creo que sea capaz de tal cosa mi niño he puesto mi mayor dedicación en que tenga una conducta noble impecable.
«Por fin podre conocer al príncipe del libro lo describían como alguien muy honorable y de buen corazón».
-Ya puedes retirarte. –dijo el duque
Así me fui a prepararme para recibir al príncipe heredero en la tarde.