"¡¿No te emociona ya estar en 5to grado?!" le dijo una niña con dos moños a otra mientras cruzaban el patio en dirección al pabellón donde estudiarían su cuarto año de primaria. "No lo sé, Aurora, los cursos de lucha con poderes y estrategia recién inician en secundaria" dijo con cierta incomodidad la otra niña, quien llevaba una cola de caballo. "Sí, pero ahora nos van a enseñar mucha más historia de la que habíamos aprendido antes, ¿no te emociona?" respondió Aurora insistiéndole a su amiga con el fin de que tenga algo de emoción por este nuevo año. "¡Ha! Eres toda una nerd" respondió la otra mientras se alejaba corriendo y haciéndole muecas. "A que no llegas antes que yo al salón" continuó la niña de coleta mientras que le sacaba la lengua y seguía corriendo al pabellón. "¡No me dejes sola, Edi!" sollozó Aurora mientras trataba de alcanzarla.
Mientras la niña corría tras de su amiga, en su camino al pabellón, uno de sus compañeros le puso cabe, y la pequeña se cayó de cara en el asfalto. "¡Uy! ¿Te tropezaste con la nada? Qué idiota" comentó su compañero mientras la miraba a ella ya tirada en el piso tratando de levantarse. El chico y sus amigos se comenzaron a reír de ella mientras se alejan de allí, yendo hacia el pasto que se encontraba al lado del camino que llevaba al pabellón. "Oye, discúlpate", oyeron una voz que venía de junto a Aurora. Era Edi que al darse cuenta de tal suceso regresó corriendo para ayudar a su amiga. "Ella se tropezó con la nada, por qué me disculparía" dijo sin voltearse y siguió caminando junto a sus amigos. De la nada, sintió algo frío que resbalaba desde su cabeza hasta su espalda. "¡Ups! Creo que se me derramó mi agua. Qué mal" dijo mientras terminaba de rociarle el agua que le quedaba en su botella y hacía un falso puchero. El chico volteó molesto y la empezó a perseguir. "¡Corre Aurora!" le dijo Edi con una gran sonrisa en la cara mientras la levantaba. Una vez se levantó la jaló de la mano para llevarla corriendo hasta el pabellón donde estaba su salón.
Mientras todo esto ocurría, en una esquina en el pasto se podían distinguir a dos jóvenes con trajes de batalla que se notaba que habían usado hace no mucho. Una se encontraba sentada en el piso agarrándose el costado y la otra erguida y de brazos cruzados, se notaba que no había tenido ningún ánimo de estar allí. "Por qué me trajiste hasta aquí" le dijo la heroína a la villana que había logrado salvarse gracias a su táctica de escape, el hechizo que logró hacer funcionar y logró hacer que evitara el ataque de su adversaria. "Qué sentido tiene venir a ver esto" continuó la heroína. "¿No crees que pudimos haber simplemente vivido una vida normal?" dijo la villana ignorando los comentarios de la heroína "¿Sin pelear? ¿No crees que pudimos haber sido felices como cuando éramos niñas?". La villana miró hacia arriba buscando su cara. Le puso la cara más cálida que tenía mientras sonreía con cierta dulzura ante ella. Ante esto, la heroína la miró con una cara de total desagrado, que incluso se podría llamar asco. "¡Ha! Sí claro, como si se pudiera vivir una vida normal o ser feliz junto a una escoria como tú" respondió el personaje que se encontraba parado. "¿Yo, la escoria? Y claro, tú el ser perfecto, obviamente" respondió con gran sarcasmo la villana quien no dejaba de mirarle a los ojos fijamente. La heroína ante estas palabras se limitó a mirarla y luego voltear su cabeza hacia otro lado con una gran molestia. "Bueno, ¿no sería hora de acabar esto?" continuó la heroína sin mirar a la villana "creo que sería bueno matarte de una vez para acabar con todo lo malo que has ocasionado". La heroína volteó ahora sí a la villana mientras cargaba su ataque para acabar con ella. La villana que seguía en el piso decidió limitarse a cambiar la dirección de su mirada hacia el piso y continuar en silencio, como si esperara ya que llegara su hora.