El joven de cabellos color granate se hallaba agotado, y pensativo recostado en un árbol mientras esperaba la puesta de sol. Luego del gran estruendo, los tres se adentraron en el bosque para averiguar que había ocurrido, sin embargo, sus esfuerzos fueron inútiles. Entonces decidieron separarse para abarcar mayor espacio. A sus ojos, esto también había resultado ser infructífero.
A él le tocó investigar la zona más cercana a Halle, por supuesto no dejo metro cuadrado sin revisar, pero aun así no hallo nada. Habiendo cumplido su parte decidió relajarse y sumergirse en sus pensamientos.
El motivo por el cual se encontraba allí era demostrarle a su familia el valor que tenía. Aunque era miembro de la familia más respetada de hechiceros, dentro de esta no era tenido en cuenta y eso lo enojaba mucho. Fue por ello que inicio este viaje. En su mente vislumbraba su regreso triunfante gritándole a su familia y en especial a su abuelo "Ven, lo logre sin ustedes".
-Eres imprudente Kori, solo harás que te maten si actúas sin pensar. - le grito su abuelo durante una reunión en la mansión familiar.
Él no respondió, solo se giró y abandono su casa ignorando las advertencias que su familia le daba, aun así, contaba con el apoyo de su madre y padre. Estos abogaron por el y se le concedió el permiso para su misión especial.
"Cerca a Halle, el cual es un pueblo habitado por humanos, se ha detectado dos infames hechiceros. Se tiene información que se están fortaleciendo a tal punto que pueden ser un riesgo para la paz que disfrutamos. Deben ser capturados y/o ejecutados".
Dada la dificultad de la misión, su abuelo le condiciono a ir acompañado de miembros poderosos de otras familias. "Codéate con los más influyentes hijo"- Le consoló su padre. Adicional a ello, su abuelo le envió "una niñera", no se lo dijo, pero en más de una ocasión sintió que una presencia lejana lo observaba, la conocía, no actuaria hasta que lo considerara necesario. "No te necesito, puedo solo" se repetía.
Sus dos acompañantes le resultaban interesantes. Ambas provenían de las familias más notables de hechiceros, Mayu era de la familia Jisk y Shaya pertenecía a la casa Merlin.
De ambas la que más le despertaba curiosidad era Shaya, con solo 20 años (un año menos que el) fue elegida como sucesora de la casa Merlin. Él ni siquiera era nombrado en un cargo importante, pero ella ya era una de las hechiceras de mayor renombre y aun así estaba ahí.
La casa Merlín no ostentaba gran riqueza, pero su influencia era muy grande, hace 2 años el mismo Magnus Merlín creo un hechizo que hizo llorar de la alegría a todos los ancianos.
- ¿Si ya es la sucesora en su familia que hace aquí?, y aún más ¿por qué tanto apego a los humanos? – No entendía el afán de una hechicera de renombre por proteger humanos carentes de valor. Su misión debía ser sigilosa, pero Shaya se adentró en el pueblo cercano, dijo "investigare en Halle" pero era notoria su preocupación. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un estruendo, de manera súbita el ambiente había cambiado.
-Alguien ha lanzado un hechizo, es uno muy poderoso y sobre todo maligno. Se hizo invisible y floto varios metros para visualizar lo ocurrido, pudo observar cientos de sombras con forma de lobos, dirigiéndose a Halle. Aguardo tranquilo, esperando que se alejaran, por su puesto podría hacerles frente, pero tomaría tiempo y eso perjudicaría su misión, rápidamente se dirigió al origen del estruendo.
Se aproximo lo más que pudo y aun así no hallo nada. "deben ser muy hábiles, crear tal cantidad de criaturas e irse tan rápido…"
Alzo una varita al cielo, hizo un movimiento y una señal únicamente visible para sus dos acompañantes se formó en el cielo. Minutos más tarde, Mayu y Shaya aparecieron.
Les contó sobre los lobos y como estos se dirigieron al pueblo. Sin demora, Shaya se elevó lo más que pudo, ya la noche había llegado y con dificultad pudo ver que los lobos salían de Halle
-Las criaturas se mueven hacia el bosque en dirección al Oeste. Hay que apresurarnos, puede que estén trayendo niños, aun podemos salvarlos. – les gritó.
A pesar de mostrar un gesto de descontento, Kori las acompañó, "ahí va de nuevo". Ese no es nuestro objetivo ¿sabes?"- le dijo.
Shaya solo lo ignoró. Siguió adelante, voló lo más rápido que pudo, observo con sorpresa, a los cientos de lobos, pudo discernir que algunos de ellos traían niños consigo "no están muertos, están dormidos", se decía con esperanza. Los lobos notaron su presencia, hábilmente algunos que no cargaban niños se lanzaron a atacarla mientras los demás seguían su camino hacia el bosque. Shaya agito una varita, una barrera la separo de sus atacantes, noto que se acercaron más, realizo el mismo movimiento y las criaturas chocaron con una pared invisible.
Mayu y Kori se adelantaron y cerraron el paso a las criaturas con una gran barrera casi invisible, sin embargo, las bestias lograron atravesarla, En respuesta ambos magos se enfrentaron a los lobos. Mayu atacaba las patas, congelándolas, Kori lanzaba bolas de fuego que incineraban a las criaturas atrapadas.
Al ser atacados la manada se detuvo un instante y los cientos de lobos se dividieron en dos grupos, uno de ellos se dedicó a atacar a quienes querían detenerlos, el otro grupo siguió su camino.
-Que absurdo, acabare con esto rápido. - Kori toco su pecho y con una mano lanzo una potente bola de fuego hacia los lobos que les cerraban el paso. Sin embargo, su ataque fue bloqueado.
-Fíjate bien, tienen niños. - Shaya lo había detenido. Ella pudo observar que tres de los lobos que se quedaron a hacerles frente, tenían niños en sus fauces.
-Debe ser una distracción, si acabamos con todos podremos seguir a los demás, no me detengas. -Kori volvió a lanzar un potente ataque y este fue nuevamente bloqueado por una muy enojada Shaya.
-Ya entendí maldición, luego me explicaras por que tanto problema por 3 niños humanos.
-Ataquémoslos con cuidado, sin hacer daño a los niños. Mayu y Shaya se encargaron de doblegar a las bestias, Kori se hizo atrás pues su especialidad era un enfrentamiento directo y en esta ocasión no era necesario.
Por fin librados de los lobos, Shaya atendió a los niños, al parecer estaban dormidos. "Debe ser el efecto de algún veneno". Reviso las mordidas y constato por las heridas de los niños, que habían sido mordidos. Seguramente el efecto pasará, "quien esté haciendo esto, los necesita vivos, al menos hasta que lleguen a ellos".
-Ya estarás contenta ¿verdad? acabamos de perder una gran oportunidad por salvar a 3 humanos. -La interrumpió Kori.
-Se que no te importan, pero yo les tengo aprecio.
-Sabes que él tiene razón, además el otro grupo de lobos puede haberse llevado más niños. Aunque siendo honestos el resultado habría sido el mismo. Como fuera, deje ir a un par de lobos, los marque. Sea donde sea que se detengan, lo sabre. Quédate con los niños, yo iré con él. Mayu se giró y se fue junto a Kori.
Shaya examino nuevamente a los niños, al concluir que fueron sedados, se resignó a solo esperar. Cuando llegaron Kori y Mayu, le contaron que encontraron cuerpos de niños sin vida, por las huellas halladas, esto era obra de los dos hechiceros que buscaban.
Llegada la mañana una cansada y somnolienta Mia, abrió apenas los ojos recibiendo la luz del sol. Delante de ella una joven de cabellos oscuros la miro con una sonrisa de alivio.
-Hola, me alegro de que despiertes – Le saludo Shaya.