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Chapter 5 - Capítulo 4: El accidente magico

Parte 1

El día de hoy ya son más o menos ocho meses desde que cumplí dos años. He continuado intentando usar magia, aunque no he conseguido un gran avance, hay veces que me funciona y otras en las que no, simplemente no es un resultado en concreto.

He pensado en intentar usar otro hechizo en lugar del Aquabolus, pero me frena el hecho de que si no he logrado usar correctamente un hechizo tan simple y básico como este, ¿Por qué de debería intentar con otro?

También he mantenido muy presente el recuerdo del día en qué fuí al otro lado del lago junto a Arthur, sobre todo mantengo muy presente en mi memoria la imagen tan hermosa del anochecer reflejado en el lago, simplemente me pareció muy bello.

Hoy estoy volviendo a intentar usar el Aquabolus, estoy en el almacén de siempre, con el libro a mi izquierda en el suelo, yo estoy de pie, con la mano derecha extendida, leí el encantamiento que venía en el libro para posteriormente decirlo en voz alta.

"Rios y mares, denme un poco de su poder y creen una pequeña bola ante mi, Aquabolus"

La sensación creciendo desde mi pecho volvió a suceder, un pequeño cosquilleo que empezó en mi pecho, cerca del corazón se fue extendiendo hasta llegar a mi mano derecha, en donde se intensificó y después apareció una pequeña bola de agua frente a mi, después de esto el agua cayó a un pequeño bote que coloque en el suelo, justo encima de mis manos.

Me exalté al ver qué después de un tiempo sin lograr usar el hechizo por fin me volvió salir, la última vez que me funcionó fue hace una semana más o menos.

Volví a ver el libro y leí el encantamiento nuevamente, otra vez lo recité en voz alta y volvió a pasar lo mismo, me sorprendí aún más, nunca me había funcionado dos veces seguidas y ahora de la nada me funcionó, y no solo una, si no dos veces consecutivas.

La bola volvió a caer en el bote que estaba en el suelo, las pequeñas bolas de poco menos de cinco centímetros no suponen prácticamente nada para el bote, ya que solo llenan un poco el fondo del bote.

Volví a leer el encantamiento en el libro y me percate de una cosa, puede que la razón por la que no me funciona todas las veces el hechizo, no es por mi maná ni nada del estilo, si no que todo el tiempo he estado diciendo mal el hechizo y las veces que lo digo bien es cuando me sale bien.

Vagando un poco en mis recuerdos, me di cuenta de que efectivamente había dicho mal el encantamiento todo este tiempo, para tratar de comprobarlo lo volví a hacer.

Volví a sentir el cosquilleo en mi pecho que recorrió todo mi cuerpo hasta llegar a mi mano derecha, ahí se concentró y volvió a crearse una pequeña bolita de agua que volvió a caer al bote que tengo en el suelo.

Esto confirma mi teoría, todo el tiempo había estado diciendo mal el encantamiento. Inmediatamente después de que cayera la bola en el bote yo me desplomé en el suelo, me había llegado una cantidad enorme de cansancio de la nada, deduje que mi maná estaba por agotarse y por eso el cansancio repentino.

Este cansancio iba desapareciendo poco a poco mientras pasaba el tiempo, después de la rededor de media hora recuperé toda mi energía y el cansancio desapareció por completo.

Escuche a Aspea hablándonos a Arthur y a mi, por lo que inmediatamente bajé por las escaleras para ir con Aspea, cuando llegué le pregunté "¿Que paso mamá?" A lo que ella me respondió "Ya está lista la comida, ve y háblale a tu padre para que venga, creo que no me escuchó" era normal que Arthur no escuchara, el siempre se la pasa absorto en sus pensamientos por lo que le dije a Aspea —"Está bien, ¿En donde está?"—"Esta en el patio de atrás arreglando las flores del jardín"

Salí al patio para buscar a Arthur, cuando lo vi me acerqué a él y le pregunté "¿Que estás haciendo papá?"—"Estoy arreglando las flores, mira hay algunas que junto a ellas crecieron algunos tipos de hierbas que les hacen daño, por lo que las tengo que quitar, si no fuera por eso se marchitarían todas las flores"—"¿Tipos de hierbas que les hacen daño?"—"Si, son tipos de hierbas que les roban la energía a las otras flores y no permiten que crezcan más"—"Bueno eso suena muy interesante pero mamá nos habló a comer y tenemos que ir pronto o si no sé enojará, y ya sabes cómo es mamá enojada" Mi madre cuando se enoja es un poco, ¿Cómo decirlo? Cómo un gato, cuando se enoja no quiere que nadie le diga algo, y si lo intentamos, nos llevamos un golp, en mi caso el golpe no es tan fuerte, pero a Arthur le golpea con mucha más fuerza.

Pude ver la cara de preocupación de Arthur, por lo que el dijo "Será mejor que nos apuremos si no queremos que tu madre se enoje" Mi padre dejo de lado las herramientas con las que estaba arrancando las hierbas malas y se puso de pie y ambos tomamos camino hacia la casa, cuando entramos mi papá dijo en voz alta "Ya venimos" a lo que escuché a Aspea decir "Vengan rápido, se les va a enfriar la comida" llegamos al comedor y nos sentamos juntos a la mesa.

La hora de la comida es un momento muy cálido y especial, las pláticas en familia son lo que las vuelven especiales. Hablando como de costumbre me plantee decirles a Arthur y Aspea sobre que logré usar magia, aunque no sé si me puedan regañar, aún tengo dos años así que tal vez no estoy en edad para usar magia, además de que no les había dicho nada de mis intentos anteriores, por lo que me podrían regañar por no haberles contado lo que estaba haciendo, lo mejor será no decir nada por ahora.

Parte 2

Ha pasado más o menos un mes desde que aprendí a decir correctamente el encantamiento del Aquabolus, todos los días hago el máximo de bolas que puedo hacer, este máximo cada día va aumentando, al inicio mi límite era de  tres bolas por mi máximo de maná, actualmente puedo hacer unas cincuenta bolas, cada día aumentaba la cantidad de bolas, al día siguiente de que pude usar correctamente el Aquabolus el límite aumento a cuatro bolas, al día siguiente fueron seis, después fueron siete, luego ocho, luego subió directamente hasta doce, y fue subiendo de esta forma, no era en números  exactos pero es la forma en la que iba aumentando mi maná y no me quejo, o tal vez solo es que entre más use un hechizo más maestría tengo con este cada vez me consume menos PM, aunque no creo.

Hoy decidí usar un hechizo un poco más complicado, decidí que sería un hechizo de séptimo grado, el grado más bajo de todos sin contar el octavo, yo no cuento el octavo grado porque es un grado que únicamente tiene hechizos de tipo pasivo.

Tome el primer hechizo que ví, este hechizo era un hechizo que consiste en una llamarada, creo que este es el hechizo que usa Arthur cuando entrena en el patio de casa, salí al patio con mi libro asegurándome de que nadie me viera, leí el encantamiento y después deje mi libro en el suelo, alcé mi brazo apuntando hacia delante, extendí mi mano y dije "Llamas que abrazan y queman todo a su paso, prestenme un poco de su fuerza y generen una llamarada frente a mi, Pyro Bagliore"

Después de esto sentí una sensación parecida a la del Aquabolus, fue un cosquilleo que recorrio desde mi pecho hasta mi mano, pero está se sentía diferente, no era la misma sensación, después de eso apareció una llamarada de fuego que se extendió alrededor de unos cinco metros, se incendió el césped del patio, el fuego se extendió en cuestión de segundos hasta llegar al pequeño jardín de flores de mi mamá, el jardín estaba al suelo de un árbol en crecimiento, tenía poco más del tamaño de una persona y también se incendió.

Desde que el fuego se encendió intentaba apagarlo con el Aquabolus, pero me tardaba mucho en decir el entrenamiento entero así que se extendió más rápido el fuego de lo que yo podía generar una bola de agua, después tuve una idea, había leído que una vez que dominas un hechizo puedes recortar el encantamiento hasta solo decir el nombre por lo que decidí hacerlo, trate de recordar cómo se sentía ese cosquilleo del Aquabolus, cerré mis ojos y me concentré lo más rápido que pude, pude sentir el cosquilleo de mi maná recorriendo mi cuerpo, cuando abrí los ojos, el Aquabolus ya se avía activado pero yo no dije el encantamiento en ningún momento, me sorprendió pero no tengo tiempo para pensar en eso.

Rápidamente lance la bola al fuego, está no hizo nada, el poco fuego que extinguió se regenero prácticamente al instante, generé con ambas manos una bola de agua, lo más grande que pude cada una, las lance y tampoco paso la gran cosa.

He de admitir que tengo miedo en este momento, pero no puedo dejar que me consuma el miedo, mientras me preparaba para hacer más Aquabolus Aspea salió de la casa mientras recitaba un encantamiento, no escuchaba nada de ese encantamiento, por lo que solo vi como extendió su mano derecha y salió un chorro de agua a pulso y extinguió todo el fuego que yo había creado.

El jardín de flores de mi madre se había arruinado por completo, era muy bonito, pero yo lo acabo de quemar todo, Aspea se me quedó viendo por unos segundos, esta algo agitada, quién sabe desde donde venía corriendo y se le notaba el cansancio, después miró el suelo y vio el libro abierto en la página del encantamiento del Pyro Bagliore, después me volvió a mirar con una cara de felicidad, pero no era una cara de felicidad cualquiera, podía notar algo raro.

Aspea me dijo "Ly, ¿Has estado practicando los hechizos de este libro verdad~?" Yo mire el suelo y con cara de regañado y le dije "Lo siento, es porque me llamaba la atención y quería practicarlo" solo escuché una pequeña risa proveniente de mi mamá, después ella pego un grito de felicidad "¡Genial!" Me exaltó el hecho de que no parecía estar enojada, además gritó de emoción, parece que no le preocupa el hecho de que su jardín de flores está completamente destrozado.

Vi llegar a mi papá, mi padre vio lo que había sucedido y preguntó "¿Qué pasó aquí?"—"Ly usó un hechizo de séptimo grado, mira, mira, quemó todo el jardín de flores y también estaba intentando apagarlo ¡Usando magia!"—"Lyus, ¿Tu hiciste todo esto?"—"Si, no era mi intención destruir todo el jardín de mi mamá, solo quería usar un hechizo de mayor grado"—"¿Osea que ya has usado magia de octavo grado?"—"Si, solo un hechizo, el Aquabolus"—"Ves, no genial eso cariño, ¡Nuestro hijo será un gran mago!"—"Yo quería enseñarle a usar la espada, eso no es justo"—"¿No acabas de ver lo que hizo? Uso magia de séptimo grado y solo tiene dos años, tiene un talento natural para la magia"—"Desde que nació decidimos que sería un espadachín, no un mago"—"Pero no podemos desperdiciar todo ese talento con la magia en usar una espada, no podría aprovechar todo su talento"—"Mamá..."—"No es excusa, hicimos la promesa de que el sería espadachín, no puedes romper esa promesa solo por eso"—"Papá..."—"Tú siempre rompes tus promesas, ¿Por qué yo no puedo romper al menos una?"—"Yo..."—"Yo no rompo promesas todo el tiempo, además si rompo alguna no es una tan importante"—"¡Oigan! Yo quiero aprender ambas cosas, además están decidiendo por mi, está bien que sean mis padres pero está decisión debe ser mía ¿O me equivoco? Digo de todas formas será a lo que me dedicaré el resto de mi vida"—"Ly tiene razón, no deberíamos discutir por algo que en primera es su decisión" A esto Arthur solo asintió, aunque se le notaba algo molesto.

Tomamos la decisión de que me enseñaran magia y la espada al mismo tiempo, la razón por la que decidí entrenar ambas cosas es porque me imaginé a un caballero usando la espada con una mano y con la otra tirando hechizos de lo más poderosos, y eso encaja perfecto conmigo ¡Porque soy ambidiestro! Por lo que puedo usar ambas cosas sin problemas. Jejeje.....