En el corazón de la aldea Viento Verde, Althena, una sabia respetada, estaba a punto de traer una nueva vida al mundo. La noticia del embarazo de Althena había llenado de esperanza a la tribu, pero a medida que se acercaba el día del parto, la tensión se apoderaba de la aldea.
Los ancianos de la tribu prepararon un ritual ancestral para presentar el próximo nacimiento a los elementos. Alrededor de la casa de Althena, danzaban, entonando cánticos que buscaban la bendición de los guardianes para el parto. A lo lejos, Rac_crak, el esposo de Althena, observaba con nerviosismo junto a sus hermanos, Yag_gon y Yu_gi. La incertidumbre y la ansiedad llenaban el aire mientras el ritual se desplegaba.
Cuando el momento del parto llegó, los elementos, que hasta entonces estaban en calma, se manifestaron de manera inesperada. La energía se volvió tumultuosa, caótica y peligrosa. Un torbellino de fuerzas imponentes se desató en la aldea, creando una atmósfera sobrecogedora.
Rac_crak, preocupado por la seguridad de Althena, se aproximó a la casa, pero una barrera invisible parecía separarlo de lo que sucedía adentro. Los ancianos continuaron el ritual con determinación, buscando apaciguar la furia de los elementos.
En el interior de la casa, Althena luchaba en medio de los vientos caóticos. La tribu, al presenciar los eventos, creía que los guardianes estaban enojados. Susurros de temor y especulaciones se extendían entre los miembros de la aldea.
Finalmente, en medio de la tormenta elemental, nació el niño. La habitación, que antes estaba llena de caos, se llenó de un silencio mágico. Althena, sosteniendo al recién nacido en brazos, anunció con voz serena el nombre del niño: Henry.
Los ancianos, al ver que el niño había nacido sin incidentes, interpretaron la manifestación de los elementos como una prueba divina, una bendición especial para el nuevo miembro de la tribu. Rac_crak, aliviado y lleno de emoción, se unió a su esposa e hijo.
La noticia se extendió por la aldea, y la tribu, inicialmente temerosa, comenzó a ver a Henry como un ser destinado a algo grande. La incertidumbre que rodeaba su nacimiento solo aumentó el misterio y la intriga en torno a este niño único.
En los días que siguieron, la aldea Viento Verde se sumió en conversaciones y especulaciones sobre el significado detrás del caos elemental durante el parto de Henry. Mientras tanto, el destino del joven niño, marcado por los elementos y los guardianes, empezaba a escribirse en las estrellas.