"¿Estás bien?"
"..."
Con el sol ocultándose en el horizonte y pintando el cielo de naranja, mientras me dirigía hacia mi departamento, vi a una chica de aspecto delgado con piel blanca, cabello dorado hasta la cintura y ojos celestes como el cielo.
Su belleza no parecía de este mundo. Estaba fuera de la liga de alguien común.
Ella era mi compañera y también el ángel de la escuela.
Todo de ella la hacía destacable; Su aspecto, sus notas y su personalidad amable.
Ella estaba en un banco de un parque con sus ojos viendo a la nada y lágrimas recorriendo su hermoso rostro.
Con la guardia un poco alta me respondió. "¿Qué pasa?"
"...Te ves mal, quería saber si estás bien."
Si alguien la viera así, le costaría creer que es la misma chica alegre y amable de la escuela.
"...Gracias por preocuparte, sí, estoy bien"
Realmente no quería insistir pero igualmente intenté una vez más. "No parece ser así."
Con tono de que no siguiera insistiendo gritó "¡Ya te dije que estoy bien!"
Realmente me iba a ir después de eso pero...
Fue la primera vez desde el inicio la conversación, que me devolvió la mirada.
Aunque me dijo que estaba bien, sus ojos decían claramente lo contrario.
"Si tú lo dices... Pero, estoy algo cansado de caminar ¿me puedo sentar a tu lado?" No esperaba que me dijera por qué estaba acá. Después de todo, era un completo desconocido para ella.
Con su paciencia al límite respondió "...Haz lo que quieras."
Nunca me relacioné con ella porque no tuve la necesidad de hacerlo, después de todo somos de mundos completamente diferentes.
Mientras ella está en lo más alto, yo ni siquiera me esfuerzo por salir de lo más bajo.
Aún así, no la quería dejar en ese estado.
***
Había pasado una hora desde que me senté sin decir ninguna palabra. No sabía que hacer para ayudarla... ¿Debería irme sin más...? No, me acerqué a ella porque yo quería, al menos, tener a alguien para acompañarme en aquel momento...
Pero realmente me muero de hambre y al parecer no soy el único.
Los sonidos que emitía el estómago de ella eran bastante fuertes.
Sin ningún otra opción le dije "Vuelvo en un rato, no te vayas."
"..."
Creo que había una tienda por acá... Iré a ver qué encuentro.
***
¿Qué debería comprarle? Humm, algo dulce ¿quizás? Es una chica... Seguro el daifuku gusta. Para mí... llevaré senbei.
Antes de salir también compré 2 refrescos bastante populares en la escuela.
***
Regresé y le ofrecí lo que le había comprado.
Y su agradecimiento fue: "...No hace falta"
"Puedes intentar mentirme, pero tú estómago no dejaba de sonar."
Mientras se ponía roja dijo "...Así que escuchaste."
"Era imposible no hacerlo, realmente sonaban duro"
En ese momento, su estómago volvió a pedir que le diera algo de comer.
Con un tono gracioso la molesté "¿Ves?"
Su cara se puso aún más roja "...Tienes cero tacto"
Convencido dije. "Se llama honestidad"
Como no quería aceptar lo que le ofrecí, le hice un tipo de amenaza.
"¿Vas a rechazar el tiempo y dinero de alguien que quiere ayudarte? No esperaba que fueras así" Su conciencia no la dejaría en paz si seguía rechazando.
Se lo volví a ofrecer y funcionó muy bien. Lo tomó sin quejas.
Su agradecimiento con su actitud de siempre fue "...Gracias"
Contento de que por fin hubiera aceptado respondí "No fue nada"
Mientras yo disfrutaba del senbei, ella devoraba el daifuku y su rostro se llenó de migajas.
No pude controlarme y con mi mano, limpié sus mejillas. Su suavidad era increíble y su color blanco se tornó ¿rojo?
Sonrojada dijo "¿Q-qué haces?"
"Oh, lo siento, solo quería limpiarte."
"Y-ya veo, gracias. Pero no hace falta, ¿Podrías retirar tu mano, por favor?"
A nadie le gustaría que un desconocido te tocara de repente.
Entendiendo aquello asentí "Como quieras".
"...No quería sonar grosera. Es que no tocas a alguien tan de repente, y menos si la acabas de conocer."
Asentí en comprensión "Entiendo"
Si se hubiera enojado yo no tendría el derecho a quejarme.
Curiosa preguntó. "Ahora, ¿por qué intentas ayudarme a pesar de me porté hostil y te rechacé?"
Podría decir que porque quiero, pero me estaría mintiendo a mí mismo...
Con un poco de pesar respondí su pregunta "...En el pasado pasé por una situación similar y esperaba al menos un poco de compañía; cosa que nunca llegó. Supongo que me vi reflejado en ti..."
Con solo pensar en aquello mi sangre hervía, pero la tristeza también regresaba...
"Ya veo. Perdón por haberme comportado así. Y gracias por quedarte conmigo, realmente lo aprecio.
Después de eso pasaron aproximadamente 15 minutos.
Ya es tarde, debería irme... Además mi compañía ya no es necesaria.
La tarde se había trasladado a noche y la hermosa luna llena iluminaba el parque.
"Ya es hora de irme. ¿Y tú? ¿Te quedas?"
Su respuesta fue: "Sí, voy a pensar en algunas cosas."
"Entiendo, espero que puedas solucionar tu problema, buenas noches"
Cuando había empezado a moverme ella me detuvo "...Espera".
Le pregunté que si necesitaba algo más y me dijo: "No realmente, solo... quería saber tu nombre."
"Tanaka Hiroshi."
"Tanaka Hiroshi, ya veo" Se quedó pensando un rato y después volvió a verme.
Tiene cara de querer algo...
"¿Qué pasa?" pregunté.
"...¿No vas a preguntar el mío?"
Ah, era eso. No pensé que fuera a preguntarlo despues de todo, la escuela entera lo sabe.
"Oh, cierto ¿cómo te llamas?"
Con una radiante sonrisa dijo "Soy Takahashi Mio"
El habernos presentado, representaba que no sería la última vez que nos veríamos...
"Mucho gusto, Takahashi-san. Buenas noches."
"Buenas noches, Tanaka-kun"
Aunque tal vez la ayudé porque vi mi yo del pasado en ella, me alejé feliz de haber aliviado, al menos un poco, su carga.