Mónica Baldwin permaneció en silencio; para ser precisos, en este momento, no tenía palabras.
—Ahora eres una agente y actriz muy solicitada a nivel nacional. Independientemente de la popularidad o habilidades de actuación, pocos pueden igualarte…
—Meghan, detente —dijo Mónica Baldwin acariciando su vientre, sus ojos se oscurecieron ligeramente.
—Está bien —suspiró Meghan con resignación.
Ahora estaba embarazada. No podía tener mucha ambición ni pensamientos, porque primero era madre, y luego cualquier otro rol.
Victor Chadwick había dejado su propio trabajo por ella, y así, ella también debía proteger su cuerpo por el bien de su hija.
No había nada demasiado profundo en esto…
En cuanto a Catherine, sería mejor si no se necesitara, pero si fuera necesario, Mónica no dejaría que sucediera la situación que Meghan acababa de mencionar.
Por supuesto, Mónica no sabía que su batalla con Catherine apenas había comenzado.
…
En este momento, era temprano en la mañana.
