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Chapter 5 - Cacería

La tormenta desataba su furia sobre el bosque de árboles colosales. Tinzo, con el corazón martilleando en su pecho, escapaba entre la espesura junto a un misterioso acompañante. Detrás de ellos, los cazadores, decididos los perseguían con la tenacidad de bestias hambrientas. El viento aullaba entre las ramas mientras Tinzo y su compañero corrían en busca de refugio, sus siluetas apenas visibles entre la oscuridad y las gotas de lluvia que azotaban el suelo. De repente, como un regalo de la desesperación, descubrieron un hueco entre las raíces retorcidas de un mega árbol. Sin titubear, se deslizaron en la estrecha abertura, ocultándose en las entrañas del bosque.

En el claustrofóbico refugio subterráneo, mantuvieron sus respiraciones en un silencio mortal, conscientes de que cualquier ruido podría delatar su presencia. Afuera, los cazadores se acercaban, sus voces resonando con furia y determinación.

- ¿Dónde están? ¿Acaso utilizaron nuevamente el transportador? -exclamó la joven con rabia.

-Isma, cálmate y concéntrate en escuchar claramente. Recuerda que debemos ser silenciosos a toda costa -intervino el joven de cabello negro, su tono asertivo cortando el aire cargado de tensión.

Con extrema cautela, el acompañante de Tinzo dio un paso hacia atrás, pero la naturaleza traicionera del bosque jugó en su contra cuando una rama crujió bajo su peso, resonando como un trueno en los oídos de los presentes.

-Están bajo las raíces del árbol, ¡vamos! -rugió el joven de las garras esmeralda, su voz resonando con la ferocidad de un depredador que ha encontrado a su presa.

-Tranquilo, no pasa nada. Ha llegado el momento de usarlo otra vez... -Tinzo con su cuerpo tembloroso, extrajo de su bolsillo un chispeador y lo comenzó a girar rápidamente chocando contra el suelo mientras generaba chispas. En el instante en que los cazadores se lanzaron hacia ellos, ambos desaparecieron siendo transportados hacia una ubicación desconocida para sus perseguidores.

EN LA MAÑANA DEL DIA ANTERIOR...

<< ¡Genial! Terminé de desempacar justo a tiempo para ir a ver al Entrenador. Mejor me apuro a ir la sala.>>

Tinzo había llegado esa misma mañana a la Base de Entrenamiento, ubicada en un frondoso bosque del planeta Gigato. Nada más instalarse en su habitación individual desempaco sus cosas rápidamente y partió la sala que fue citado, donde Leonard le esperaba. Sin embargo, al llegar lo encontró absorto en lo que parecía ser una conversación con su comunicador.

-De acuerdo, voy para allá. Cambio y fuera -Leonard corto la comunicacion y se percató de la presencia de Tinzo en la sala.

- ¡Tinzo Tenzen! Te encuentras en la "Sede de Entrenamiento Timmer N°01", donde te someterás a un riguroso entrenamiento para superar todos tus límites y explotar todo tu potencial -estas palabras provocaron en Tinzo una mezcla de nerviosismo y emoción.  

- ¡Sí, señor! ¡Le prometo que daré lo mejor de mí! -

-Pero hoy... ¡Hoy tienes el día libre, muchacho! Aprovéchalo, porque no lo volverás a tener una vez que empiece el entrenamiento -tras estas palabras, Tinzo se sintió confundido. << ¿Qué? ¿Será este entrenamiento tan duro que necesito descansar hoy? ¿O simplemente está probando mi determinación? No puedo aceptar este día libre. He venido aquí solo para fortalecerme y tener la oportunidad de cumplir mis objetivos.>>

-Señor, yo no...-

-Lo siento muchacho, tengo que irme por una emergencia. Nos vemos mañana -Leonard se esfumo de la sala, dejando a Tinzo con las palabras de valentía y determinación en la punta de la lengua. 

Después de recibir esa extraña bienvenida por parte del Entrenador, Tinzo decidió explorar la base. Se sentía intrigado por ese lugar, que combinaba elementos futuristas con signos de deterioro. A través de las ventanas, podía admirar el impresionante paisaje de un bosque de árboles gigantescos y raíces que se extendían sin control. Mientras caminaba por los pasillos, se cruzó con dos personas que le resultaban familiares. Eran el joven que lo había ayudado cuando se desmayó, y la joven que lo había salvado del desfasado con su extraña pistola, ambos iban charlando hasta que se percataron de su presencia.

Leonard no paraba de viajar de un punto a otro del planeta con su chispeador. Estaba siguiendo las indicaciones de Quenzo, su amigo y estratega, que le hablaba por su comunicador.

-Dirígete a las coordenadas -433.9497°. Allí hay una anomalía que debes capturar -le ordenó Quenzo con voz urgente.

Leonard obedeció y se materializó en el lugar indicado. Era una zona desértica, donde apenas había vida. Lo único que destacaba era una figura cristalina pequeña que se movía erráticamente, era un ser de esencia. Leonard se preparó para atraparlo, pero antes de que pudiera hacer nada, el ser se desvaneció en el aire.

- ¡Maldición! ¡Se me escapó! -exclamó Leonard frustrado.

-Quenzo, esto ya no tiene sentido. Estamos lidiando con un conjurador que se está burlando de nosotros -protestó por el comunicador a su compañero.

- ¡NO! Sé que si me traes un ser conjurado por él, podré usar la esencia para rastrearlo con mi habilidad. Solo confía en mí y haz tu parte del trabajo -le respondió Quenzo con un claro tono y prepotente.

<< Ya lleva dos noches sin dormir por culpa de estas anomalías. Él solo las detecta con su técnica que cubre el planeta y me da las coordenadas para que yo vaya a capturarlas. Pero siempre llego tarde o me encuentro con nada. Me preocupa su estado mental, se ha vuelto irascible y gritón. >>

- ¡Nuevas coordenadas! -487.6484°. VE YA MISMO. SIENTO QUE ESTA ES NUESTRA OPORTUNIDAD -le gritó Quenzo por el comunicador mientras estaba inmerso en sus pensamientos.

Leonard suspiró y volvió a usar el chispeador. 

<< Sé que el enemigo solo nos está distrayendo de una manera absurda. A mí no me afecta en lo absoluto, ya que solo lo hago porque me lo pidió desesperadamente. Pero temo que su cordura no aguante y deba hablar con él. >>

De vuelta en la base, Tinzo se encontró cara a cara con una joven que irradiaba entusiasmo al conocer a su nuevo compañero.

— ¡No puedo creerlo, tú eres el nuevo aprendiz! —exclamó ella, sus ojos brillando con emoción.

— Sí, llegué esta mañana. Me llamo Tinzo Tensen. Es un placer conocerlos —respondió Tinzo, devolviendo la energía positiva que emanaba de la joven.

— Soy Isma Musc. Es un placer tenerte como nuestro nuevo compañero de entrenamiento —dijo Isma, su sonrisa cálida y acogedora iluminaba su rostro.

Justo entonces, una voz serena interrumpió la conversación. Era Arie, cuyo tono tranquilo contrastaba con la efusividad de Isma.

— Mi nombre es Arie. Al fin nos encontramos, Tinzo.

Este frunció el ceño, desconcertado.

— ¿Por qué dices "al fin"?

Arie sonrió, su tono lleno de admiración genuina.

— Isma me contó cómo defendiste valientemente a otra persona, recibiendo todos los golpes del animal. Tienes todo mi respeto por eso.

Tinzo asintió, una sonrisa incómoda asomando en su rostro. <>.

Isma intervino, su voz llena de admiración.

— También tienes mi respeto, Tinzo Tensen. El hecho de que estuvieras dispuesto a arriesgar tu vida demuestra tu valentía y lealtad. Saber que posees esos valores te hace digno de mi confianza.

Arie levantó una mano, su tono suave pero firme.

— Isma, cálmate, ¿de acuerdo? A veces te dejas llevar por la fantasía y exageras las cosas. Vamos a ponernos manos a la obra con nuestras tareas.

Esta asintió, despidiéndose con un gesto animado antes de retirarse.

Mientras Tinzo exploraba la vasta base, el tiempo parecía volar. Al caer la noche, se recostó en su cama, sumiéndose en un sueño profundo y reparador. En su sueño, se encontró en el balcón de su antiguo hogar, un refugio que ahora yacía en ruinas. Contemplaba las sombras que se extendían sobre las distantes montañas, envuelto en la tranquilidad engañosa del paisaje. De repente, el sonido de pasos resonando en el pasillo rompió su ensimismamiento. Una puerta se abrió con un chirrido en la sala, y vio a Tomas cruzar el umbral.

— ¡Tinzo, necesito tu ayuda! —exclamó Tomas, agarrándolo por los hombros y sacudiéndolo en un intento desesperado de devolverlo a la realidad. Tinzo, aún aturdido por el sueño, se llevó una mano a la boca mientras caía de rodillas al suelo.

— ¿Tomas? ¿Cómo... cómo es que estás aquí? —Las lágrimas de emoción surcaron el rostro de Tinzo al ver a su viejo amigo, una mezcla de asombro y alegría brillando en sus ojos.

— ¡Están tras de mí, Tinzo! —La urgencia en la voz de Tomas sacó a Tinzo de su aturdimiento, y se puso de pie, lleno de determinación.

— ¿Quién te persigue, Tomas? ¿Por qué? —Tinzo exigió respuestas, su rostro endureciéndose.

Tomas agarró el hombro de Tinzo con fuerza y susurró con voz tensa: "Solo lo entenderás si lo ves..."

Despertando de golpe, Tinzo se levantó en la cama, el corazón martilleándole en el pecho. Corrió hacia la salida de la base, pero justo en la puerta se encontró con un grupo de personas. Hábilmente, se escondió en las sombras para pasar desapercibido.

— ¡Arie, Isma, Zack! Vuestra misión es eliminar a un infiltrado. Tras una intensa investigación, hemos descubierto que hay dos en nuestro planeta. El identificado como Tomas se encuentra en el sector 8 de la base de refugiados N° 12 —anunció una voz autoritaria.

Los jóvenes respondieron al unísono: — ¡A la orden, señor! Mientras, Leonard sacó un dispositivo brillante de su bolsillo.

<< ¡Van a teletransportarse! No hay tiempo para detenerlos, así que debo ir con ellos e intentar hacerlos entrar en razón >>. Justo cuando estaban a punto de desaparecer, Tinzo se lanzó hacia ellos, siendo arrastrado por el chispeador.

Al llegar al campamento de rescate, el grupo de cinco personas fue arrojado al suelo por el peso repentino del chico. Se levantaron precipitadamente, todos menos Leonard, cuya expresión se tornó sombría.

— ¿Qué diablos crees que estás haciendo? — rugió Leonard con una furia ardiente.

— Por favor, deténganse, dejen a Tomas en paz. No ha hecho nada malo, se los ruego. — El chico suplicó desesperadamente, buscando la compasión del grupo.

— Ignórenlo y continúen con la misión. — La voz de Leonard resonó con firmeza y autoridad. Los jóvenes asintieron y se apresuraron hacia la base, pero en ese instante Tinzo cayó inexplicablemente al suelo, sumido en un sueño profundo. Al recobrar el conocimiento, se encontraba de nuevo en su ático, junto a Tomas.

— ¿Qué... qué ha pasado? — Tinzo estaba desconcertado al encontrarse nuevamente con el.

— Tinzo, no hay tiempo. Tuve que dormirte para que advirtieras al general Leonard sobre la situación en Quenzo. ¡Se ha desmayado y su técnica ha sido desactivada! — El reaccionó rápidamente, consciente del peligro que eso representaba para la seguridad del planeta. Al despertar, vio a Leonard intentando revivirlo.

— ¿Qué te ha sucedido, muchacho? Te desplomaste de repente y parecías muerto. — Leonard estaba visiblemente preocupado. Al ver que recuperaba la conciencia y no había perdido la vida, levantó la vista y se dirigió apresuradamente hacia la base.

<< No, no, no... debo advertirles antes de que sea demasiado tarde, pero ¿cómo puedo llamar su atención? >>

— ¡LA TÉCNICA DE QUENZO ESTÁ INACTIVA! — Tinzo gritó con todas sus fuerzas, las palabras resonaron en la mente de los cuatro individuos que corrían, obligándolos a detenerse. Leonard, en cuestión de segundos, ideó una estrategia para salvar la misión.

— ¡USTEDES CONTINÚEN CON SU MISIÓN NORMALMENTE! YO ME OCUPARÉ DE QUENZO. — Los jóvenes obedecieron sin dudarlo.

<< Siguen tras Tomas, en mi estado no podré alcanzarlos. Su vida está en peligro y debo encontrar una manera... >> Leonard sacó el chispeador de su bolsillo y, en un parpadeo, Tinzo se lanzó hacia él, arrebatándole el artefacto por completo desprevenido.

— No, ¡NO! Dame el chispeador, Tinzo, en serio, ¡TODO EL PLANETA ESTÁ EN PELIGRO AHORA MISMO! — Leonard, al límite de su paciencia, habló con desesperación, pero con autoridad.

— Lo siento, la vida de Tomas está en juego. — Él había tomado ya una decisión dura, traicionando la confianza del general. Retrocedió con las piernas temblorosas mientras giraba el artefacto.

— No me dejas opción, Tenzen. — Leonard manifestó unos guanteletes en ambas manos y estaba a punto de golpear duramente contra el suelo. Aterrado, el chico temía no salir con vida del impacto, hasta que de repente el artefacto lo transportó al instante.

El sector 8 de la base de refugiados era el que albergaba a los individuos con la "Alarma de Ángel", es decir, aquellas personas que intentaron quitarse su vida, pero Quenzo utilizó su técnica en ellos, que funciona en el momento en que la mente llega a un límite y los hace entrar en un estado donde el individuo yace reflexionando en sí mismo; por ende, el cuerpo atiende sus necesidades básicas automáticamente. Actualmente, debido a la situación de Quenzo, todos los individuos del sector despertaron de su estado. 

Tinzo apareció en el sector 8 y comenzó a buscarlo entre todas las personas de trajes blancos, hasta que dio con él. Su mirada se iluminó al saber que pudo llegar justo a tiempo. La puerta de repente fue derrumbada por los tres jóvenes, sin dudarlo agarro del brazo a Tomas y utilizo el artefacto, pero Zack logro ver el instante antes de que sean transportados.

——————EL PRESENTE——————

Tomas Rayes y Tinzo Tenzen fueron declarados objetivos de la Compañía Timmer siendo el general Leonard responsable de su captura inmediata y eliminación del presunto infiltrado que ponía en riesgo al planeta ya que está en fase de "Desfasamiento".

Era la noche del día siguiente tras el robo por parte de Tinzo del chispeador del general y estos vagaban sin rumbo escapando de los cazadores que con la habilidad de Quenzo podían detectar e ir al instante gracias a otro chispeador que la compañía les proporciono. Luego de aparecer en otra ubicación en la noche tormentosa ambos estaban exhaustos.

—  Mi cuerpo, no puede más, siento que.... — Tomas en un instante le tapó la boca a Tinzo y señalo a lo que estaba detrás del árbol donde aparecieron. Era una fogata donde estaban dos personas sentadas, pero una los alarmo a ambos.

<< Él era aquel hombre que apareció cuando seso la tormenta y se esfumo de la nada, ¿Que hace aquí?, no puedo entender esta situación >> Sumido en sus pensamientos reacciono y quedo paralizado ante la mirada llena de ira de Tinzo.

<< Es el.... el responsable de la masacre que viví, aquel que me causo tanto daño y destrozo todo lo que amaba >>.

Sentado en esa tranquila fogata se encontraba el desfasado Dasu, responsable de la corrupción de la tierra de Tinzo.