*ALTEA*
Ya había pasado una semana desde que Therius y Layra regresaron a la academia, y mi corazón dolía cada vez que los veía partir hacia aquí. Solo me quedaba Elowen en casa, y me alegraba que ella se motivara más con la ausencia de sus hermanos. Se concentraba en su entrenamiento, repitiendo una y otra vez: "Me haré más fuerte para seguir a mis hermanos y no quedarme atrás". Esa determinación me hacía sonreír mientras la observaba agitar su espada.
"Altea, ya está todo listo para que regresemos mañana. Nos vamos," me habló Atheria mientras se acercaba. "Está bien, Atheria, muchas gracias por acompañarnos de vuelta," le respondí, tomando sus manos en un gesto de gratitud.
"No hay de qué. Todo es para que regresen seguros," me dijo con una sonrisa.
"Ya les escribiré una carta a mis hijos diciéndoles que mañana regresamos a Shira," dijo Dorian al entrar en la sala. "Gracias, querido," le respondí y le di un beso en la mejilla. Empezaba a sentir que mi alegría regresaba poco a poco, dejando atrás todos mis miedos respecto a Therius y todo lo que había pasado.
Lo importante ahora era lo que haríamos en el futuro, especialmente cuando Elowen sea la última en dejarnos en unos años. Mis hijos estaban creciendo y, a veces, los recuerdos de sus rostros de bebés volvían a mí. Pensé en la cara regordeta de Trevor a los tres años, y en sus primeras palabras, y sonreí con melancolía.
La voz de Sara me sacó de mis pensamientos. "Bien, Elowen, ahora es momento de lanzar hechizos mientras te mueves," le dijo mientras la observaba entrenar.
"Está bien," respondió Elowen, comenzando a moverse. "Recuerda, Elowen, concéntrate en reunir el mana en un lugar y luego haz que salga," continuó Sara.
Elowen seguía corriendo, colocando su mano a un lado y concentrándose en varios puntos. Luego de unos minutos, levantó la mano y varias púas de tierra emergieron del suelo. "¡Bien hecho, Elowen!" exclamó Sara, y yo la aplaudí con entusiasmo.
"Buen trabajo, hija," la elogié, y me respondió con una enorme sonrisa.
Aun sintiéndome feliz, volví a sacar la fotografía de Therius dentro de la cápsula. Miré detenidamente sus heridas y recordé cómo se veían cuando cicatrizaron, lo que hizo que mi corazón doliera nuevamente. Pasé mi dedo por la foto donde la herida de su hombro se extendía hasta su abdomen, y sentí como si aún pudiera sentir el dolor al tocarla, recordando el momento en que nos mostró sus cicatrices.
El tiempo pasó y Elowen continuó con su entrenamiento, primero con Otto y luego con Atheria. "Mamá, ya no quiero seguir. Me siento cansada," se quejó mientras se recostaba en la banca y apoyaba su cabeza en mi regazo.
"Debes aguantar si quieres alcanzar a tus hermanos, Wen. Tú misma lo dijiste," respondí a su queja. "Lo sé, pero aún queda tiempo antes de eso," protestó, haciendo pucheros, lo que me hizo reír.
"No te quejes y ve a darte un baño. Luego baja, ya es hora de cenar y después a la cama," le ordené, y se fue a cumplir con su tarea.
Salí del área de entrenamiento y me dirigí al comedor, donde estaban las tres compañeras de Trevor, que se habían hecho aventureras y llegaron con Fredic después de una misión de bajo nivel.
Elowen bajó justo cuando la comida se sirvió, y en ese momento Dorian llegó. "Ya envié las cartas para los niños. En unas horas se les serán entregadas," explicó mientras tomaba asiento.
Una hora después, terminamos de cenar y nos fuimos a dormir. Dado que Layra no estaba aquí, Elowen no quería dormir sola, así que decidimos dejarla dormir con nosotros.
A la mañana siguiente, nos levantamos y comenzamos a empacar nuestras ropas en las maletas. Atheria ya tenía un carruaje preparado para cargar las maletas de todos.
Terminamos de empacar y acomodar las maletas, y luego nos sentamos a desayunar. Después de unas horas, antes de partir, llegaron las ahora ex compañeras de Trevor con su equipaje, preguntando si podían ir con nosotros y quedarse en el pueblo durante un tiempo, como forma de descanso para alejarse de sus "molestas familias", como ellas mismas las describieron. Aceptamos que vinieran y se quedaran en nuestra casa.
Llegado el mediodía, recibimos respuestas de Trevor, Layra y Therius, deseándonos un buen viaje y mencionando que nos veríamos el próximo año para la graduación de Layra. Therius me pidió que saludara a Viola, ya que no se verían hasta entonces. En la carta, me envió un listón blanco con adornos dorados para mi cabello, y junto con un brazalete negro hecho a juego para todos nosotros, con el apellido Emwind grabado en ambos regalos, además de un broche para Elowen y unos aretes para Dorian, ya que él usaba uno en su oreja izquierda.
"Gracias, hijo. Cuídate mucho y espero verte en una pieza el próximo año," murmuré, dándole un beso a la carta. Después de un rato, partimos.
Mientras leía la carta de Trevor, donde decía que en unos meses saldría de su entrenamiento a puerta cerrada y que recibiría pocas noticias, solo le dije: "Concéntrate en mantenerte saludable, mi muchacho," y guardé la carta.
Al final, leí la de Layra, donde decía que después de graduarse se quedaría un tiempo con nosotros y luego decidiría qué hacer. "Concéntrate en ti y piensa en tu futuro con cuidado, mi niña. Nos vemos el próximo año," pensé, guardando la última carta mientras miraba hacia atrás, dejando la capital.
"Nos vemos luego, mis niños. Por favor, manténganse vivos y saludables, sobre todo tú, Therius," recé en silencio, y tras unos momentos, los muros desaparecieron mientras nos marchábamos.
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[Cuatro meses después]
*LAYRA*
Han pasado muchas cosas en este tiempo. Hasta hace poco, se anunció que este año habría un festival en la capital central, donde 20 alumnos de cada academia participarían en una competencia. Este evento se celebra cada ocho años, y a Trevor no le tocó este tipo de eventos, ya que apenas habían pasado cuatro años desde que él ingresó a la academia.
Se seleccionarán 20 alumnos de cada academia, es decir, 5 alumnos por semestre, que se presentarán en la competencia durante un mes entero. Todo esto será transmitido a cada academia en cada capital, permitiendo que cualquiera pueda acceder y ver la competencia.
Habrá peleas entre equipos, búsquedas del tesoro y peleas individuales. También se nos informó que los Descendientes de cada capital estarían presentes junto con sus discípulos, los cuales están próximos a ser Descendientes. Tener la presencia del mayor poder entre las capitales en un solo lugar genera mucha presión para los estudiantes, incluso para mí y Therius.
Esta semana se realizaron competencias en nuestra academia para averiguar quiénes irían a la capital central. Esto duraría menos de un mes, ya que había demasiados alumnos y cada clase tenía números desiguales por grados y semestres. Al final del mes, se anunciarán los resultados de los competidores.
Primero comenzaron con los alumnos del primer semestre. Los participantes fueron seleccionados durante las batallas de demostración y en equipos. Durante la semana, los alumnos del primer semestre fueron reducidos a solo cinco que asistirán:
- Aetherius Emwind
- Lieselotte Golstein
- Maxwell (sin apellido)
- Volter Renzi
- Amaranta Montalvo
Esos eran los nombres de los participantes de primer semestre. No me sorprendió que Therius estuviera en la lista, ya que él era fuerte y había recuperado su poder de antes de perderlo debido al incidentes en el examen, lo que lo llevó a volverse más fuerte, aunque aún imposible de pasar de la etapa café.
Pronto sería la semana de competencia para los de segundo semestre, luego la de tercero, y al final los de cuarto semestre. Sin duda, debía estar en esa lista. Mi hermano mayor estaría allí y no dejaré que su nombre, que no se elevaba, sea manchado por alguna derrota en la competencia de este año. Eso me llenaba de valor, y entre Therius y la profesora Irina, nos ayudamos a seguir entrenando y mejorando.
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*TREVOR*
Mi entrenamiento a puerta cerrada terminó hace unos días. Fue un infierno; no tuve tiempo para descansar ni un momento, y mi núcleo logró pasar a la etapa verde, lo que me dejó muy cansado, ya que me vi un tanto forzado a subir.
En dos meses, tendremos un evento y los Descendientes y sus discípulos estarán presentes, es decir, yo, que tengo un lugar asegurado, y los demás candidatos que luchan por el suyo.
Ahora mismo iba a escribirles a mis padres sobre el evento y que tendrían que asistir si queríamos ver a Layra y Therius participar en la competencia.
Solo era cuestión de semanas para que la lista de los participantes llegase a nuestras manos, a lo que me dejó emocionado por saber si ellos lograrían quedar.
"Te ves terrible, Trevor. Oh, perdón, joven discípulo," me saludó Celia, quien había logrado subir de grado 1 a grado 2 en su nivel de entrenamiento militar.
"Levántate, Celia, somos amigos, después de todo; no quiero que mi posición destruya eso," le dije mientras se levantaba.
"Oh, bueno, me alegra escuchar eso," se rió ella. "¿Qué te trae por aquí?" le pregunté.
"Nada, solo que salía de hacer mis inspecciones semanales y luego te miré y decidí venir a saludar," me contó.
"¿Cómo te fue?" volví a preguntar.
"Excelente, estoy a unas semanas de entrenamiento forzoso para entrar a la etapa amarilla estable," me contestó felizmente.
"Felicidades, yo también acabo de subir de nivel; entré en la etapa verde y voy saliendo de mi entrenamiento a puerta cerrada," le conté mi situación.
"Por cierto, la competencia de este año será buena; supe por ahí que Therius quedó entre los participantes." Cuando terminó de hablar, me emocioné.
Salté de la emoción al saber que Therius quedó en la lista. "¡Wow! Eso tengo que contárselo a mis padres," dije feliz mientras escribía la carta:
"Hola mamá y papá, hace mucho que no les escribo y me disculpo. Estuve en mi entrenamiento a puerta cerrada y no pude contactarme con ustedes. Quería mandarles esta carta para decirles que estoy bien y sigo subiendo mi poder; he llegado a la etapa verde y les tengo excelentes noticias.
Creo que Therius o Layra ya les contaron, pero dentro de dos meses se celebrará un festival en la capital central y habrá una competencia entre alumnos de cada academia.
Me enteré por Celia que Therius quedó entre los participantes, y sigo esperando noticias de Layra, así que, si me entero de algo más, se los haré saber.
Los quiero a todos y espero que estén bien de salud. Espero verlos en la capital nuevamente, salúdenme a todos por ahí.
A.t.t.m: su hijo Trevor."
Terminé de escribir la carta, la sellé y la puse en la caja donde la carta será entregada en unos días, con la esperanza de que la leyeran.
"Ahora vamos a comer algo, Celia. Muero de hambre," la abracé por los hombros y empezamos a caminar.
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*AETHERIUS*
"Es una lástima que no hayan podido asistir, chicas," comenté al ver a las gemelas, que no habían podido pasar las pruebas de batallas individuales. Su mayor poder radicaba en estar juntas, y por separado, no tenían tanta fuerza.
Un largo suspiro salió de ellas. "Ni lo menciones, tan solo de recordarlo me duele la cabeza, y de todas formas, Gilia y yo sabíamos que no pasaríamos," explicó Chiara, con un aire de resignación.
Gilia habló después, "Sí, esto era algo que mirábamos venir. Aunque es cierto lo que dijo el director Hans: debemos entrenar nuestras habilidades por separado, ya que hemos confiado demasiado la una en la otra." Sus palabras de consuelo estaban marcadas por la decepción en su rostro.
Yo solo me reí. "Pues no hay de otra. Aunque la semana de evaluación de nuestro semestre ya haya acabado, no significa que dejaremos de entrenar," dije mientras miraba a Iesel y a Max.
"Por supuesto que no lo haremos. No hay que decepcionar a la academia," comentó Max, y Iesel asintió en respuesta, mostrando su determinación.
Me estiré y empezamos a caminar. "Bueno, a seguir entonces." Entre pláticas normales, nos dirigimos al área de entrenamiento de la profesora Irina para retomar nuestro entrenamiento después de un merecido descanso.