Al final, el Maestro Murphy solo pudo mostrarle a Monica Baldwin una sonrisa reluctante pero admirada —Fiel a tu profesión, Señora Chadwick, estuviste bien preparada desde el principio, me hiciste caer, brillante de verdad, admito que estoy superado.
—Maestro Murphy, eres bien consciente de que si Carol Ellis tuviera alguna información importante en sus manos, no estarías aún aquí de pie —susurró Monica.
Maestro Murphy se rió ligeramente y luego se volvió hacia Victor Chadwick —La Señora Chadwick es verdaderamente sin igual.
—Una mujer embarazada no tiene nada que hacer, siempre encuentra algo con qué mantenerse ocupada —Victor habló con orgullo amoroso, pero debajo de sus palabras había un significado más profundo: una advertencia al Maestro Murphy.