La habitación estaba oscura, apenas iluminada por la luz tenue de una vela que titilaba sobre la mesa de madera. El aire pesado de la posada, cargado de humedad, se colaba por las rendijas de la ventana. Fuera, la ciudad de Asteria seguía su ajetreo, pero dentro, el silencio era absoluto. No habían descansado mucho, pero lo suficiente para poder retomar su viaje. Ray, Matt y Naomi se encontraban sentados en la mesa, cada uno con sus pensamientos ocupando su mente, mientras el sonido lejano de la gente en la calle parecía quedarse atrás, ajeno a su realidad.
Ray rompió el silencio primero, dejando escapar una exhalación pesada mientras miraba por la ventana. "¿Adónde vamos ahora?" preguntó, su tono reflejando el cansancio y la incertidumbre. Había algo en su mirada, una mezcla de ansiedad y determinación. Aquel viaje no solo estaba marcado por la huida, sino por la búsqueda de respuestas.
Matt, sentado frente a él, levantó la vista de la mesa. Su rostro era una máscara de calma, pero sus ojos azules no podían ocultar la tensión acumulada. "La capital está demasiado cerca. La policía especial tiene ojos por todas partes". Su voz era baja, casi como si hablara consigo mismo. "No podemos quedarnos aquí mucho tiempo. Es un riesgo innecesario."
Ray frunció el ceño, aún procesando la información. "¿La policía especial? ¿Qué tiene de especial esa brigada?" Su tono denotaba curiosidad, pero también algo de desdén. No le gustaba la idea de que algo o alguien pudiera ser una amenaza para ellos.
Matt lo miró fijamente, como si estuviera evaluando si debía compartir más detalles o no. Finalmente, alzo la voz. "Son entrenados específicamente para cazar a los elegidos. Son humanos, pero no subestimes su capacidad. Están equipados con algo que puede anular temporalmente nuestra conexión con las deidades." La gravedad de sus palabras llenó la habitación, y el aire pareció volverse más denso. "Eso nos deja vulnerables. Lo suficiente para atraparnos."
Ray se quedó en silencio, procesando lo que acababa de escuchar. Sabía que el los humanos se habían desarrollado bastante, él era parte de ese cambio ya que lo vivió en vida, pero nunca había imaginado que los humanos pudieran tener una herramienta capaz de anular la magia de sus poderes. "Eso suena… peligroso", murmuró finalmente, sus ojos fijos en Matt, como si intentara leer más entre líneas.
"Lo es", respondió Matt, su voz implacable. "Por eso debemos movernos rápido. No podemos quedarnos cerca de las grandes ciudades. Necesitamos alejarnos, adentrarnos en las fronteras de Meridia, la vigilancia será más fuerte, pero al cruzarla podremos tomar un respiro. Eso nos tomará tiempo. Y no será fácil."
Naomi, que había permanecido en silencio hasta ese momento, se levantó de su asiento y se acercó a la ventana. Su rostro reflejaba una mezcla de preocupación y resolución. "Lo mejor sería salir de aquí antes de que alguien nos detecte. Si la policía especial ya está en la ciudad, no duraremos mucho". Su tono era firme, pero en sus ojos brillaba algo más: una chispa de conocimiento, de una idea que solo ella parecía tener.
Ray la miró, curioso. "¿Y cómo nos indicarías que nos movamos sin ser detectados?"
Naomi se giró hacia ellos, una ligera sonrisa jugando en sus labios. "Tengo una idea. Si nos dirigimos hacia Berum, a las afueras, podremos tomar un tren hacia Kellim, la ciudad fronteriza. Desde ahí, podremos cruzar sin ser vistos. Pero eso significa que debemos salir ahora."
Matt avanza lentamente, pensativo. "Es arriesgado, pero es lo único que tenemos. Prepárense. Mañana salimos al amanecer."
La conversación terminó ahí, y aunque el plan estaba trazado, el ambiente seguía cargado de tensión. Sabían que el peligro acechaba, que el tiempo se les escapaba entre los dedos, y que cualquier error podría ser fatal. Pero no había vuelta atrás. La decisión estaba tomada.
Ray miró a Naomi y Matt, sus dos compañeros en este viaje incierto. "Entonces, vamos. No hay tiempo que perder."
Naomi ascendió, su mirada llena de determinación. "A la mañana siguiente, partimos."
El silencio volvió a caer en la habitación, pero esta vez, era un silencio de resolución. Sabían que su viaje iba a ser largo, peligroso y lleno de incógnitas. Pero lo que los mantenía unidos no era solo la necesidad de escapar, sino la urgencia de encontrar respuestas. Y tal vez, solo tal vez, de salvar lo que quedaba de ellos mismos.
El amanecer llegó rápidamente, teñido de tonos cálidos que se filtraban por las rendijas de la ventana. El aire era fresco, pero cargado de una tensión palpable. Después de una noche de descanso forzado, los tres se encontraban listos para continuar su viaje, aunque el ambiente seguía cargado de incertidumbre. Matt, Naomi y Ray ya estaban de pie, preparándose para salir, cuando Naomi rompió el silencio con una mirada pensativa.
"Ray", dijo con voz suave, pero cargada de una gravedad inusual. "Hay algo que debes saber antes de que sigamos adelante."
Ray, que estaba ajustándose su mochila, la miró, frunciendo el ceño. "¿De qué hablas?" preguntó, ligeramente desconcertado por el tono de Naomi.
Naomi dio un paso hacia él, su mirada fija en los ojos de Ray, como si estuviera sopesando sus palabras. "Yo fui quien te descubrió", comenzó, su voz tranquila pero decidida. "Para ser más exacta, fue tu rastro elemental."
Ray la miró con sorpresa, sin entender completamente lo que quería decir. "¿Mi rastro elemental? No entiendo."
Naomi asintió, y su rostro reflejaba una mezcla de orgullo y concentración. "Mi conexión con la tierra me permite percibir alteraciones en el maná, en los elementos que nos rodean. Cuando estaba en Asteria, sentí una distorsión en el maná, algo que no era natural. Fue como si la tierra misma estuviera respondiendo a tu presencia. Tu rastro estaba marcado, claro, y fue lo que nos permitió encontrarte. Claro, al principio no pensé que realmente te encontraríamos, pero Matt insistió en seguir mi instinto, y aquí estamos."
Ray se quedó en silencio, procesando lo que Naomi acababa de revelar. No era algo que hubiera considerado antes. Su poder, su conexión con el rayo, era algo que él entendía a nivel intuitivo, pero nunca había pensado en cómo los demás podrían percibir su energía. "Entonces, ¿me encontraste por eso?" preguntó, su voz un poco más suave, como si tratara de entender el alcance de la situación.
Naomi ascendió de nuevo, su mirada fija en él. "Sí, pero no solo eso. Cuando llegamos a la zona donde estabas, la devastación era... palpable. El rastro de destrucción que dejaste atrás era como una huella, como si la tierra misma hubiera sido marcada por tu presencia. Eso fue lo que nos guió hasta ti."
Ray cerró los ojos por un momento, recordando aquel lugar, el caos, las ruinas. La devastación que había dejado atrás. Algo en su interior se revolvió al pensar en ello. Sin querer, la memoria de lo que había sucedido volvió a él con una claridad dolorosa. La rabia, el dolor, la sensación de impotencia. Todo aquello que había causado, todo lo que había perdido.
Matt, que había estado observando en silencio, finalmente intervino, su tono más frío de lo habitual. "Lo que pasó en ese lugar no es algo de lo que debas sentirte culpable, Ray", dijo con firmeza, aunque su voz no denotaba consuelo, sino más bien una orden tácita de dejar de lado esos pensamientos. "La situación fue lo que fue. Ahora estamos aquí, y tenemos un objetivo. No podemos permitirnos quedarnos atascados en el pasado."
Ray levantó la vista hacia Matt, su mirada reflejando una mezcla de frustración y dolor. "No es tan fácil", murmuró, su voz apenas audible. "El pasado no se olvida tan rápido."
Naomi observó la interacción en silencio, comprendiendo la tensión que se había formado entre ambos. No era la primera vez que Matt intentaba desviar a Ray de sus pensamientos más oscuros, pero era claro que la herida seguía abierta. A pesar de eso, Naomi no quería que la conversación se desvirtuara en una discusión inútil. "Lo que importa ahora es que estamos juntos en esto", dijo con suavidad, mirando a ambos chicos. "No podemos cambiar lo que pasó, pero sí podemos controlar lo que hacemos a partir de ahora."
Ray avanzando lentamente, sin decir más. El tema estaba cerrado, por ahora. Pero el peso de lo que había sucedido seguía en el aire, una sombra que no desaparecería fácilmente.
Naomi, buscando dar un giro a la conversación ya la atmósfera, levemente. "Bueno, lo importante es que ya sabemos por qué estábamos buscando a Ray. Y ahora, tenemos un camino por delante". Cambió su tono a uno más ligero, como si intentara aliviar la tensión. "Así que, ¿qué opinan? ¿Vamos a por el tren o tenemos más tiempo para filosofar?"
Matt la miró, sus ojos azules brillando con una ligera sonrisa, aunque su rostro seguía marcado por la seriedad. "No tenemos tiempo para perder", dijo, levantándose de su asiento. "Vamos a movernos. Cuanto antes salgamos de aquí, mejor."
Ray, aunque aún pensativo, se acercó. "De acuerdo. Vamos."
Los tres se dirigieron hacia la puerta de la habitación, dejando atrás la posada que había sido su refugio temporal. Mientras caminaban por las calles de Asteria, cada uno con sus pensamientos en diferentes lugares, sabían que lo que les esperaba era incierto, peligroso. Pero una cosa era clara: su destino estaba unido, al menos por ahora, y no podía permitirse fallar.
El sol ya había alcanzado su punto más alto cuando los tres comenzaron a transitar la carretera central, que unía las dos ciudades alejadas. El calor del verano se hacía cada vez más insoportable, y aunque la brisa que corría entre las calles de Asteria era refrescante, no era suficiente para mitigar la sensación de pesadez que llevaba consigo el calor abrasador. La ciudad estaba llena de movimiento, pero la sensación de estar al borde de ser descubiertos les mantenía alertas, como sombras moviéndose entre las multitudes.
Ray caminaba al frente, su postura rígida, sus ojos siempre escaneando a su alrededor. La desconfianza que sentía hacia la gente a su alrededor era palpable, y cada vez que alguien pasaba cerca, su mirada se endurecía un poco más. Matt iba a su lado, más relajado, pero igual de vigilante. Naomi, por su parte, iba un paso atrás, pero su actitud era diferente. Aunque también estaba atenta, parecía más tranquila, como si hubiera aprendido a vivir con la constante sensación de estar a punto de ser descubierto.
—"Si seguimos a pie todo el camino, nos llevará días", dijo Naomi, rompiendo el silencio mientras observaba las casas y comercios pasar a su lado. "Y no podemos darnos el lujo de tardar tanto."
Matt se inclina sin mirarla, sus ojos fijos en la calle por delante. "Lo sé. Pero no tenemos más opción. La estación de Berum está demasiado cerca de una de las casas nobles, y no podemos arriesgarnos a que nos detecten."
Ray se giró hacia ellos, su rostro mostrando una ligera incomodidad. "Entonces, ¿cómo vamos a llegar a la frontera?"
Naomi sonando de forma un tanto traviesa, como si hubiera estado esperando esa pregunta. "Tengo una idea", dijo, adelantándose un poco. "Verán, no todo el mundo en la carretera nos verá como una amenaza, especialmente si jugamos bien nuestras cartas."
Ray la miró con escepticismo. "¿Qué quieres decir con eso?"
Naomi no respondió de inmediato, pero sus ojos brillaban con un destello de astucia. Mientras caminaban, sus ojos se posaron sobre un camión que circulaba a poca distancia, con un conductor que parecía distraído, fumando un cigarro mientras manejaba. Naomi se acercó un poco más a Matt y Ray, bajando la voz.
"Voy a conseguir que nos lleve", susurró. "Hora de usar mis encantos femeninos".
Ray la miró con sorpresa, y Matt levantó una ceja, pero no dijo nada. Naomi, con una sonrisa de seguridad, se adelantó rápidamente, dirigiéndose hacia el camión estacionado más adelante con pasos decididos. Su actitud cambió al instante. La inocencia que solía proyectar se transformó en una confianza audaz, casi desafiante.
Ray y Matt se quedaron atrás, observando cómo Naomi se acercaba al camión. Nadie les dijo que Naomi sabía cómo usar su encanto. En ese momento, ella comenzó a caminar con una postura relajada, su cuerpo ligeramente inclinado hacia el camión, y sus ojos brillando con una mezcla de simpatía y astucia. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, levantó la mano y saludó al conductor, quien levantó la vista con curiosidad.
"¡Oye, guapo!" Llamó a Naomi, su tono ligero y juguetón. "¿Vas hacia la estación más cercana? Necesitamos un aventón, y parece que tú eres nuestro salvavidas."
El camionero, un hombre de mediana edad con una barba desordenada, miró a Naomi con una sonrisa que reflejaba tanto interés como desconfianza. Aun así, el tono de Naomi, su forma de caminar, y sobre todo, su actitud confiada, hicieron que el hombre se sintiera intrigado.
—"¿Y por qué deberías ayudarte, eh?" respondió el camionero, con una ligera sonrisa burlona. "¿Qué me ofreces a cambio?"
Naomi sorprendiendo, sabiendo que el juego ya estaba en marcha. Se acercó un paso más, dejando que su cercanía fuera lo suficientemente evidente como para que el hombre no pudiera evitar notarlo. "Te ofrezco compañía, y una conversación interesante", dijo, su voz suave pero clara. "¿Qué opinas? Un par de chicos como nosotros no podríamos hacerle daño, ¿verdad?"
El camionero se rió entre dientes, claramente disfrutando del coqueteo, y tras un breve momento de duda, acercando. "Está bien, súbanse. Pero no quiero ningún problema con esos dos."
Naomi, con una sonrisa satisfecha, se giró hacia Matt y Ray, señalándoles que subieran al camión. Los dos, aunque algo reticentes, no dijeron nada. Ray echó una mirada a Naomi, pero no comentó sobre su forma de obtener lo que quería. Matt, por su parte, simplemente ascendió y subió al camión, siguiendo a Naomi. Una vez dentro, se acomodó en la parte trasera, el camión comenzó a moverse, y la carretera se estiró ante ellos como una promesa de distancia y libertad.
El viaje comenzó tranquilo, pero la preocupación seguía en el aire. Aunque Naomi había logrado su objetivo, la sensación de ser observados seguía presente. Cada vez que pasaban cerca de una ciudad o de una multitud, el ambiente se volvía más tenso. Matt, con su mirada siempre alerta, no podía evitar escanear cada rostro que veían a lo lejos, como si el peligro estuviera acechando en cada esquina.
"¿Seguro que esto es seguro?" preguntó Ray, rompiendo el silencio mientras observaba el paisaje que pasaba rápidamente.
Naomi, recostada en la parte delantera del camión, sonriendo con tranquilidad. "No te preocupes. El conductor no tiene ni idea de quiénes somos. Lo único que quiere es llegar a su destino y además ser acompañado por alguien para distraerse. Mientras sigamos siendo discretos, estaremos bien."
A pesar de las palabras de Naomi, Matt no podía dejar de sentir que la tensión seguía en el aire. El viaje no sería fácil, y la incertidumbre seguía acechando. Pero por ahora, el camión los llevaba hacia la estación, y ese era un paso más en su escape.
El camión avanzaba por la carretera, el sonido de las ruedas sobre el asfalto resonando en el aire cálido del verano. El paisaje se deslizaba a gran velocidad, pero en el interior del vehículo, el tiempo parecía alargarse. El camionero, que había accedido a darles un aventón, mantenía una actitud relajada, casi confiada, mientras manejaba. Naomi, sentada cerca de la cabina del conductor, intentaba mantener la conversación ligera, mientras Matt y Ray permanecían en silencio, observando.
El aire dentro del camión estaba impregnado con el olor a tabaco y gasolina, y la mezcla de esos aromas, junto con la constante vibración de las ruedas en la carretera, parecía crear una atmósfera de tensión latente. El calor era insoportable, y aunque el camión avanzaba a buena velocidad, la sensación de estar demasiado cerca de la ciudad y las posibles patrullas de la policía seguían pesando sobre ellos.
El camionero, un hombre de rostro curtido por el sol y con una barba desaliñada, les lanzó una mirada curiosa a través del retrovisor. Naomi, con su sonrisa encantadora, no tardó en tomar la iniciativa.
"Entonces, ¿a dónde vas exactamente?" preguntó Naomi, su tono ligero y amigable, mientras se inclinaba hacia el conductor con una sonrisa juguetona.
El hombre, que había estado mirando la carretera, la miró de reojo antes de responder. "Voy a hacer una parada a Berum, para luego ir hacia el este. Llevo unos días demasiado tensionado y la compañía me vendría bien. ¿Por qué, ustedes también van hacia allá?"
Naomi se movió rápidamente, manteniendo su postura relajada, mientras sus ojos brillaban con interés. "Sí, justo hacia allá. Hemos estado viajando por un tiempo y queríamos ahorrar algo de tiempo".
El camionero avanzando, pero sus ojos se entrecerraron con una ligera sospecha. "Hmm, ¿y qué harán en Berum? ¿Son turistas o algo así?"
Naomi rió suavemente, sabiendo que debía mantener la conversación en terreno seguro. "Algo así, sí. Estamos buscando nuevas aventuras. Ya sabe, disfrutar la juventud."
Matt, que había estado observando en silencio, se permitió hacer una intervención breve. "¿Y cómo está la situación en Berum? ¿Algún lugar que nos recomiende?"
El camionero soltó una risa baja, como si la pregunta le pareciera curiosa. "¿Turismo? Bueno, siempre hay algo. No es como si conociera al derecho y al revés la ciudad, pero al estar cerca a la casa noble tendrá algunos lugares por ahí. No es fácil cruzar debido a eso, pero nada que un buen guía como yo no pueda manejar. Y claro, si tienes las conexiones adecuadas, todo es más sencillo."
Naomi aprovechó la oportunidad para continuar con la conversación. "¿Conexiones, eh? ¿Qué tipo de conexiones?" preguntó, con un tono insinuante.
El camionero se rió nuevamente, pero esta vez su tono se volvió más grave. "Oh, ya sabes. Gente que tiene intereses en que ciertas personas pasen sin que los interroguen. Pero no es algo que se pueda hablar así nomás, ¿verdad? Hay cosas que mejor no preguntar."
Ray, que había permanecido en silencio, miró al camionero con una ligera desconfianza. "¿Qué quieres decir con eso? ¿Estamos hablando de turismo aún, verdad?"
El camionero lo miró a través del retrovisor, con una mirada que no alcanzaba a ser completamente amistosa. "Claro que hablo de eso, amigo. Pero también me refiero a simples negocios... como cualquier otro. Nada que deba preocuparles, siempre y cuando no se metan en problemas."
Naomi, al notar que la conversación estaba tomando un giro incómodo, intervino rápidamente para desviar la atención. —"¡Vaya, qué interesante! Y dime, ¿tienes alguna historia divertida sobre la carretera? Algo que te haya pasado en tus viajes. A mí siempre me gusta escuchar anécdotas."
El camionero, algo desconcertado por el cambio de tema, soltó una risa nerviosa. "Bueno, historias hay muchas. Pero... no sé si te gustaría escuchar algunas de ellas. La carretera puede ser un lugar extraño, ¿sabes?"
Naomi irritante, su tono ahora más relajado. "Claro, seguro que nos encantaría escuchar alguna. A veces es bueno distraerse un poco del viaje, ¿no?"
El camionero pensó por un momento, pero parecía dispuesto a seguir la corriente. —"Pues bien, una vez me encontré con un grupo de viajeros... no eran como ustedes, pero tampoco eran como los demás. Se veían... raros, por decirlo de alguna manera. Parecían estar huyendo de algo, pero no supe qué. La policía especial los detuvo, cosa rara ya que no se para que sirven esos patanes, y aunque al principio no parecían nada sospechosos, algo en su mirada me dijo que no eran quienes decían que los dejaban ir, claro, pero algo en ese encuentro me dejó inquieto."
Naomi, al escuchar la historia, se tensó ligeramente, pero trató de mantener su compostura. "Eso suena... extraño. ¿Y qué pasó con ellos?"
El camionero encogió los hombros. "No lo sé. Nunca los volví a ver. Pero esa mirada... esa sensación... nunca la olvidé. Como si supieran algo que los demás no sabíamos. Como si estuvieran más allá de todo eso."
Ray y Matt intercambiaron una mirada, ambos sintiendo que las palabras del camionero resonaban más de lo que deberían. El camionero no parecía estar directamente relacionado con lo que ellos buscaban, pero sus palabras sobre los "viajeros extraños" les hicieron pensar.
Sin embargo, la conversación estaba a punto de tomar un giro mucho más incómodo. Mientras Naomi intentaba mantener la conversación ligera, el camionero, con una sonrisa ladeada, comenzó a hacer comentarios cada vez más atrevidos. Naomi, que había estado esquivando sus insinuaciones, se dio cuenta de que el hombre no estaba dispuesto a dejar de lado su interés.
"Oye, ¿por qué no te quedas conmigo un rato después de llegar a Berum?" dijo el camionero con una sonrisa lujuriosa, mientras deslizaba una mano al regazo de Naomi. "Seguro que podríamos... divertirnos."
Naomi, sorprendida y molesta, retrocedió instintivamente. "¡Eh! ¿Qué crees que estás haciendo?"
El camionero, sin embargo, no se detuvo. Extendió su mano hacia Naomi, intentando tocar su muslo con una actitud posesiva. La situación se volvió tensa al instante. Naomi intentó apartarse rápidamente, pero la fuerza del hombre era mayor. Fue entonces cuando Ray, que había estado observando la escena, reaccionó al instante.
"¡Suéltala!" gritó Ray, saltando hacia el conductor y agarrando su brazo con firmeza.
El camionero intentó resistirse, pero Ray, con su potencia y su fuerza, logró revertir la situación. Sin embargo, en medio del forcejeo, el camión perdió el control. Los tres sintieron cómo el vehículo comenzó a balancearse peligrosamente, y antes de que pudieran reaccionar, el camión se estrelló contra la barandilla de un puente, con un ruido ensordecedor.
El vehículo quedó colgado, a punto de caer al vacío.
Ray y Matt se bajaron rápidamente, con los músculos tensos por la adrenalina, pero Naomi no podía dejar de mirar al conductor, que ahora estaba atrapada dentro del camión.
"¡Tenemos que salvarlo!" exclamó Naomi, acercándose al borde.
Matt y Ray la miraron, ambos negando con la cabeza. "No lo hagas, Naomi", dijo Matt, con tono firme y una mirada despectiva hacia el camionero atrapado por su cinturón de seguridad. "Lo que hizo no tiene perdón. Es solo un simple humano corrompido más del montón de basura que circula el mundo."
Pero Naomi, a pesar de la rabia y la incomodidad, no podía dejar de pensar que, a pesar de sus acciones, el hombre no merecía morir. "No lo dejaré morir", respondió con titubeo. "Él pagará por lo que hizo, pero no creo que merezca morir aquí".
La discusión fue breve, pero intensa. En el instante en que Naomi intentó salvar al conductor, el camión, ya inestable, comenzó a ceder y cayó al vacío, dejando a Naomi apenas una salva, colgando de un borde.
La caída del camión resonó en la madrugada, su estrépito se desvaneció en el aire, pero el peligro seguía presente. La oscuridad envolvía el paisaje abandonado de Asteria, y aunque la adrenalina de la huida aún recorría sus venas, Matt, Naomi y Ray sabían que no podían perder ni un segundo más. A pesar de que el camión se había estrellado, el ruido atrajo la atención, y la presencia de la policía no tardaría en llegar. No podía quedarse allí.
La única opción era adentrarse en el bosque que se encontraba cerca, en dirección a la ciudad de Berum, donde se encontraba la estación de tren que los llevaría a su próximo destino. El trayecto hacia la ciudad fue corto pero agotador. A medida que se adentraban en la oscuridad de la noche, las sombras del paisaje se alargaban, y la sensación de estar siendo observados se hacía más fuerte. A cada paso, los tres se mantenían en silencio, avanzando con cautela para no llamar la atención.
Naomi, aunque cansada, mantenía su energía, y fue ella quien rompió el silencio con su característico tono optimista, aunque un tanto cansado.
"¿Creen que vamos a lograrlo? ¿Llegar al tren sin que nos detecten?" preguntó, tratando de aligerar el ambiente, pero sabiendo que la respuesta era incierta.
Ray, siempre alerta, echó un vistazo a su alrededor antes de responder. "No hay otra opción. Si nos quedamos aquí, estamos perdidos. Solo tenemos que seguir adelante."
Matt, que caminaba al frente, mantuvo su silencio habitual. Su mirada fija en el camino, su mente trabajando en cada paso que daban, en cada posible amenaza. Sabía que el tiempo se agotaba, y que debían moverse rápido.
El trayecto a través del bosque fue largo, pero finalmente, después de horas de caminar en la oscuridad, llegaron a la estación de tren de Berum. La ciudad, aunque tranquila en apariencia, estaba bajo el régimen de una de las familias nobles mas importantes de la nación, así que la seguridad cercana a la estación era evidente.
"¿Cómo vamos a pasar?" Murmuró Naomi, mirando la estación desde lejos, evaluando las posibilidades.
Ray inspecciona el entorno con atención. "Vamos a tener que ser discretos. Si nos atrapan aquí, sería un desastre".
Matt, sin perder tiempo, analizó la estación y los alrededores. Sabía que tenían que ser rápidos y eficaces. "Nos colaremos en uno de los vagones, sin que nos vean. No tenemos tiempo para planear más."
El grupo se acercó con cautela, y a medida que se deslizaban entre las sombras, lograron escapar de los controles de seguridad. En cuestión de minutos, se encontraron dentro de uno de los vagones del tren, ocultos en la oscuridad.
El tren comenzó a moverse lentamente, y el viaje hacia Kellim, la ciudad fronteriza, comenzó. El ambiente dentro del vagón era tenso, y el viaje parecía interminable. Naomi, sin embargo, intentó aliviar la atmósfera con su carácter extrovertido.
"¿Sabían que las ranas pueden saltar más de 20 veces la longitud de su cuerpo? ¡Eso es impresionante!" comentó Naomi, con una sonrisa traviesa.
Ray, que estaba sentado cerca de ella, levantó una ceja, pero no pudo evitar sonreír ligeramente. "Sí, claro, Naomi. ¿Y qué tal si hablamos de algo más útil, como cómo no ser atrapados?"
Matt, en su estilo característico, intervino con su tono seco y directo. "Solo sigan callados. Si hablamos demasiado, nos delatarán."
Naomi, aunque un poco desanimada por la respuesta de Matt, asintió y se quedó en silencio, pero no tardó en murmurar un par de chistes más en voz baja, buscando distraer a sus compañeros. El viaje en el tren fue largo, aunque las ocurrencias de Naomi ayudaron a aliviar las tensiones que ocurrían con el transcurrir del tiempo. El viaje les dio tiempo para pensar en lo que les esperaba en Kellim.
El tren avanzaba por los paisajes de Asteria, pasando por los magníficos campos de cultivo representativos, conocida como la nación más prospera. Finalmente, después de horas de viaje, el tren comenzó a frenar al acercarse a la estación de Kellim. La ciudad, conocida por su seguridad reforzada, se veía más vigilada que nunca. Las luces de la estación iluminaban el entorno, y los controles de seguridad eran aún más estrictos que en Berum.
"Tenemos que salir ahora", dijo Matt, con su voz baja pero firme. "No podemos quedarnos aquí mucho más tiempo."
El grupo se preparó para salir rápidamente. Mientras el tren se detenía, se deslizaron hacia las puertas traseras del vagón, impidiendo ser vistos por las patrullas de seguridad. Con movimientos rápidos y coordinados, lograron saltar del tren y se adentraron en la oscuridad de la ciudad, dirigiéndose al Bosque de Kellim.
El Bosque de Kellim, famoso por su biodiversidad y su estatus como reserva ecológica de Asteria, era su único refugio en ese momento. Al llegar al borde del bosque, Naomi sintió una extraña sensación de recorrer su cuerpo. El aire estaba cargado de maná, y la irregularidad que había percibido antes de intensificarse. No era solo un susurro en el aire; Era una presencia palpable, una energía que no podía ignorar.
"Es extraño", dijo Naomi, deteniéndose en seco mientras miraba hacia el interior del bosque. "El maná... está demasiado concentrado. Algo o alguien está aquí."
Ray frunció el ceño, sintiendo también la vibración en el aire. "¿Qué quieres decir con eso? ¿Es uno de los que buscamos?"
Naomi se acercó con gravedad. "Sí. Sabía que no me equivocaba. Está aquí, en el interior de este bosque."
El grupo, ahora consciente de que no estaban solos, comenzó a avanzar con cautela. Cada paso que daban era medido, evitando cualquier ruido que pudiera delatarlos. El bosque, aunque hermoso y lleno de vida, parecía estar ocultando algo más. La sensación de que algo grande estaba por suceder era cada vez más fuerte.
Finalmente, al adentrarse más en el bosque, Naomi sintió cómo la energía se intensificaba aún más. Era como si el aire estuviera cargado de una energía palpable, y el maná, que normalmente fluía de manera tranquila, se sentía inquieto.
"Lo tenemos", murmuró Naomi, mirando a sus compañeros. "El siguiente elegido está cerca." Señaló a una cabaña que parecía abandonada, un poco lejos en el único claro del bosque.
La búsqueda había terminado. Habían dado con la ubicación de la persona que buscaban, pero ahora, el verdadero desafío comenzaba.