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A Villain's Prophecy

Cam_Harmonia
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Synopsis
Por quinta vez, este mundo repleto de magia va a tener un giro drástico, y la causa de esto, serán los logros de un solo hombre. Un joven pelirrojo, obtuvo una importante tarea encomendada por las Deidades, y será proteger un valioso tesoro. Con este mismo, el pelirrojo será capaz de poner un antes y un después en la historia como se conoce, mientras que el tesoro a su vez, será capaz de cambiar al propio pelirrojo.

Table of contents

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Chapter 1 - Prólogo

En un vasto mundo, se logran observar Reinos a lo largo de los cuatro continentes, algunos siendo superiores a otros. Pero sin ninguna duda, uno de los Reinos más fuertes de todos, es el Reino principal del continente Dragón, El Reino del Dragón.

El Continente Dragón, el continente donde se encontraban los ya desaparecidos Dragones, y nombrado así gracias al Primer Rey que se alzó, y que cuentan las leyendas, logró crear un vínculo con ellos, antes de que estos fueran desapareciendo poco a poco, hasta el punto de ser criaturas mitológicas casi inexistentes.

El Reino del Dragón, siendo la Capital del continente, es el Reino más reconocido de este, y su fama no miente. Una de las razones de su riqueza, se debe a su posición en las tres guerras del caos que se dieron en el pasado, siendo el continente junto con la capital que salieron mejor parados de todas estas, gracias a su gran poder militar e inteligencia en las diferentes adversidades.

No hay ningún Reino perfecto, pero el que más se asemeja a esa idea, se tratara el Reino del Dragón. Todos sus habitantes comparten una vida grata y llena de felicidad, la pobreza es extremadamente escasa, con la guardia protegiendo el Reino de día a noche, con uno de los gremios de Aventureros mejor construidos, y con una política justa y correcta. El Reino del Dragón siendo uno de los más impecables del Continente y del Mundo.

Aunque, había un hombre que pasaba por alto tal título.

—¡¡QUE NO ESCAPE!! —Gritaban los guardias mientras corrían por la zona Noroeste del Reino, creando un gran escándalo por donde iban.

Hace unos pocos meses, un misterioso hombre apareció, un ladrón para ser específicos, siendo este el responsable de múltiples robos.

Este sujeto no tenía miedo de ser atrapado, o más bien, confiaba en que no lo seria, ya que, sin una pizca de temor, realizaba sus robos a plena luz del día, y portando la misma vestimenta de siempre, la cual se trataba de un abrigo de color azul claro, con una capucha que ocultaba el color de su cabello, y haciendo par con esta, una máscara blanca la que mantenía en secreto su rostro, volviéndolo un completo misterio.

Y lo que era peor, era su actitud arrogante y burlona con la que tanto presumía.

—¿Eso es todo lo que tienen? ¿En serio no han aprendido? Supongo que el Reino confía en que sus guardias atrapen a un simple ladrón, pero supongo que ni para eso son capaces JAJAJA ¡QUE DIVERTIDO! —A pesar de ser el punto de mira número uno, el ladrón no fue capaz de contener su burla y echarse al suelo para comenzar a reírse a carcajadas de los guardias.

Lo que estaba cometiendo era un gran crimen, no solo estaba ensuciando la reputación del Reino, él no era como el resto de los ladrones los cuales se capturarían sin mayores problemas, era ingenioso y habilidoso, lo cual no aparentaba con su actitud infantil, la cual no debería de ser así, ya que, si lo llegasen a capturar, una ejecución es lo menos que se esperaría.

Le lanzaban flechas y lanzas a diestra y siniestra, pero él como si se tratase de un juego de niños, las esquivaba con suma facilidad, incluso, llegando a agarrar una de tantas lanzas, y al pensar en una idea divertida, actuó como un guardia más con la lanza en mano, así, hasta que se dieron cuenta de él y tuvo que huir del lugar, no sin antes soltar una gran carcajada. Una de sus tantas burlas.

La persecución se estaba alargando, y para darle fin a esta, el ladrón subió encima de los techos de las casas, locales y edificios que se encontraba, sin embargo, tenía la costumbre de huir por estos mismos cada vez que planeaba desaparecer, y los guardias, se habían dado cuenta de este detalle.

En el extremo de uno de los tejados, el ladrón se había encontrado con cuatro guardias, todos con una armadura completa, un escudo con el símbolo del Dragón dibujado en él y lanzas de gran calidad. Al verlos, instintivamente, el ladrón se dio la vuelta para fugarse por otro lugar, pero cuando intentó poner plan en marcha, en el otro extremo se encontró con otros tres, portando la misma armadura, dos con lanzas y uno con espada, rodeando así al ladrón.

Antes de que pensara en un plan de huida, el guardia de la espada, el cual, siendo el superior entre todos estos, gritó.

—Aquí te tenemos idiota... ¡VAS A PAGAR POR TODO LO QUE HAS HECHO!

Lamentablemente, realizar robos no era lo único que había cometido.

Como todo un niño, se mantenía estropeando el puesto de los guardias en numerosas ocasiones pintando en estos dibujos o palabras provocativas. Realizó varias bromas subidas de tono a algunos guardias, robaba comida o dulces de algún vendedor, y por último, a veces se le veía intentando entrar a algún burdel, pero antes de poder lograrlo, era interrumpido por los guardias. Aunque esto último no era ningún crimen, no iban a dejar que tal sujeto hiciera lo que quisiera sin ser capturado y juzgado antes.

—Oye vamos, tampoco es como si hubiera hecho el mayor delito ¿No?

Respondió el mismo guardia—. Maldito patán, no te vengas a excusar ahora. Hagamos esto por las buenas y entrégate, no tienes donde huir.

Al hablar, un silencio dominó el lugar, debido a que el ladrón comenzó a pensar sobre la situación actual. Y contra las expectativas de todos, el ladrón empezó a dirigirse hacia el guardia con las manos levantadas.

—De acuerdo, ya no quiero problemas.

El guardia al ver la situación se sorprendió, debido a que nunca pensó que sus palabras funcionarían, pero como todo un profesional, recompuso su cara y lo observó con una expresión fría y seria.

Cuando el ladrón estaba enfrente del guardia, este último volvió a hablar.

—No puedo esperar a ver como reaccionaras a tantas preguntas, pero primero, toca ver quién se esconde detrás de esa máscara, quiero ver quién es el responsable de tantos problemas.

Bastante emocionado, el guardia alzó su mano y para retirarle de una vez aquella máscara, pero antes de lograrlo, el ladrón bajó su mano derecha con rapidez y apuntó al suelo.

—Lo siento, pero aún no estoy dispuesto a que me capturen. —Dijo el ladrón con un tono divertido. 

Al decir esto, casi al instante, la palma de su mano comenzó a iluminarse, haciendo que todos los presentes se pusieran en guardia, mientras que el ladrón simplemente dijo con ánimo.

—¡Burst!

Desde la palma de su mano, se liberó una explosión, creando llamas, humo y un gran impacto al momento de aparecer.

El tejado donde se encontraban no sufrió ningún daño gracias a la protección mágica que poseen las estructuras del Reino. Los guardias no fueron tontos y retrocedieron para librarse del ataque, pero sin saber que el ladrón había hecho lo mismo.

La explosión no le afectó ni en lo más mínimo, en vez de eso, fue levemente impulsado gracias a esta, y al momento de caer al suelo, con prisa, comenzó a correr hacía los cuatro guardias que se encontraban en el otro extremo. Estos ya habían levantado sus escudos y lanzas para prepararse contra el ladrón, aunque, este mismo al ver la situación, simplemente dio un salto quedando por encima de ellos para luego apuntarles con su mano. Pensando que volvería a atacar, alzaron sus escudos y se protegieron para cualquier impacto, sin saber, que eso era lo que planeaba el ladrón.

Sin liberar otra explosión, aterrizó encima de uno de los escudos, y una vez en este, se preparó y dio otro salto hacia enfrente. Sin embargo, delante de él no había alguna otra estructura, en vez de eso,  se encontraba una de las calles principales, dejando una altura de diez metros entre el tejado y el suelo, pero si lograba aterrizar sin lograr lastimarse, podría alterar al público, haciendo que su captura sea más fácil. El otro tejado se encontraba a veinte metros de distancia, era imposible llegar a él.

O por lo menos para alguien normal.

—Burst.

De nuevo, el ladrón realizó otra explosión apuntándole al suelo, haciendo que, gracias al impulso de esta, lograra llegar al otro tejado sin dificultades, con demasiada facilidad de hecho.

—JAJAJA, No puedo creer que hayan caído en eso, siete hombres y no lograron nada, si fuera ustedes presentaría una carta de renuncia por tal humillación, pero bueno, mejor suerte para la próxima, espero que me vuelvan a hacer reír Jajaja.

Al terminar de reír, sin mucha preocupación encima, salió corriendo. Los guardias no serían capaces de llegar al otro tejado, mientras que con el ladrón, no se encontraba algún guardia impidiendo que escape, por lo que su fuga fue un éxito.

—¡¡MALDICIÓN!!

El Guardia al ver esto, no puedo hacer otra cosa que gritar de frustración.

Sin embargo, lo siguiente haría que la situación cambiara drásticamente.

—¿Qué sucedió aquí?

Repentinamente, un hombre apareció en la escena, y los siete guardias al notar su presencia, rápidamente dejaron su ira y se arrodillaron ante él, y esto debido, a que ese hombre, era el Tercer Guardia Real del Rey Drakón, siendo una de las figuras más importantes del Reino.

—¡LO LAMENTAMOS SIR THOMAS, FALLAMOS EN LA CAPTURA DEL LADRÓN!

Él hablo con calma—. Levanten la cabeza, no tienen razón para disculparse, ya que ahora, su captura está en mis manos.

Fin del Prólogo.