¿Cuanto tiempo pasó eh? ¿Pensaste que había desaparecido? La verdad es que... bueno, sí puede ser.
¿Donde me había quedado? ¡Ah, si! Me había despertado, llovía, el día venía como la mierda, el terrier, el colectivero, el pibe este del colectivo, el tachero, los inútiles del trabajo, la cagada a pedos, la panadería, y el de las bolsas...right... ¡Continuemos!
...
Mientras volvía de vuelta al trabajo,me desvié para comprar una afeitadora eléctrica (La que tenía se había roto. De nuevo. No sé si es el cable o la batería que vienen cada vez peores). Empecé a comer los sandwiches que había comprado y en la cabeza me empezaron a retumbar los recuerdos de la reunión de hacía un rato atrás:
-"Juan José, ya hablamos de esto. Venís con los pantalones mojados, el uniforme desprolijo, llegás tarde, despeinado, la barba descuidada...Tu rendimiento ya no es el mismo desde hace un tiempo y se está notando..."-me dijo decepcionada.
No la miraba, yo tenía los ojos clavados en la mesa. No podía dejar de mirar el anotador Post-it que tenía sobre el escritorio. Sentía la cara caliente por lo que seguro me estaba poniendo colorado (más de lo usual) como siempre me pasa cuando me siento avergonzado.
"Si encima la miro a los ojos seguro que se altera más"-pensaba por adentro. Por eso seguí mirando fijamente los anotadores, que con esos colores me hacían acordar una cassata. No la torta que hacía mi nona siciliana, el helado cassata. "Uy, que antojo de helado che..."
-"¿Me estás escuchando? Mirame cuando te hablo por favor"- me dijo con ese tono "helado" (je!) que me hacía estremecer.
-"Que lo parió. No entiendo esa cosa de querer mirar a los ojos a la gente. Me altera y me da vergüenza...Eso y que me caguen a pedos enfrente del resto. Eso también me altera.. Sí, ya sé. No puedo más de pelotudo la verdad"
Levanté los ojos y le respondí: "Si si, te oigo". La miré directo sin decir nada durante lo que sentí fue una eternidad.
-"Uno, dos, tres segundos...¿Para qué quieren esto? Si siempre pasa lo mismo, quieren que uno los mire a los ojos, y al toque se ponen incómodos y miran para otro lado...cuatro..."-continué contando hacia adentro.
Y de forma precisa , como ninguna app de colectivos del país, en el segundo cinco me esquivó la mirada con un sutilísimo gesto de repulsión.
-"No entiendo para qué insisten con esto si es siempre igual..."- Me di cuenta que me estaba frotando la cicatriz del ojo izquierdo. Más me toco y peor se pone. Bajé la mirada de nuevo.
-"¿Esas gomitas de borrar con forma de frutas tendrán saborizantes?"-empecé a divagar de nuevo.
-"Además, ya tuviste problemas con los otros miembros del equipo..."-continuó. Al oír esto un escalofrío me sacude la espalda.
-"¿Porqué me pasa esto? ...¿Porqué me odian?, ¿qué mierda les hice yo? Si ni siquiera quiero que me vean, ni que me hablen ni nada, ¿porqué me persiguen?.. Me molesta el estómago... ¿Y ahora qué hago? ¿Porqué siempre termino igual? ¿Porqué soy tan distinto?...Che me falta el aire... ¿Porqué siempre me pasa lo mismo? ¿Qué es lo que se supone que tengo que hacer?... ¡¿Cómo hago para ser normal como los demás y que no me rompan las pelotas?! "
Las preguntas empezaban a brotar desde algún lugar del pecho, me hacían un nudo en la garganta y me asfixiaban. Pero este no era el momento ni el lugar para hacer escenas. Tenía que calmarme, si total no me iban a escuchar.
Cerré los ojos y respiré profundo intentando calmarme y recuperar el control. Tenía que callar esas mil voces que me gritaban desde todos lados y no me dejaban pensar. Necesitaba callarlo todo."¿Qué tengo que hacer? ¿Cómo lo hago? ¿Pero esto está bien? ¿Y si está mal? ¿Pero tengo razón o no? ¿Pero es lo correcto?"...
La respuesta tácita fue la misma de siempre: "Todo lo hacés mal. Todo. Cortala y hace lo que te dicen. Mirá al resto, eso es lo que está bien. No como vos, rarito. Bien que lo sabés..."
No sin dificultad, logré que el miedo y la desesperación se apagaran como si les hubiera tirado un baldazo de agua helada. La opresión en el pecho se esfumó y el nudo en la garganta se desvaneció. Momentáneamente al menos.
Estaba recurriendo otra vez, y sin darme cuenta, a mi forma clásica de lidiar con todo lo que me desequilibraba. Sentí como otro pedazo mío colapsaba y se quebraba por dentro.
Bostecé y abrí apenas los ojos entrecerrados. Intenté sonreír... o más bien torsí la boca, haciendo una mueca evidentemente despectiva. Todo se volvió gris y estéril. El corazón dejó de latirme rápido, y mi respiración se volvió lenta y pausada. El calor del cuerpo de a poco se me empezó a escapar, y casi casi casi pude sentir que la piel se me ponía pálida tirando a grisácea como todo a mi alrededor.
-"Todo lo que hago y digo está siempre mal. Todo, no importa cómo, cuando ni donde. Soy un monstruo, una criatura. Demosle lo que quieren escuchar."
-"Perdón, no va a volver a ocurrir. Entiendo que mi comportamiento la semana pasada no fue profesional y alteró el clima de trabajo. Entiendo que el uniforme refleja nuestros valores y que si está desaliñeado produce una mala impresión. Tomaré nota de este llamado de atención y no se repetirá"- solté con voz monótona y ronca, sin mover un músculo de la cara y mirando a un vacío a lo lejos con la mirada más inexpresiva que pude producir.
-"Excelente Juanjo, ¿Ves qué vos podés? Me alegro que lo identifiques y lo reconozcas. Sos una persona muy capaz"
-"Hostia put@"- pensé por adentro. Una vez más, sentía mi vida escurrirse como el agua sucia de un trapo retorcido. "No pensés, no opinés, todo lo que digás está mal...Todo lo que pienses, está mal. Deja de intentarlo" - Soporte las ganas de vomitar tanto como pude. La supervisora me siguió hablando por unos minutos más hasta que me soltó y me dejó salir a almorzar.
Un zumbido en la muñeca me hizo volver a la realidad dejando atrás el recuerdo de esa reunión de mierda. "Estás muy tenso. Baja un cambio bro"- decía mi cara pixelada desde la pantallita de la app.
-"De una. Gracias Juanjo-bot".-pensé.
El corazón me golpeaba en el pecho acelerado y me costaba un poco respirar sin toser.
Busqué un banco en la plaza para sentarme y después de descartar uno que tenía la ropa de un Hobo, otro que estaba ocupado por un señor mayor, otro que estaba cagado por palomas y otro que estaba al lado de un charco, encontré uno potable y me senté, bah me dejé caer en realidad. Estaba transpirando y la cabeza me daba vueltas.
-"Put@madre, qué calor. Me quiero sacar la campera. Pero hace frío, mirá el viento que hay. Estoy cansado, quiero dormir. Pero si me duermo seguro me cagan robando todo. O peor, llego tarde al trabajo de nuevo. Qué hijos de put@. Me tengo que poner las pilas y dejar de boludear. Oh no, ¿hice posta algo mal? Si son todos inoperantes y es un cambalache ese lugar. ¿Pero yo estoy haciendo las cosas bien? ¿ Y si piensan que yo también me rasco? ¿Y si me rajan? No, por favor. Más incertidumbre no, por favor. Ya veo que termino encerrado en casa como en la pandemia y no salgo nunca más. Otra vez no, que sino la próxima no la cuento.¡CALLATE JUANJO!"- el torbellino de pensamientos negativos me sacudía de un lado a otro, como una put@ peña de pibes de tercer año, blergh. Las manos me temblaban, todo alrededor se veía desenfocado y el piso se sentía esponjoso. Cerré los ojos y me concentré en respirar profundamente como había hecho antes, pero lo único que conseguí fue marearme todavía más. Abrí los ojos y apenas logré ver el piso antes de que todo se volviera oscuro y cayera contra el suelo.
"Se ha producido un error inesperado. Windows se reiniciará ahora"