Andrés se quedó atónito, con la mente nublada por la confusión y el dolor. La idea de sacrificar a otra persona era repugnante para él, pero el deseo de volver a ver a Estefanía era irresistible. ¿A quién podría sacrificar? ¿A quién podía condenar a un destino tan cruel?
Esa noche, Andrés no pudo dormir. Las imágenes de Estefanía y la voz de la criatura lo atormentaron sin descanso. Se levantó al amanecer, con la mirada perdida y el rostro demacrado. La decisión que debía tomar era tan difícil como terrible.
¿Qué decisión tomará Andrés? ¿Podrá encontrar una manera de salvar a Estefanía sin sacrificar a otra persona?
El final de la historia queda abierto a la interpretación del lector.
Fin