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Chapter 2 - Capitulo 2: Hobgoblins, peor que una plaga

Ay... Hob-goblins.

La versión mortífera de los Goblins, porque claro, el mundo no tenía suficiente con las versiones pequeñas, molestamente reproductivas. Los hob-goblins no solo son más grandes y fuertes; también son capaces de enfrentarse a múltiples aventureros experimentados y salir victoriosos, gracias únicamente a su proeza física. Y eso sin mencionar sus habilidades marciales.

Ah, sí, porque estos desgraciados descubrieron que una espada es mucho mejor que un palo afilado. Y lo peor de todo es que saben usarla. No con la elegancia de un maestro espadachín, claramente, pero definitivamente lo suficientemente bien como para convertir a un aventurero promedio en rebanadas.

No contentos con su fuerza bruta, los hob-goblins también son lo suficientemente inteligentes como para idear tácticas en combate. Si un goblin promedio ataca como una rata, un Hob-Goblin es más como un lobo: calculador, paciente y letal.

A diferencia de sus repulsivos hermanos menores, los Hobgoblins exhiben un nivel de organización y disciplina que resulta casi admirable… si no fuera porque están intentando matarte. Estas criaturas tienen una inclinación natural hacia la creación de sociedades militaristas, donde la estructura jerárquica lo es todo. Los hob-goblins más fuertes y astutos ascienden al poder como señores de la guerra, liderando ejércitos con un orden sorprendente para alguien que comparte ADN con un goblin promedio.

En estas sociedades, cada miembro tiene un propósito, ya sea luchar, forjar armas o simplemente cargar las flechas. Su sentido de disciplina y obediencia es tan riguroso que un Hobgoblin común sería capaz de marchar hacia una muerte segura si así lo ordena su líder. ¿Les suena familiar? Sí, en muchos aspectos, son desconcertantemente similares a nosotros, los humanos. Excepto, claro, por lo verde, lo colmilludo y el hecho de que disfrutan saquear pueblos por deporte… esa última parte creo que se asemeja bastante a los humanos.

Lo que realmente hace temibles a los hob-goblins es su destreza marcial. Mientras que un Goblin empuña un palo puntiagudo con la gracia de un pato borracho, un Hobgoblin maneja una espada con una competencia alarmante. Sus habilidades no se detienen en el combate cuerpo a cuerpo; son expertos arqueros, tácticos, ingeniosos y, lo peor de todo, pueden coordinar emboscadas con una precisión casi militar.

¿Armamento sofisticado? Claro, ellos lo tienen. ¿Tácticas avanzadas? También. Y no creas que lo hacen por instinto. Los hob-goblins entrenan. Imagínate, ¡entrenan! Hasta el goblin más débil en su ejército podría enfrentarse a un aventurero promedio y salir solamente casi muerto.

En muchos aspectos, los hob-goblins no son tan diferentes de nosotros. Construyen, planifican y luchan con una precisión y coordinación que rivalizan con los ejércitos humanos. La única diferencia —además de lo verde y lo desagradable— es que, en lugar de defender sus tierras o ideales, los Hobgoblins prefieren expandir sus dominios a base de saqueos y destrucción.

Uno pensaría que con toda la fuerza, inteligencia y habilidad que tienen los Hobgoblins, el universo habría decidido ponerles alguna debilidad significativa. Pero no. En lugar de eso, estas criaturas tienen la osadía de contar con un físico perfecto para el combate.

Los hob-goblins poseen una constitución robusta y musculosa, superando al humano promedio en fuerza y resistencia. Este físico no es casualidad; se perfecciona con un entrenamiento riguroso y un estilo de vida obsesionado con la destreza marcial. Imagínate un gimnasio lleno de hob-goblins levantando rocas y compitiendo por ver quién puede destrozar un escudo con las manos desnudas. Eso es básicamente su día a día.

Como si su musculatura y habilidades marciales no fueran ya suficientes para ponernos a sudar, los Hobgoblins cuentan con una armadura natural. Su piel es gruesa y resistente, y su tejido muscular denso actúa como un escudo contra los ataques cortantes. Esto significa que, si tienes la mala suerte de enfrentarte a uno, tu espada podría sentirse más como un cuchillo de mantequilla intentando atravesar cuero endurecido. ¿Mencioné ya lo mucho que odio a estas cosas?

Por si su fuerza descomunal no fuera suficiente, los hob-goblins también son sorprendentemente ágiles. Se mueven con una fluidez que no esperarías de algo tan musculoso, ejecutando maniobras acrobáticas que harían llorar de envidia a cualquier ladrón o acróbata humano. Esto no solo los hace efectivos en combate cuerpo a cuerpo, sino que también les permite realizar operaciones sigilosas con una precisión aterradora.

Si alguna vez intentas sorprender a un hob-goblin, te garantizo que serás tú quien termine sorprendido. Sus reflejos son ultrarrápidos, lo que les permite reaccionar ante cualquier amenaza o cambio en su entorno con una velocidad que roza lo sobrehumano. ¿Lanzas una flecha? La desvían. ¿Intentas flanquearlos? Ya lo vieron venir. Es como si tuvieran un sexto sentido para el peligro… Lo que, para nuestra desgracia, probablemente tengan.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, los hob-goblins también tienen una resistencia increíble. Pueden soportar batallas interminables, marchas agotadoras y condiciones que dejarían a cualquier humano tirado en el suelo rogando por piedad. No se rinden, no se detienen y, lo peor de todo, no se cansan.

Ahora, lo único bueno de que un Goblin se convierta en un Hobgoblin es que pierden cualquier tipo de deseo reproductivo. Sí, estos desgraciados están tan ocupados siendo máquinas de matar que el concepto de romance o procreación no les interesa en lo más mínimo. Y, aunque por alguna razón decidieran reproducirse, el resultado sería un goblin común y corriente, tan inútil como cualquier otro.

Así que, al menos en este aspecto, podemos respirar aliviados. Aunque claro, si necesitas consuelo después de enfrentarte a uno, probablemente ya estés muerto.

Cuando un goblin da el salto evolutivo a Hobgoblin, no solo mejora su físico; también su apariencia se vuelve aún más intimidante. El cambio suele incluir:

Una mandíbula más poderosa, como una trampa para osos.

Colmillos prominentes que sobresalen de la mandíbula inferior, perfectos para intimidar o, peor aún, destrozar cualquier cosa que atrapen.

Rasgos faciales más definidos, que, dependiendo de su caótico mestizaje con otras especies humanoides, pueden variar entre "ligeramente humanoides" y "pesadilla viviente".

Este mestizaje puede dar lugar a hobgoblins con características únicas, como orejas más largas, ojos de colores inusuales o incluso protuberancias óseas que aumentan su ya considerable capacidad para sembrar el pánico. Es como si la naturaleza hubiera decidido combinar lo peor de cada raza en un paquete letal y desagradable.

La transformación de un Goblin en Hobgoblin no es solo una mejora física, sino también un cambio profundo en su psicología. Estos seres no solo se vuelven más fuertes y letales; a menudo desarrollan un nuevo sentido de propósito y ambición. Mientras que los Goblins tienden a ser impulsivos y egoístas, los Hobgoblins sienten una necesidad casi instintiva de liderar y ascender en la jerarquía social. Este deseo de poder los lleva a asumir roles de liderazgo dentro de las tribus o incluso a formar sociedades militares organizadas, donde cada uno de ellos aspira a ser más que una simple plaga en el mundo.

Este impulso hacia el poder no siempre es racional. Los hobgoblins no temen la muerte, y muchos de ellos ven las batallas como una forma de demostrar su valía. Es común que se enfrenten a los más fuertes dentro de su sociedad para ascender, convirtiéndose en auténticos líderes militares y estrategas. De ser simples saqueadores, los Hobgoblins pasan a ser una amenaza organizada que podría rivalizar con cualquier ejército humano.

La aparición de Hobgoblins dentro de la sociedad Goblin tiene implicaciones mucho más profundas que simples luchas por poder. Estos individuos mejorados suelen ser vistos casi como leyendas vivientes o figuras veneradas dentro de sus tribus. De hecho, los hobgoblins a menudo se convierten en íconos culturales, con sus hazañas y experiencias siendo celebradas como ejemplos de destreza y resiliencia excepcionales. Es probable que los goblins más pequeños cuenten historias de sus victorias en combate, no como meras anécdotas, sino como narrativas épicas llenas de detalles exagerados.

Los hobgoblins mismos no se ven como simples guerreros, sino como guerreros elegidos, destinados a elevarse por encima de su existencia como meras plagas. Y aunque la mayoría de las razas humanas y otras criaturas pueden ver a los hob-goblins como monstruos, para su sociedad son emblemas de poder.