Debido a la maleza, la extensa vegetación no llegaba mucho sol, hacía donde estamos por lo que era un lugar bastante fresco, aparte de que el caño uno de sus orificios se apoyaba a la pared de aquella fábrica abandonada, por lo que solo debíamos preocuparnos por el otro orificio a cual tapamos con el círculo de madera que usábamos como puerta, pusimos la colchoneta en la base del caño, y luego colocamos la 'Napoleon' y colocamos las mochilas encima, sacamos los abrigo que al no entrar no los pusimos uno encima del otro, anduvimos por todo la ciudad pareciendo la mascota de michelín, sacamos las sábanas que nos trajimos y nos tapamos, frío no pasaríamos al menos por ese día.
Nos miramos un rato, era la primera vez que dormiriamos juntos como si fuéramos un matrimonio, nos conocíamos hasta el alma, pero nunca habíamos dormidos juntos, le día agua y un antifebril y lo abraze, enpiernados, nos dimos calor mutuamente, como si estuvieramos en un nido, nuestro 'nidito' dormimos por primera vez juntitos, él abrazándome y yo haciéndole mimitos en su cabeza hasta caer también del sueño, nuestras feromonas empezaron a salir a flote, perfumando todo el lugar, las sábanas, las mochilas, y todo el caño, perfumando nuestro hogar, nuestro nido.
Uniéndose aquellos aromas hasta formarse uno solo, un solo aroma, como si fuéramos un solo ser, pero entonces aquel aroma apareció, aquel que no era el nuestro.
Aquel que nos guio hasta allí, a diferencia en el departamento abandonado donde se puso insoportable incitandome a salir, ahora era tan cálido, tan suave como si me acunara, trayendo aquel sueño, donde mi madre aparecía con aquel rostro borroso, mientras me daba pecho.
Sus cabellos eran largos y negros, como los mío.
No podía ver el color de sus ojos ni distinguir su rostro, pero si él color rosado de su piel, aquel vínculo tan hermoso, tan maternal, tan cálido y esa frase resonando en mi pequeña mente "¡Mamá te va cuidar siempre, siempre te va amar" pero entonces ¿por qué lo abandono? ¿Por qué? acaso ese siempre solo fue una mentira, una cruel mentira, pero en plena epifanía escuché un "¡atrapenlo!", eso me hizo despertar de un susto y volver a la realidad, ver a su Alfa a lado durmiendo y aquel aroma protegiendolo de todo.
—Paciencia, ya tendremos tiempo de hablar tu y yo. —hablandole al aroma invisible como si este me entendiera, el aroma de mi madre, que me cuidaba vaya saber de donde, de donde sea que estuviese.
—¡Te amo! No me dejes nunca... —Mi Alfa hablaba dormido chupandose el dedo.
—¡Yo también te amo! —volviéndome a dormir.
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Al despertar, lo primero que hice fue buscar para comer, necesitabamos energia más para él que estaba en la dulce espera, por lo que debía alimentarse bien y nutrido, pero también debía hacer una fogata, para cocinar nuestros alimentos y también para ahuyentar cualquier animalito salvaje que intente hacerse de nuestras carnes. Yo no tenía mucho de donde sacar sin duda no les sería apetecible, para ellos, pero mi Alfa era algo diferente, alto y carnoso por donde se lo mirara, lo siento animalitos, yo lo quiero entero, y preferiblemente vivo.
Luego de un rato, conseguí algo para comer.
tome una lata de alli y la use como recipiente para cocinar, quebre unos huevos mientras asaba la carne en un especie de brocheta que improvise.
Mi Alfa despertó ante el aroma, y se comio dos porciones.
—Esta riquísimo, de ¿donde sacaste poll...? —Quedó estupefacto al verme partir aquellos huevos sumamente blanquecinas de tamaño algo extraño, mientras asaba la madre de estos.
—No encontré otra cosa, y pues me asegure que no fuese venenosa —Dándole una mordida a la serpiente que me encontré mientras buscaba comida.
Continuara...