Estoy aquí, sentada en este balcón, observando la estrella en esta noche de luna llena. Me encuentro recordando aquella conversación; siento cómo cada palabra resalta en mi mente. Tal vez para muchas personas, la consideran como una conversación más, pero ahora estoy aquí, pensando. Ya casi es medianoche, y llevo varias horas reflexionando sobre lo mismo: cómo llegué hasta aquí. Todo comenzó desde que lo conocí.
Todo comenzó como un día cualquiera. Me levantaba para ir a la preparatoria, siguiendo mi rutina habitual. Después de alistarme y despedirme de mi mamá, me encaminé hacia la secundaria. En el camino, divisé a lo lejos a una persona con un aura tan singular como fascinante. Sin saberlo en ese momento, esa persona tendría un impacto significativo en mi vida.
Observé cómo reía y conversaba de manera amable con las personas que le rodeaban. Su presencia irradiaba una calidez que envolvía a quienes estaban cerca de él. Quizás fue esa aura tan especial lo que captó mi atención. Su personalidad era tanto encantadora como única.