Arianna Morrison observó cómo Monica Baldwin y Victor Chadwick se alejaban, su cara llena de vergüenza, porque no había previsto que Victor apreciara tanto a Monica.
—Arianna, parece que tus días por venir no serán fáciles —dijo el viejo profesor con desaprobación—. A pesar de su orgullo y arrogancia habituales, no se tomó en serio las palabras de Victor: si no educas a esta mujer adecuadamente, podría arruinar a la familia Chadwick en el futuro.
Arianna Morrison no respondió, solo sus ojos silenciosamente adquirieron un tono de frialdad.
...
De camino de vuelta, Victor Chadwick examinó a Monica Baldwin de pies a cabeza, temiendo que pudiera haber sufrido algún tipo de lesión. Después de todo, Monica había estado casi en peligro algunas veces antes, lo que traumatizó a Victor.
—Estoy bien —afirmó Monica Baldwin, tomando la mano de Victor—. Estoy completamente bien.