Tras todo lo que pasó esa semana, y tras tomarse otra para un descanso mental, todo estaba listo. Se había acabado las "Disculpas sistémicas" que había organizado para darle a todo el mundo. Se sentía mucho más pacifica ahora que desde cuando empezó todo. Dejó de sentir esas sensaciones de su piel y mente. La verdad que no podría estar más a gusto con eso. Si bien, reconocía que recién empezaba, que necesitaría ayuda profesional pronto para poder terminar de solucionar sus cosas, no dejaba de ser el inicio del fin de todo el sufrimiento que pasó durante esas semanas. Ya podía ver una imagen de su familia, sin que su mente se llenara de tormento. Sin embargo, algo le hacía seguir un poco alerta, pero ya no le daba tanta importancia. En unos días, ya terminaría los tramites, de defunción, lo que le permitiría decidir donde enterraría a sus 2 soles. Suena tétrico, pero era mucho más natural ahora. Estaba pensando todo esto, a eso de las 11 de la noche, ya acostada en la cama de su casa. Ya no se sentía molesta por estar allí. Y ya se estaba durmiendo, a punto de rendirse al cansancio de la espera y la burocracia.
La paz se cortó, ya que algo le despertó un par horas más tarde. El sonido de algo moverse en las sombras del living de la vivienda. Algo adormecida fue hasta allí, mientras encendía las luces que estaban a su alrededor. A primera vista, nada parecía estar fuera de lugar, pero sentía profundamente en su instinto que algo no cuadraba. Se quedó quieta y atenta por un par de segundos, que se sintieron como muchos más, hasta sentirse observada por su espalda. Fue cuando volteó, que vio a un sujeto de traje. Su rostro estaba tapado por una pistola 9mm, que apuntaba a su frente directamente. No se dijeron nada, solo le amenazaba con el objeto. Tras otros cuantos eternos segundos, este hizo un gesto, para que volteara y así guiarla a donde ir. No tenía de otra más que hacer caso. Le llevó hasta la cocina. Allí, mirando hacía los estantes, estaba ese sujeto. Ella gruñó, al parecer estaba persiguiéndole incluso cuando quería deshacerse de él de una buena vez. Este volteó, con una pequeña sonrisa incomoda.
- Oiga, disculpe el atrevimiento, ¿Pero no tiene te? ¿O café? - Preguntó con un todo de voz humilde, pero con un acento neutro. La mujer no respondió, permaneció estoica. - ¿No? - Intentó que hablara. - Es que vamos a estar un buen rato hablando... O eso espero, y me gustaría si compartiéramos algo de beber mientras tanto. - Blair suspiró, para luego señalar una gaveta. El sujeto sacó el paquete de café, y en la cafetera comenzó la preparación de la respectiva bebida. Pasados unos segundos, se completó. Sirvió 2 tazas, y luego se sentó. - Sintiese. - Obedeció sin más. - Me alegra que podamos vernos en persona, señorita...
- ¿Quién es? - Preguntó ella sin rodeos, y con la voz ronca. Él rio con aires de superioridad.
- Ya lo sabe. - Respondió sin más. - Usted sabe bien quien soy.
- Quiero que me lo diga usted. - Reiteró. - ¿Quién es usted? - Repitió, aún más agresiva. Hubo un silencio. Tras pasados unos segundos, se dispuso a decirle.
- Dake. Usted me conoció primero como Dake. - Finalmente respondió. Enfatizando cada letra del acrónimo. Ella asintió con seriedad.
- ¿Puedo decirle algo? - Preguntó. Este inclino la cabeza hacia la derecha.
- Por su puesto, dígame.
- Es un monstruo. Un verdadero monstruo. - Insultó, mientras trataba de mantenerse sentada, y de no saltarle a la yugular. Lo que sería muy estúpido, porque estaba alguien detrás de ella muy bien armado. O al menos, mejor que ella.
- Tiene valor señorita. Podría matarla por irrespetuosa ahora mismo. Ya sabe, por irrespetuosa. - Comentó con una sonrisa desafiante.
- No lo hará. - Negó con la cabeza con seguridad. - Me quiere para algo. Le soy útil aún, por lo que veo. - Intuyó. - Aunque, matarme te será su mejor opción, porque no me tendrás fácil para lo que sea que me quiera. - Dake soltó otra carcajada.
- No pierde su astucia. ¿Eh? - Levantó un hombro espasmódicamente como respuesta. - Me alegra. Sigue siento útil después de todo. ¡Je! Como usted misma dijo- Continuó el sujeto, aceptando con esa frase la afirmación de la pelirroja. Acercó su silla hacía la mesa.
- ¿Qué quiere de mí?
- ¿No qué...?
- Mantengo mi posición de no ayudarle. Pero quiero saber a qué se debe su intrusión en mí casa. - Asintiendo, cruzando los dedos, decidió responder.
- ¿Qué tal si vengo a ofrecerle un intercambio equivalente? - Ella hizo para atrás la cabeza. Luego negó con la misma.
- No quiero nada de usted. - Respondió decididamente, mientras se hacía más adelante con su asiento, alertando un poco al guardia, causando que Dake haga una seña para que retroceda.
- ¿A no? ¿Ni si quiera su venganza? - Propuso. El sujeto esperaba un silencio, pero velozmente recibió una respuesta.
- Ya no la quiero. Quiero terminar mi trabajo en Inglaterra, para ser libre de toda esta porquería. La venganza ya no es relevante. - La risa particular del otro se fue. Claramente, se preocupó por eso.
- Pero, entonces ¿No quiere a Jasquier? - Blair bajó la cabeza.
- No dije que no. Dije que no quiero ninguna venganza. Ni nada de usted. No confunda las cosas.
- ¿Entonces? - Preguntó. - No es que quiere destruir a los malditos que le quitaron a su familia.
- ¿Usted creé que la venganza es el único medio para obtener lo que quiero?
- Ahora estoy realmente perdido. ¿Puede decir las cosas sin rodeos por favor?
- Yo quiero justicia. - Su tono de voz era decidido, y determinado.
- ¿Justicia? - Preguntó sin entender.
- Si. Justicia.
- ¿Hay alguna diferencia? Con ambos sacaría a esos de la calle.
- Si usted no la entiende, no es mi problema. - El otro rio.
- Me refiero a que, si hay diferencia en su accionar ahora.
- Quizás. - Se hizo un silencio. Él bajó la cabeza, luego alzó la voz.
- Déjeme contarle algo, señorita.
- ¿Que?
- Digamos que necesito que sepa un par de cosas.
- Si. Me gustaría saber cómo un asesino como usted, se convirtió en un candidato político. - Este se levantó y miró hacía los costados. - ¿Cómo un soldado condecorado se volvió un monstruo? - Le miró de reojo. - ¿Cómo fue que Daniel Arthur se volvió Dake? - Otro silencio. Uno largo y profundo. La sensación de vacío les ahogó por unos segundos.
- Ya le conté un poco de lo que vi, una vez llegué de la guerra. - Aclaró la garganta, y con una voz más grave, narró su historia. - Volví, y únicamente vi todo lo que detestaba antes, pero empeorado. Es esteroides. Pobreza, crimen, corrupción, abandono. Creí que, al volver, y tras perder a tantos compañeros, el mundo habría cambiado. Nuestro ejemplo habría dado razón a todos los ciudadanos para que... Nha... Sin cambios, lo mismo, pero peor, evolucionado, o camuflado en cosas mínimas. Incluso, normalizado. - Se quejó. - El mundo estaba oscurecido. Todos los horrores que viví en cada batalla, no sirvieron para nada. Además, uno cree que llega, y será tratado como un héroe. Pero ni eso. No eres nadie, y tú mismo debes pagar tu tratamiento. Faltan el respeto a los mayores. Ni el gobierno que protegí me ayudó...- Gruñó apretando el puño. - No, no, no. No tardé en buscar una solución. Estudié sociología y política por años, y estaba listo para incursionar a la política. Perdí mi primer año en campaña. Luego el segundo, el tercero. El cuarto fue una cachetada. Y no, no podía ser. Mis propuestas eran perfectas. Nadie sería capaz de rechazar lo que les proponía. Pero no no no.- Golpeó la pared suavemente con cada "No". - Hasta corrompieron a mi hijo... Con sus malditas falsas esperanzas.
- ¿Tiene un hijo?
- Encima... - No respondió a la pregunta de la pelirroja. Parecía más concentrado en su discurso que en ella en ese momento. - Mis intentos fallaron...
- ¿Genuinamente cree que usted es infalible?
- La gente juega con trampas desde siempre, y el juego honesto que yo jugaba, no le podía hacer frente. - Se justificó intentando que la pelirroja simpatice con él. No lo logró. - Así, que, tras muchos intentos fallidos, tomé la decisión que sabía que debía hacer...
- ¿Qué?
- Crear monstruos.
- Lo sabía.
- Busqué por meses y años, a los candidatos perfectos. Y listo. 3 herramientas, 3 armas. Fue sencillo. Quizás demasiado...
- ¿Se le fue de las manos?
- Sí, pero no como cree.
- ¿Cómo?
- Yo quería dejarle libre. Así podía deshacerme de él sin culpas. Ya alejados de mi sombra, podía atraparlos como Dios manda...
- ¿Igual que a los policías?
- Exacto.
- ¿Los traiciona?
- No. Desde el inicio, les aclaré de que yo únicamente les usaría, y una vez ya no me fuesen útiles, yo me pondría en su contra. No los apuñalé por la espalda, ya sabían que tarde o temprano deberíamos enfrentarnos.
- Claro. - "Maldito traidor" pensó la pelirroja.
- Pero bueno. No esperé que se la agarrase con el señor Woods, y menos con su hijo. Cuando lo asesinó, supe que debía acabar con él. Por eso vengo aquí. Usted quiere "Justicia" ¿Verdad? Pues yo le ayudaré más de lo que ya lo eh hecho.
- Solo me dio un arma. No exagere.
- ¿Qué no? ¿Acaso cree, que un hospital tendría tan malos médicos, que sean capaces de decir quienes están hospedados tan fácil? Cada vez que tuvo "Suerte de encontrar a alguien inútil", fue gracias a mí. - Se volvió a sentar. - Siempre estuve ahí, dándole una mano. - La mujer se quedó helada, analizando lo peligroso que representaba eso. - Pero, debo eliminarlos. Y veo que claramente tendré que arriesgarme. - Comentó. - Me pondré como la carnada. Y...
- ¿Quién dijo que le ayudaría?
- Nadie. Pero lo sé. Sé que está igual de sedienta de sangre que yo.
- Yo no lo estoy, y no trabajaría con una mala persona como usted.
- ¡Ja! ¿Y se supone que usted es buena? ¿Es buena la mujer que quiso matar a una enferma inocente? - Esta bajó la cabeza. - No sé preocupe. Nadie es bueno en este mundo. La gente es egoísta. Y sin más buscan únicamente su bien personal. Usted y yo somos la prueba. - Blair se levantó. - Y deje de hablar como si fuese a decidir si va a ayudarme o no... - Claramente eso le dio algo de miedo.
- Lo que dijo de... que la gente buena no existe...- Interrumpió.
- ¿Qué tiene?
- ¡Eso es mentira! - Exclamó.
- ¿Mhm?
- ¿Qué hay de Jennifer y Adam Woods?
- ¿Qué hay con ellos? - Él se encogió de hombros en señal de duda.
- Ella le cuidó durante casi toda su vida. Casi perdió sus estudios por eso. Sufrió de estrés, y miles de cosas, pero siguió adelante. Y sin pedir nada a cambio. - Explicó. - Él, por su lado, me ayudó por meses para que esté bien, y tras la muerte de ella, decidió ayudar a otros a encontrar justicia, así no sufran su mismo dolor.
- Bueno, pero eso es lo que llama: Una escep...
- ¿¡Y Jane Lee!? - Interrumpió. - Fue abusada por años, y cuando encontró a alguien para amar, se la quitaron. Pero decidió usar su experiencia para salvar a otros de su mismo destino. Incluso ahora, que sus amigos murieron, sigue empecinada a atrapar a los asesinos, para que nadie más sufra lo mismo, y para estar en paz consigo misma de ese modo. - Dake volteó. - Abigail y Jayden Miller, ayudaron a sus amigos, y se ponen en peligro para que ellos estén bien. Buscan justicia el uno por el otro. - Se detuvo, luego continúo con determinación. - ¡Tal vez nosotros seamos un desastre! ¡Sin embargo, sé muy bien que existe gente buena! ¡Y es por esa que voy a capturar a Jasquier! Para darle justicia a los que perdieron a otros como yo. Porque la gente de bien, vale la pena. - Un silencio se prolongó. Lentamente, Dake alzó la cabeza. - Si va a amenazarme, sepa, que esto se hará a mí manera. - El otro negó con la cabeza.
- Miéntase si quiere, es su problema. - Dejó pasar. Sin embargo, lo que dijo ella, le dejó pensativo. Sacó de su bolsillo una foto vieja. En ella, había 6 jóvenes con trajes militares. - Eh visto gente buena ser disparada por la espada, tras intentar ayudar a un grupo de refugiados del país enemigo. Eran inocentes en una guerra que no se merecían, y aun así, pasan infiernos. - Dijo con un tono melancólico. - Personas cuyas familias que dependían de ellos, con buenas intenciones, y valores, pero que terminaron con sus sesos desperdigados por el suelo. Todo por querer salvar a un miembro de su escuadrón que se torció el tobillo. - Narró depresivo. - Este mundo, no te deja ser bueno. La gente buena es infeliz, o muere de formas horribles. Mientras que los monstruos, se hacen ricos, lindos y famosos. - Volteó y le miró. - Usted misma, dijo cuanto a sufrido la gente "Buena" que me mencionó. Y es que la vida es así. La gente cruel y desalmada, es feliz y exitosa, mientras que los decentes, pasan por enormes infiernos. Es como si la vida misma dijese que "Hacerse el héroe", ser el bueno, solo traerá desgracias. Yo lo vi presente hasta en mi propia vida. Esta me trajo un idiota por hijo. - Gruñó. - Ese malnacido arruinó mi vida como no se hace una idea. Y yo hice tanto. Hice un esfuerzo por ayudarle, y para darle un bien a mi país. Si la gente no iba a cambiar, yo los haría cambiar a la mala. Usaría sus métodos malditos. - Hizo una pausa. - Ellos me obligaron a ser así. Y sé muy bien, que sus amigos, harían lo mismo si tuviese la oportunidad. No hay que irse muy lejos: Ahora, cuando vaya a atrapar a Jasquier, verá lo fácil que les cambará la cara, una vez tengan la oportunidad de acabar con ellos. Usted misma será la prueba.
- Se equivoca, otra vez. Usted fue el que no tuvo el valor para cambiar. Tanto para sí mismo, como para el mundo. - Él sacudió la cabeza.
- -Mire, sé muy bien que no la voy a unir a mi ideología, así que simplemente le diré que haremos. Seré la carnada para Jasquier. Usted vaya con sus amigos. Va a necesitar ayuda, se lo prometo. Además, quiero que todos ustedes vayan. No pregunte el por qué, solo hágalo. Por último, métale una bala en la cabeza. O arréstelo. Aunque yo me decantaría por pagarle a un limpia escenas del crimen, que meterlo en una celda.
- ¿Entonces?
- Tendré un debate de campaña...
- ¿Él suele atacar en público?
- No exactamente. Lo de la explosión del jardín, fue extraño, pero de alguna forma fue algo en contra del señor Woods. - Sonrió. - Haré que todo esté planteado como una carnada perfecta para ese psicópata. Nos desharemos de él. - Por un segundo dejó de lado el caso, y se detuvo a ver la casa en su totalidad. - Es un... Lindo lugar. - Ella también analizó, se puso de acuerdo con él.
- Si. Supongo, está muy bonito.
- ¿Hace mucho que viven aquí?
- Un par de años. Si.
- ¿Por qué lo eligió, si se puede saber?
- Me dio una sensación hogareña. Eso buscábamos. Queríamos criar a James en un lugar así.
- Sí, es comprensible. Y ¿Cómo la compraron? Digo, sus sueldos no son muy altos... No se ofenda.
- Con el dinero que obtuvimos al vender la vieja casa de Adam. No fue mucho por lo del homicidio, pero sumado a nuestros ahorros, pudimos. Decidimos comprarla cuando me embaracé. Aún seguimos algo endeudados... Digo, sigo.
- Auch. ¿Le cuesta a veces recordar que es viuda? - Blair se incomodó, pero prefirió responder.
- A veces. En especial ahora.
- La entiendo... Yo cuando me divorcié perdí la casa. - Rio. - Pero fuera de eso, también elegí el lugar que más paz me dio. Si bien volvería unas pocas veces del ejercito por año, quería llegar y tener tranquilidad, tras todos los horrores que uno puede llegar a ver en la tierra de nadie... Mi hijo no lo vio así... Detestaba el barrio, por alguna razón- Aparentemente, se puso nostálgico. Bajó la mirada. - Pierdo el tiempo al intentar convencerla ¿Verdad?
- ¿Enserio es necesario que responda? - Soltó una carcajada.
- Pues solo dedíquese a atrapar a Jasquier. ¿Quiere?
- Me siento obligada. - Rio con la referencia. Este último no respondió.
- Está bien. Espero que salga todo de acuerdo al plan. - Se comenzó a ir, mientras señalaba al asesino para que relajase. - Nos vemos. Buena suerte en la cacería.
Pasando unos segundos de que se fuera Dake, Blair dejó de sentirse aterrada o insegura. De alguna manera, la mujer, se sentía segura con lo que ocurría. Si bien ahora tenía una navaja al cuello prácticamente, ella sentía que tenía una motivación más allá de ella. Sintió determinación, más que nunca. Luego tomó el teléfono, y les marcó a los demás miembros. Ellos llegaron aproximadamente una hora después, todos con caras de sueño increíbles, pero se los entendía.
- ¿A qué se debe tu repentino llamado? - Preguntó bostezando Jayden, mientras se recostaba contra la pared. - Suelo dormir 8 horas, no... - Miró el reloj. - Una y media.
- Jayden, son las 3. ¿Por qué te acuestas tan tarde?
- Chicos... Hay que seguir con la búsqueda. - Dijo Blair súbitamente.
- ¿Cómo? - Interrumpió Rey. - ¿Y el sermón de retirarse por tu bien? - Le recordó.
- Lo sé, lo sé. Pero...- Ella sacudió la cabeza. - Dake me contactó.
- ¡¿Qué?!- Exclamaron los 3 a la vez. Ella asintió.
- ¡¿P-pero cómo?!- Preguntó asustada Jane.
- Se apareció en aquí. Me amenazó con un arma, pero no me hizo nada. Tranquilos. - Les explicó a la par que los tranquilizaba. - Solo me dijo que me iba a ayudar a acabar con ellos. Pero el modo en que lo dijo, me dejó en claro que quizás no me estaba dando chance de negarme. - Los 3 se miraron entre ellos.
- ¿Qué se supone que hagamos ahora? - Susurró Jayden.
- No lo sé. No me dio más indicaciones. Supongo que se comunicará con nosotros más tarde.
- Me refiero a ti. Recientemente pasaste por un momento de mucha sensibilidad. ¿Crees que puedas resistir algo así de fuerte?
- No lo sé, pero no tenemos de otra.
- Obvio, su vida peligra.
- Y las suyas también. - Interrumpió ella. - No quiero que les pase nada. Además, acabar con él de una vez... Es necesario.
- ¿Y qué hay de Dake?
- Yo sé su rostro e identidad. Pero no voy a decírselo.
- ¿Por?
- Si hago, estarían en aún mayor peligro.
- Pero...
- ¡Si! Yo lo estoy. Pero... me siento más segura sabiendo que están a salvo. Más que yo al menos. - Se detuvo para tomar aire. - Yo necesito su ayuda, pero no quiero ponerlos en... - Jane le interrumpió en un abrazo.
- Lo haremos. No te preocupes.
- Seh, estamos contigo. - Continúo Rey. Jayden pareció dudar unos segundos, pero luego se sumó al abrazo y avaló al resto.
- Estamos juntos en esto. - Concluyeron los 3.
- Gracias chicos.
- ¿Y ahora?
- Váyanse a sus casas, pero estén atentos al teléfono. Cualquier cosa, los llamo.
- Muy bien. ¿Y qué harás tú?
- Posiblemente vaya al hospital a ver a Abigail en unas horas.
- Yo estuve allí hace un rato. Deberás esperar hasta mañana.
- Aprovecharé a dormir un poco jaja.
Pasada la noche, fue al lugar que les había dicho a los otros. Llegó al hospital sin esperar más que encontrarse a Abigail. Cada paso que daba la llenaban más de nervios, pero sin lugar a dudas, ese sitio le traía cierta paz. Le ayudaba a recargar las pilas un poco. Al llegar a la sala donde estaba, su corazón se alegró por completo. Esa joven, quien vio en el mayor estado depresión posible, ahora estaba radiante. Seguía bastante enferma, sin embargo, se encontraba mucho mejor. Ya no parecía querer morir a cada segundo. Se notaba en su mirada esperanza de que todo fuese a mejorar. Blair con la mala sensación, de que iba a quitarle la sonrisa con la información que le trajo. Se acercó, y le redactó lo ocurrido en esas últimas 5 horas. Lo de Dake, Jasquier, el plan que les iban a dar, etc. Ésta escuchó atentamente, y dijo, tras finalizar:
- Al fin. - Con un tono de voz sereno.
- ¿Al fin? - Cuestionó.
- Al fin esto va a acabar. Al fin los encontraron. - La mujer pensó unos segundos, luego sintió inclinando la cabeza a la derecha.
- Los encontramos. - Corrigió, enfatizando la palabra "Los" - Esto no sería posible sin ti. - Abigail soltó una carcajada.
- Si yo, si apenas ayudé. - Soltó en una risa.
- No digas eso. Tu nos apoyaste a mí y a Jane. Eso no lo hace cualquiera...
- Supongo. - Volvió a sonreír. - Gracias, por tu ayuda también. Sin ti, hubiese estado sola todo este tiempo, y Jayden jamás habría aparecido... Vivo, al menos. Tampoco creo que Jane hubiese podido seguir sin que plantearas el caso. - Estiró su mano hacía la suya. Ella aceptó el apretón. - Gracias por cuidar a los míos. - Blair se sintió culpable.
- No sé si los cuidé realmente.
- Si lo hiciste. A tu manera, pero lo hiciste. - Se sentó en la camilla junto a la paciente.
- ¿Puedo preguntarte por qué te sumaste al M.V.J.J?- Abigail sonrió.
- Porque lo necesitaban.
- ¿Quiénes?
- Todos. - Mirando hacia la ventana, le tomó de las 2 manos. - Cuando vi que tantos chicos necesitaban ayuda, decidí sumarme. Porque era lo correcto.
- ¿Te sumaste por voluntad propia?
- Exacto.
- Creí que porque creciste sin tus padres...
- Ellos no eran mis padres. Mi tía fue lo más cercano a una madre que conocí. Nunca me afectó. Lo que, si me afectó, fue ver a tantos chicos suicidarse. Sobre todo, siendo tan pequeños. Sobre todo, teniendo mi edad. - Blair quedó callada unos segundos. Luego comentó:
- Eres admirable. - Alagó con alegría. Abigail respondió con un golpe amistoso en el hombro de la pelirroja.
- ¡Oye! No digas cursilerías viejas.
- ¡Solo si solo soy unos años mayor que tú!
- ¡Eres más vieja al final del día! - Se rieron ambas.
Tras reírse, la pelirroja se despidió de ella con un buen abrazo. Quizás, sería de despedida. Se fue, y entonces, comenzó a temer. Si bien en su corazón sabía que tarde o temprano ellos se verían cara a cara, Blair estaba genuinamente temiendo por su vida. Jasquier estaba entrenado de alguna manera. Técnicamente hablando, tenía el mismo que ella, ya que supuestamente era perito antes de desaparecer. Pero para sus homicidios, él debió tener algo más. Era rápido, ágil, inteligente, y peligroso. Por eso mismo es que no sabía que ocurriría. No iba a permitir que lastimasen a su equipo, por nada del mundo. No iba a perder a más gente. Jayden, Rey, y Jane irían, así que estaban en peligro. No podría decirles de la nada, que iría sola. Además, el factor de que Dake quería que vayan. Fue por eso que decidió ir al campo de tiro más cercano que tenía, así practicar su puntería.
Pidió turno. Con el arma que le dio Dake, se puso a practicar. La cargó y apuntó hacía el cartel. Con determinación comenzó a disparar. Con cada bala que disparaba, ella más tensa se sentía irónicamente. Fue cuando más dudó. Era la primera vez que disparaba en años. Quizás, debería hacerlo. Casi lo tenía por seguro. Su corazón temía, pero se sentía contrariado. "Tendré que... ¿Matarlos? ¿Quiero matarlos? Se supone que busco justicia ahora ¿No? ¿Y si aún tengo un sentimiento vengativo dentro?" Se preguntaba la mujer, con tal cada bala que se incrustaba en la diana con forma enemiga. Suspiró tras acabar con el cargador. Decidió que era hora de acabar, no sin antes quejarse de cómo solo dio un 30% de tiros mortales. Aunque uno estaba en el garabato que simulaba la cabeza del monigote.
Horas más tarde, le llamó Dake. Este le dijo claramente lo que debía hacer. Junto al resto del equipo, se dirigieron a un edificio abandonado. Allí, comenzaron a esperar un nuevo llamado, para saber cómo van a hacer ahora. Los 4 estaban tensos, aterrados, pero no por ello, sin sus determinaciones respectivas. Rey estaba fumando, Jayden y Jane leyendo un libro, mientras que Blair estaba muy intranquila. Normal. Aunque no sabía muy bien por qué. Es normal sentir adrenalina en aquel momento, pero había algo más. Como si algo no fuese a salir, no mal, peor. Pasada la media hora, Rey le llamó, y le alejó del resto un par de minutos. Allí, él comenzó a hablar.
- Blair, necesito decirte algo.
- Dime. - Respondió.
- Enserio vamos a atraparlos...- Comentó susurrando, como si quisiese decir algo que le avergonzaba.
- Entonces... ¿Qué vas a decirme?
- Quiero... saber cómo es que vas a hacer con ellos. - Ella cruzó los brazos, y se puso a pensar.
- Aun no lo sé. ¿Por?
- Yo... quiero que le metas un tiro en la garganta. - Ella hizo hacía atrás la cabeza.
- ¿C-cómo?
- Quiero que los mates.
- Okey... No sé cómo sentirme al respecto...- Respondió sacudiendo la cabeza. - Realmente quieres...
- No merecen perdón. Ellos nos quitaron a Adam y James. No vale la pena darles otra oportunidad.
- Quizás concuerde en eso, pero...
- ¿Pero "Qué"?
- N-no lo sé. Enserio ahora estoy en duda de que quiero, para ser honesta.
- Pues yo lo tengo claro. - Afirmó.
- Pero entonces ¿Por qué no...
- ¿Lo hago yo?
- A falta de una frase mejor...
- Para ser honesto, siento que, si tú lo haces, será lo mejor. De todos modos, tu eres la policía. Y tú sabes mejor que nadie que ese tipo de gente pude salir mejor parada que otras.
- Me parece que estás hablando sin saber, pero... te entiendo, supongo.
- Entonces, ¿Lo harás? - Ella no respondió al instante. Permaneció callada un par de segundos.
- Aún no lo sé. Creo que no.
- Oh... ya veo.
- ¿Te decepciona?
- Un poco. - Rey miró al costado. - La verdad, esperaba que... No importa...
- Dejemos el tema ahí.
- Si, supongo. - El tema terminó ahí.
Ella se alejó de Rey, yendo hacía la ventana, lista para tomar aire. Aunque no era ni fresco, ni relajante, pero necesitaba relajarse. "Se supone que debo dejarlos vivir ¿Desdé cuándo?" se preguntó mientras timaba agua, intentando respirar. Luego recostó su cabeza en el marco de la ventana, en la cual se refugiaba. "¿Dake tenía razón? ¿Es verdad que cuando se da la oportunidad, le gente saca su lado más violento?" Pasados unos segundos, Jayden se le acercó por la espalda, llamando su atención, tocando su hombro.
-¿Nerviosa?- Preguntó mirando el paisaje.
-¡Ja! ¿Acaso tú no?- Él soltó una pequeña carcajada.
-Nunca mejor dicho.- Le miró directamente. - ¿Qué más te ocurre?- Dijo sin rodeos.
-Aun... No sé que ocurrirá con ellos.
-¿Con los asesinos?
-Si.
-Pues... ¿Puedo decirte que creo yo?
-¿Tengo opción?
-¿Nuestro grupo es democrático?
-No quiero sonar como una fascista, así que dime que harías tú.- Jayden sin el mas mínimo rodeo, o intento de suavizar lo que iba a decir, dejó salir:
-Yo quiero dejarlos vivir.
-Lo suponía.
-¿A sí?
-No eres del tipo "Sanguinario"
-Es cierto... Pero, en parte, considero genuinamente que si los matas, cometeremos algo incluso peor.
-Piensas igual que Abigail.
-Casi 8 años juntos. ¿Tú qué esperabas?- Preguntó juguetón. - ¿Qué crees al respecto?
-No lo sé, ¿Sabes?- Le contestó. - Antes, yo sabía que quería matarlos. Pero ahora... Aún lo quiero.- Ellos se miraron fijamente.
-No creo que... Esa oración esté bien formulada.
-No. Yo aún quiero matarlos. Pero ahora, siento que no debería quererlo. Ellos, por más que esté en un mejor estado anímico, aún así por ellos perdí a mi familia. Por ellos perdieron a sus amigos. Si bien, lo correcto es arrestarlos y que sufran una buena condena...
-¡Je! Todos pasamos por lo mismo.
-Intenté retirarme para no tener que decidir, pero... aún así, sintiéndome como me siento, un poco mejor conmigo misma, no dejo de querer... eso.
-No te avergüences... Pero...
-Ay Dios.
-No debes matarlos.
-¿Porqué seré peor?
-No, porque serás una asesina también.
-¿No es lo mismo?
-Déjame explicarme.
-Espera, ¿Notaste que siempre dices una frase, tienes que explicarte luego porque no se entiende?- Jayden alzó la cabeza un segundo. Luego rio.
-Es cierto.- Luego retomó el tema. - ¿No qué ellos enfrentaron sus problemas asesinando a alguien? En especial Jasquier, por lo que me contaste, te dijo su hermana que él asesinó a sus padres, por ser violentos con ellos.- Cabe aclarar que ella no le contó sobre su intento de... ya saben. - De todos modos, ¿No crees que sería igual si tu..?
-¿De qué hablan?- Interrumpió Jane, acercándose por la espada de ellos 2.
-De que ocurrirá ahora, con los asesinos.
-Yo creí que estaba bastante claro, de que no los matarías.
-¡Ah! ¡Tu también crees eso!- Exclamó Blair.
-Pues la verdad, considero que matarlos no sería lo peor.
-¿Jane?- Preguntó Jayden.
-Sin embargo, de una manera rápida. Un disparo en la cabeza, punto.
-Matarlos nos hace peores. Jane, creí que...
-Matarlos es lo lógico.- Se metió Rey. - Aunque por mi parte, que mueran de forma lenta, y muy dolorosa.- Continuó agresivamente.
-Matarlos, nos pondría a su altura. Lo único que nos separa de ellos, son nuestras acciones.- Explicó el mayor.
-¿Qué dices?
-Ellos también quieren venganza contra alguien que los usó como armas. El mismo Jasquier lo ve como tal.
-¿Te compadeces de ellos?
-¡Para nada! Ellos me quitaron a mis amigos, y a mi hijo. Pero aún así, se que lo único que nos separa de ellos, es una simple bala.
-Lo sé.- Interrumpió Jane. - Ellos también me sacaron a la gente que amo. Pero también, lo que nos hicieron, podrían hacérselos a alguien más. Sumémosle, que por cada policía como Adam o Abigail, hay 5 corruptos. Si esos idiotas caen presos, posiblemente usen sus influencias para ser libres, o tener ventajas.
-Pero Dake les soltó la mano hace rato ¿No?
-Si, y no. Los asesinos más peligrosos, tienen eso de que son "Amados", sobre todo cuando matan a otro policía. Así, que quizás, los traten como reyes los otros convictos. Prácticamente, la idea de "Reformarlos", ser perderá.
-Pero Jane, ¿No fuiste tú la que quería saber más de ellos para matarlos con "Culpa"?
-Si, sin embargo, saber que Dake es alguien con mucho poder detrás, me deja en claro que lo mejor sería deshacernos de ellos.
-Jane Jane Jane, tu siempre indecisa.
-¡No me trates como a una niña!
-Matarlos no es la solución. Nos destruirá, seremos egoístas si los matamos. Hay mas gente que perdió a sus familias por ellos.
-Matarlos les dará paz.
-Si, por un rato. Pero cuanto tiempo tardará hasta que nosotros mismos nos derrumbemos por nuestro crimen. ¡Seremos iguales a ellos, nos guste admitirlo, o no!
-¡Basta!- Gritó la mayor del grupo. - ¡Esto no lleva a ningún lado!
-No me digas.- Aceptó el de lentes. - Pero esto debe hablarse ahora, porqué sino, jamás lo resolveremos.
-Enton...- "I can only imagine..." sonó el teléfono de Blair. Se asentó un silencio entre los 3. Lenta y temblorosamente, tomó el celular de su bolsillo.
-¿Diga?
-Señorita River... Vaya al siguiente punto.- Le llegó una notificación donde decía en que punto estaban ellos. - Escuche, por nada del mundo quiero que se haga la graciosa, y lo deje "Lastimarme", y luego hacer el resto.- Ella permaneció en silencio. - ¿Me oyó?
-Si...
-Bueno, vaya y no falle.- El teléfono se colgó.
-¿Y ahora?- Ella permaneció en total silencio un par de segundo.
-Vamos.- Miró su mano tambaleante. - Esperemos que no salga mal...- Apretó el puño con total fuerza, reprimiendo el espasmo. Su miedo se cambió por determinación.
Pasaron unas horas. El lugar en cuestión, era un edificio en construcción, que estaba a un par de cuadras de donde se estaba dando un discurso de fin de campaña, antes de la votación final. Los 4 estaban manteniendo el silencio. Ellos estaban mas nerviosos que nunca. Sin embargo, por alguna razón se sentía, con más que nada, una sensación amarga, llena de ira, pero determinación, todo a partes iguales. Si bien, aún no sabía que ocurriría en ese momento, tenía muy claro que atraparía a Jasquier, y de alguna manera, lo haría pagar. Los demás se veían aterrados. Comprensible, no lo negaría. Pasaron unos minutos, y entonces, fue que llegaron los 3. Vestidos de traje gris, y polvorientos. Con una pistola en el saco, y un cuchillo en el cinturón.
-¿Ya están cansados?- Preguntó Jasquier, mirando a sus 2 compinches, que llegaron jadeantes.
-Cansado debes estar tú.- Respondió Mary, tirando un golpe hacía su cabeza, el cual frenó velozmente.
-Dejen de bromar.- Intervino Daemon, claramente el mayor del grupo.
-Déjanos liberar estrés viejo.- Se quejó la loca.
-No sean ridículos.
-Si, ya tómenselo enserio.- Aceptó Jasquier. El mayor miró hacía atrás y dijo.
-Habla por ti. Sabes que yo quiero genuinamente meterle un tiro entre ceja y ceja, al Dake maldito.
-Si, pero después de que sufra bastante.- Continuó ella.
-Se lo merece...
-Oye, recuérdame porque le tienes bronca. ¿Por qué quieres matarlos?
-¡Lo mismo te iba a preguntar! ¿Tu haces las cosas por simple satisfacción?
-¿Y qué tiene de malo? Si nos usó de armas durante un año.- Jasquier se veía inmóvil. - ¿Jasquier? ¿Ocurre algo?
-Saben, yo quiero saber lo mismo... Pero de ti, pelirroja.- Exclamó con fuerza, mientras sacaba el arma, y amenazaba a salir a Blair. Ella no respondió, sino que se tapó la boca evitando causar el más mínimo sonido.
-¿Qué? ¿La pelirroja está aquí?- Preguntó la loca.
-¡Sabía que debíamos acabar con ella antes! ¡Ahora va a retrasarnos!- Se quejó el viejo. Pasaron unos segundos.
-¡Ah!... Parece que no quieres responder.- Levantó la pistola, en dirección a una tubería. - Bien... Te haré salir de tu escondite rata pelirroja.
Dio varios disparos a una tubería. La sala se llenó de humo blanco, mientras el sonido del tubo liberando su contenido aturdiendo a los 4. Debido a el aumento de la sustancia, se vieron obligados a salir de su escondite, intentando respirar. Trató ubicar al resto de sus compañeros, pero no faltó mucho para encontrarse a Jasquier, quien le tenía fijada en la mira, sabiendo que si llegaba a hacer un movimiento de más, todo acabaría ahí, y no de la manera que ella deseaba. Se resignó a levantar las manos, en señal de rendición. Los otros 2 no tardaron en ser encontrados.
Tras abrir una ventana, para que vapor se dispersara, los pusieron en triangulo, viéndose mutuamente, Jane, Rey, y Blair. Los asesinos se pusieron detrás de cada uno de los secuestrados. Estaban obligados a tener sus manos frente a ellos, para asegurarse de que no intentarían nada "Estúpido". Él principal, estaba detrás de ella. Luego, se fue frente la pelirroja, y se arrodilló para verle directamente a los ojos.
-¿Acaso no sabes cuando retirarte?- Preguntó Jasquier burlón.
-Tu no sabes cuando entregarte.- Respondió acida.
-No sabes callarte tampoco ¿Verdad?- Ambos estaban tan cerca del uno del otro, tan frente a frente, que tarde o temprano ellos 2 se iban a matar mutuamente. Ella lo odiaba, él le tenía indiferencia, porque la veía como una simple ridícula vengativa más. - Supongo que quieres saber algunas cosas. Y la verdad, podría responderte para hacer tiempo...
-¡Oye!- Reclamó Mary. - Acaba con esto de una vez, y dispárale en la cabeza.
-¿Cuanto falta para que termine la campaña?- Daemon miró el reloj.
-Unas... Demonios, 2 horas. Falta bastante.
-¿Ven? Tengo tiempo de hablar y pasarla un poco mejor. Te responderé algunas cosas. Pregunta. Anda, sin miedo.- Le miró de pies a cabeza. Se puso a reírse de ella, mientras se tapaba la boca. - Eres patética.- Le dijo. - Viniste desde lejos, para atraparme, pero no pensaste bien como nos derrotarías.- Comenzó a carcajearse con fuerza. - ¿Sabes qué es irónico? Eres igual a él.- Ella comenzó a gruñir. Bajó la cabeza, pero él le tomó del mentón, y agresivamente le alzó para verla a los ojos.
-Ya tengo mi primera pregunta: ¿Qué hicieron Adam y Abigail? Me refiero a que porque ellos dicen que hicieron algo ilegal para atraparte.- Su primera pregunta fue directo al grano.
-A sí... Un buen inicio.- El tipo se sentó con las piernas cruzadas frente a la pelirroja. - Si bien no tengo del todo entendido que hicieron, un par de "amigos" me dijeron lo siguiente: A ellos los suspendieron tras la muerte del niño, así que con la ayuda de algunos policías, se dispuso a encontrarme y "acabar conmigo", de forma extra oficial. De forma ilegal.- Explicó. Blair bajó nuevamente la mirada, provocando que Jasquier le volviera a obligar verle. - ¡Ja! No lo lograr eso de matarme... Ridículos...- Comentó con una risa burlona. - Él puso su arma en mi cabeza, y estuvo a punto de jalar el gatillo... Pero dudó, y aproveché para apuñalarlo.- Concluyó. - Que suerte tuvo esa morocha... Llegaron más policías, y tuvimos que huir... Está tuvo suerte. ¡Quizás me deshaga de ella más tarde!
-¡Maldito!- Gritó Ray, y Daemon le golpeó haciéndole caer al suelo.
-¡No lo toques!- Jasquier se rio.
-¿Cuál será tu segunda pregunta?- Volvió con ella.
-¿Por qué lo odiabas? ¿Por qué odiabas a Adam?- Él miró al cielo pensando.
-Porque...- Escupió en el suelo. - Sabes, creo que no lo sé. Me daba rabia que alguien como él me persiguiese.
-¿Cómo él?
-Digamos que... tengo cierto odio hacía los padres... Siempre tienen la mentalidad de "Lo mejor". Pero creo... ¡No! ¡Sé! que los buenos padres, no existen. Que son todos hipócritas. Él se quedaba aquí, fingiendo que estaba cuidando a su niño. Solo se quedó en el medio. Mírate a ti... Te fuiste por dinero.- Ella comenzó a hervirle aún más la sangre. - Básicamente, detesto a los hipócritas como él. Y como a Dake. - Terminó, tomó aire. - ¿Cuánto falta?
-Pues... Una hora y media.
-Bueno. Ta daré una última pregunta. Ya me estoy aburriendo. Tienes suerte de que tenga pocas balas para Dake. Morirás rápido. Pero bueno, cual es la pregunta final.- Sin miedo, se encogió de hombros, y preguntó.
-¿Qué te hicieron tus padres?- Pareció tocar una vena sensible. Se vio en su cara, que pasó de la sonrisa burlona, a una cara de asco. - ¿Te duele es pregunta?- Metió el dedo más en la yaga.
-Ellos... Me odiaban. Sencillamente. Fui un error...- Explicó sin más. - Bueno...- Martilló el arma.
-Igual que Samanta.- Él se quedó paralizado. Le puso el arma en su cuello, mientras le tenía la cabeza agarrada del pelo, haciendo que suelte un pequeño quejido.
-¿¡Cómo sabes de ella!?- Le gritó con fuerza.
-¡Blair!- Gritó Jane detrás de ella, recibiendo una patada en la mejilla como castigo por el grito.
-¡Jane!- Exclamaron Rey y Blair, asustados.
-¿¡Cómo es qué sabes de ella!?- Reiteró.
-¡Se donde está! ¡Me contó todo de ti!- Continuó. - ¡Abusaban de ti ¿Verdad?! ¡Te lastimaban a ti, y a ella!
-¡Si si, eso lo sé! ¿¡Le hiciste algo!?
-Estás nervioso ¿Eh?- Comenzó a reírse de forma macabra. - Parece que si te preocupas por alguien, al final del día... Pero...- Soltó otra carcajada aún peor. - Te hacían sentir pequeño ¿Verdad? Ahora crees que llamando la atención alguien te va a respetar, ¡A ti! ¡Que ridículo!
-¡Cállate!- Le golpeó con el mago de la pistola. Ella cayó al suelo aturdida. - ¡Crees que me asustas! ¿¡Eh!?- Ella escupió un poco de sangre, debido a la herida que se le hizo en el labio.
-Ella... Samanta... Podría haberme ayudado a... Ya sabes, devolverte el favor...- Soltó como pista.
-¿Qué insinu...?- Su retorcidamente hizo clic. Comenzó a gruñir y chillar. - No no no… ¿¡Qué le hiciste!?- Levantó la cabeza y la golpeó contra el suelo, para luego ponerle el cañón del arma, haciendo presión hacía abajo, causándole más dolor. - ¿¡Que le hiciste!?
-¿Por qué te importa tanto?- Preguntó burlona. - Es el último rasgo de humanidad que te queda ¿Verdad?- El otro se enfurecía más y más.
-Ella es la única que me queda. Dake me la arrebató hace un año, y la quiero devuelta.- Daemon y Mary se miraron mutuamente.
-¿Matabas para que no le hiciera nada?
-No... Yo en un inicio lo hacía por gusto, y seguí así. Él me dijo que la cuidaría mientras me dejaba "Liberarme"...- Se detuvo, sacudiendo la cabeza.
-No te gusta hablar cuando te hacen sentir insignificante. ¿Adam estuvo en el medio?- Jasquier soltó un quejido, y continuó.
-Cuando apareció Adam, avanzó muy rápido en el caso. Me dio la orden de deshacerme de él... Pero sin matarlo. "Eso es una estupidez" pero no, no no no. Me avisó que si fallaba, le haría daño a Samanta.- Se explicó. - Por eso lo odiaba, porque ponía en riesgo a mi hermana.- Se calló.
-¿Y ustedes?- Preguntó Jane. - ¿Por qué hacen esto?- Les preguntó a los otros.
-¡Hagan que esa se calle!- Le patearon en el estomago. Tras el golpe, Rey intentó ayudarla, pero su custodio lo redujo.
-¡Déjalos en paz!- Chilló Blair.
-¡Cállate!- Le arrojó la cabeza contra el suelo. Blair se sentía mas dolorida y aturdida que nunca. - ¿¡Donde está!?
-¿Samanta?
-¡Si! ¿¡Dónde está!?- Soltó una carcajada. - ¡Si lo dices, quizás te deje viva!
-Estaba segura...- Comenzó a contar. - Hasta que se encontró conmigo...- Le dijo amenazante.
-¿¡Qué le hiciste!?- Volvió a tomar el cabello, haciendo que dejara escapar otro gruñido de dolor. - ¡Si te atreviste a tocarle un pelo yo...!
-¡Ja!- Soltó una carcajada. - Si hubiese sido suerte si solo hubiese sido "Un pelo".- Se burló.
-Esperen... ¿No eran 4?- Susurró Daemon a Mary.
-¿¡Donde está!?
-Pregúntale a Dake...
-No que habían encontrado a ese tipo de lentes... El que hizo que despidan de su trabajo...
-¡Voy a romperte cada hueso del cuerpo hasta que lo digas!
-Solo Dake lo sabes... Después de que yo le dijera que la entierre.- Repitió en el puño cerrado con fuerza.
-¡Maldita!- Preparó la pistola. Iba a matarla, estada decidido.
Entonces, un ladrillo voló a la cabeza de Daemon, dándole la oportunidad a Rey de derribarlo y romperle el brazo derecho, que era donde llevaba su arma, para luego reducirlo a golpes. Esta última, tomó justamente la pistola, y apuntó a Mary, quien no llegó a tomar la suya, hasta que a ella también le golpeó una botella, provocando que fuera reducida y que la desarmaran también. En la movida, Blair comenzó a forcejar con Jasquier para desarmarlo también, Pero era demasiado fuerte, y claramente no podría despacharlo fácilmente. Pero aún así, estaba determinada de acabar con él.
Jayden logró salir de su escondite para apoyar a sus compañeros. Estaban llenos de adrenalina, pero un estruendo les quitó su animo de justicieros. Ahora enderezado y apuntándoles a los 3, Jasquier estaba frente al cuerpo de Blair, que estaba tirado en el suelo. Se veía que salía sangre de la mejilla, la cual comenzaba a derramarse a los alrededores de ella. Ellos, no podían creer lo que estaban viendo. No podía ser. No se creían que ella estaba inmóvil. Jayden, quien tenía la pistola en mano, comenzó a temblar, pero lentamente comenzó a llenarse de ira, tras apuntarle.
-¿Creíste que esa pelirroja podría contra mí?
-Si ella no pudo, nosotros si. Eres solo uno.- Respondió Rey.
-Eso es mentira. Es cuestión de que se rindan.
-No entendiste.- Rey le pisó con fuerza una pierna a Daemon, rompiéndola al instante. El otro gruñó, con cierto tono de preocupación ¿Acaso ellos le importaban?
-Je...- Soltó. - Se supone, justo tú, me matarás.- Preguntó retóricamente, señalando a Jayden. - Eres el tal Jayden, ¿No?- Continuó. - Dake me contó de ti, de un tal Charly, o que se yo, y de todo tu grupito ridículo.- Explicó. - Los odia ¿Sabes? Le arruinaron la vida. O al menos el dice eso. Fueron mis primeras victimas, porque él quería que acabara con ellos. En especial, te odiaba a ti. Quería hacerte sufrir. Se puede decir que fue tu culpa.
-Dios...- Dijo Rey. - Entonces ¿Tenía razón?
-No puede ser... Chicos... Yo...- Un disparo voló hacía la mano de el chico, volando la pistola, hiriéndole de gravedad allí.
-Eres ridículo.
-Te gusta mucho esa frase, ¿Verdad?- Se burló Jane.
-Cierra la boca.- Hizo una pausa. - Saben algo. Desde que fui niño, me sentía como una simple cosita pequeña, insignificante. Luego, de a poco, mis padres, mis compañeros de colegio, todos me hacían sentir que no era nada. Hasta que mi hermana, me enseñó que tenía que imponerme. ¡Haría que todo el mundo me vería!- Comenzó a narrar. - Dake se aprovechó de eso. Se creyó que podía ser un arma, pero se metió con mi hermana, y cuando lo hizo, me empeciné en enseñarle que a mi, no me controlaba nadie. Y esos niños, fueron parte del plan.
-Pero, si él amenazó a tu hermana, ¿Por qué hiciste algo así si podía herirle?
-Por que le amenacé con revelar su identidad. Y en todo momento, él lo supo.
-¿Quién es Dake?- Preguntó Jayden.
-¿Para que decirte? Si ya vas a morir.
El tipo apuntó a la frente del chico de lentes, estaba listo para acabar con ellos. Realmente ellos estaban aterrados, pero genuinamente no sabían que hacer. Esto acabaría allí. Los 3 se abrazaron, esperando a morir. Se despidieron, y si bien, aunque no se conocían tanto con Rey, este merecía tener un poco de contacto humano antes de morir. Pero lo único que escucharon, fue un grito de dolor. Cuando miraron, hacía el asesino, vieron que le habían clavado su propio cuchillo en la pierna. La sorpresa, se apagó, porque instintivamente, los atacaron y redujeron a Jasquier. Tras que caiga, Rey se encargó de golpearlo en el rostro, y de romperle una pierna al igual que al resto. Los otros 2, tras asegurarse de que estaba lejos de cualquier arma, se retiraron a abrazar a la pelirroja, quien solo les dio un susto. La herida de su mejilla, era algo profunda, pero no le mataría.
-¡Idiota!- Le gritó Jane. - ¡No nos asustes así!- Terminó llorando, tras saltarle a un abrazo.
-Creí que era el fin, para ser honesta. Pero si no me aseguraba de que estaba cegado por sus instintos, no podríamos con él. Siento haberlos asustados. - Se explicó con la cara lastimada, pero mucho más tranquila. Rey y Jayden, sin embargo miraban a Jasquier, quien intentaba moverse para huir.
-¿Y ahora?- Blair miró hacia allí, volviendo la seriedad a su rostro, y la furia a su corazón.
-Llévenlos contra la pared. A los 3.- Los otros obedecieron.
-Pues...- Blair no lo pensó 2 veces, y puso el arma en la cabeza de aquél monstruo. - ¡Wow!
-¡Fuera todos!- Gritó ella. Se notaba en su tono de voz que estaba desaforada. Fuera de si.
-¿Eh?- Los 3 no entendían.
-¡Largo de aquí! Pase lo que pase, pero lo haré yo. Ustedes no quedarán involucrados... No quiero arruinar sus vidas...- Trató de explicarse, tratando de no tartamudear, debido a que la ira le impedía comunicarse de forma adecuada.
-Blair, pero... ¡Nos merecemos esto!- Reclamó Jane.
-¿Crees que me importa? ¡Dije que se fueran!- Los otros 3 se miraron. - ¿¡Qué acaso no ven que estoy intentando ayudarlos idiotas!? ¡Si se quedan, serán cómplices de lo que sea que pase!- Rey se acercó, Jayden lo detuvo.
-Vámonos.
-¿Qué?- Preguntó la pelimorado. - ¿¡Se supone qué...!?
-¡Basta Jane!- Le reprendió él. - Ya están acabados. Si ella quiere que sea así, que sea así. De todos modos, ya no tienen donde ir. La policía debe estar en camino, y pase lo que pase, ganamos. Ellos tuvieron justicia. Tranquila.- Terminó posando su mano en su hombro. Logró calmarla. Ella bajó la cabeza.
-Rey... ¡Rey!- Le gritó.
-Supongo... que tienen razón.- Aceptó el latino a rechina dientes. - Vámonos.
-Espérenme en el auto si quieren. Pero puede que ni vaya. Hagan lo que quieran ¡Pero váyanse!
-Bien, ahí iremos.- Ella volteó un segundo. - Gracias... Por todo.- Los 3 asintieron.
Sin mucho más que decir, ellos se fueron, dejando solo a ella y los tres criminales. Ella le tomó de la camisa, y puso el arma en su cuello, así como quería Rey, mientras con la rodilla le presionaba la herida de la pierna, causando mucho dolor a aquél asesino. Al fin, al fin lo tenía a su merced, y podía descargarse como quería. Lo que tanto quería. Solo los separaba el cañón del arma. Jasquier estaba helado. Por primera vez en años, sintió miedo, se sintió pequeño, insignificante. Creyó que jamás volvería a sentirse así, desde sus tempranos 15 años, que fue cuando cruzó la línea. Por otro lado, la mirada de la pelirroja, estaba imbuida en llamas. Determinación, o ira, lo que sea, ese sentimiento corría por sus venas, e inundaba su mente. No se sentía poderosa ni mucho menos, pero si, sabía que decidiría que ocurriría. Sabía que si iba a hacerlo, descargaría lentamente, primero en su cuello, para verlo desangrase, y ahogarse en su propia sangre. Lo mismo con los otros. Se convertiría en una asesina. Quizá. Pero lo haría por el bien de la gente. "Esto es por ti James, por ti Adam".
-¿Le pedirás que ruegue por su vida? Sería bastante acorde ¿No?- Dijo una voz masculina. Ella miró hacía atrás un segundo, para volver a mirar a su presa.
-¡Les dije que se fueran!- Gritó furiosa y frustrada.
-Estoy solo, tranquila.- Respondió Jayden. - Gracias por evitar que Jane se convierta en una cómplice de asesinato. Lo mismo con Rey.
-Ellos no se merece que su vida se arruine así. Soy la única que se merece...- Se detuvo sacudiendo la cabeza. - ¿¡Por qué sigues aquí!?- Comenzó a acercarse, y terminó a su costado. - ¡Tu tampoco mereces esto! ¡Vete!- Le pidió.
-No Blair. No pienso irme.
-¿¡Por qué no!?
-Porque quiero evitar que te conviertas en un monstruo.- Se explicó con una voz dulce. Genuinamente quería que se alejase de un camino peligroso, que posiblemente le destruiría. Pero ella estaba empecinada, a recorrerlo, sin pensar en nada más. - Blair yo...
-¡Cállate!- Le gritó. - ¡No se por qué sigues intentando que yo no haga esto! ¡Tu también perdiste gente como yo! ¡Prácticamente al mismo tipo que yo! ¿¡Por qué no me dejas hacerlo de una vez!? ¡Quiero acabar de una vez!- Gritó queriendo sacárselo de encima. Unas lagrimas comenzaron recorrer su rostro.
-¿Es que acaso no lo ves?- Le preguntó acercándose lentamente, con cuidado de no alterarla más.
-¡¿Qué?!
-¿No lo ves? Es lo que quiere Dake.- Le explicó. Le señaló a Jasquier. - Él busca que te conviertas en un nuevo Jasquier. Quiere que lo mates, para convertirte en un monstruo como él. ¿No te das cuenta de que te soborna con lo qué tu quieres?- Le comenzó a explicar. - Solo piénsalo. ¿Quieres ser como él? ¿Acaso quieres...?
-Él me quitó a mi familia.
-Y la mía, y a la de Jane, y la de Rey, y a la de mucha más gente. Pero te quiere a ti, porque cree que eres manipulable, porque te subestima. Porque cree que existe gente únicamente mala en este mundo. No quiere que te pongas a su altura, quiere rebajarte. Te ve como a una marioneta.- Continuó. - Demuéstrale que no lo eres. Demuéstrale que honraras a Adam no solo como a tu pareja, sino como a ese policía que creía en la humanidad. Y honra a James, como esa persona amorosa que le cuidaba...- El arma de Blair, pasó del cuello de Jasquier, al pecho de Jayden. - Blair...
-Es tu último aviso. ¡Ve-te!
-Blair, no... No te dejes llevar por el odio...- Comenzó a lagrimar. - No dejes que gane. Si lo haces, te perderemos.
-¡Vete!
-Por favor, si lo haces, perderemos a la persona que hay en ti.
-¡Ya no tengo a nadie!
-Blair ¡Nosotros estamos para ti! ¡Te queremos y apreciamos!- Le trató de explicar. En el proceso, tomó el arma por encima. Si bien sin intenciones de forcejar, fue una actitud bastante agresiva, que tensionó más a Blair. - Por favor... Déjalo
Blair estaba firme, pero temblando. Una mezcla rara, si, pero no estaba en su mejor estado. Sabía que Jasquier no podría hacer nada por estar demasiado lastimado, pero estaba a su merced. En ese momento, debía tomar una decisión: Satisfacerse a si misma, y descargar el cargador en los sujetos hasta que mueran dolorosamente, pero dejándose ir en el momento. O mantener su postura, y acabar con esto de una vez. Por mucho tiempo creyó que la primera, le daría la suficiente satisfacción para continuar. Pero en aquel entonces, no conocía lo suficiente al resto de los miembros de su equipo. El corazón de Jane, la determinación de Abigail, el valor de Rey, y la empatía de Jayden. Ellos pasaron por sus propios infiernos, y estuvieron dispuestos a ayudarla. Algunos más, algunos menos, pero todos siempre motivados por aquellos quienes les dieron sus razones para seguir. Jane, Abigail, y Jayden, por sus amigos. Ella y Rey, por Adam y James. Ellos siempre querían lo mejor para las personas que amaban, y quizás, a veces, lo mejor sería tomar una decisión amarga, pero correcta. Que quizás no alegre a todo el mundo, o simplemente, era la menos satisfactoria.
Ella bajó la pistola, y disparó a los pies de los 3 asesinos. Ahora, estarían mas débiles, y no podrían destacar tanto en la cárcel. Les generó suficiente dolor para que Rey estuviese feliz, y tomó la decisión de dejarlos vivos, para que ella no se convierta en una asesina. Jayden se le acercó por la espalda, y puso su mano en su hombro. En efecto, sin confírmalo, creyó que hizo lo correcto. Mientras una catarata de lagrimas caía por su rostro, sonrió. Genuinamente sonrió tras varias semanas.