Félix Davis es extraordinariamente alto y musculoso. Él no posee el aire imponente de Víctor Chadwick, ni emana un aura de majestuosidad y opresión. Es tan frío que te quita el aliento. Su nombre me recuerda al de un antiguo príncipe.
Está bien… le queda.
Molly Landon no sabía dónde había encontrado el coraje para saltar en la berlina de Félix Davis.
—Eh... No quiero tomar demasiado de tu tiempo, podemos hablar en tu coche —Molly estaba un poco reservada. Realmente temía que si Félix Davis extendía su mano, le rompería el cuello.
—No me gusta discutir negocios en mi coche, es distraerte —Félix Davis declinó de inmediato.
Molly se quedó congelada, sin saber qué decir a continuación.
La atmósfera en el coche se volvió repentinamente helada. Molly tosió suavemente, intentando iniciar una conversación, pero parecía que Félix Davis no tenía ningún interés en hablar con ella en absoluto.
