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Chapter 2 - Capitulo 1: Mi Pequeña Canario

Inglaterra, Ubicación desconocida, 02:00 AM

En las cercanías de un bosque se ve una mansión abandonada, dentro de la misma se puede ver a dos siluetas, uno de mayor tamaño que el otro más no se puede discernir sus rasgos ante la poca iluminación presente, pero una dulce voz que proviene de la pequeña silueta restante resuena por toda la mansión, libre de vida por la ominosa sensación de lo que se conoce como «mana» recorriendo los alrededores de la mansión.

—Noche larga y fría en una ciudad iluminada por las 7 estrellas del destino y la luna del pacto, calles bulliciosas por los cantares de los vivos, construcciones de todo tipo que se alzan en toda su gloria, o en la sombra de lo que alguna vez fueron, terminarán en acero, para que en diferentes direcciones se presenten 7 "llaves" que promulgarán una conclusión.

Una torre alta que alcanza el mar de estrellas, con gracia y belleza retorcida que distorsiona el mundo a su alrededor.

Se manifestará en lo alto de la torre un cáliz de oro en el aire mismo, ornamentado con 7 "cerraduras" pero como producto del mismo mundo en su rechazo, la misma existencia del cáliz se verá reducido a un estado frágil como cristal, y tan pálida como un fantasma.

El cielo mismo ofrecerá su consuelo, protegerá el cáliz con sus poderosos vientos para que las llamas cautivadoras de azul etéreo, se manifiesten al final del último día de guerra iluminado por la luna.

Y cuando se abran las 7 "cerraduras" el hermoso azul etéreo iluminará los cielos, y un camino para un verdadero milagro se abrirá.—

Termino de decir la pequeña silueta, guarda el papiro en una pagina de un libro titulado «Crónicas del Señor de la guerra», metiéndolo en el bolsillo interior de su abrigo para después suspirar, y mirar a la gran silueta a su lado.

—Padre, ¿estás seguro de esto?—Pregunto con incertidumbre palpable en su voz, pero volviendo su mirada en el círculo mágico dibujado en el piso.

—Agatha, esta es el deber de la "familia" Ascart, como también tu responsabilidad al ser elegida por el Grial, como nuestros antepasados lo fueron, sabes muy bien que no podemos retroceder, no con la situación actual.— Solo para que la gran silueta responda con un tono de voz firme y regia.

Atento al círculo mágico frente suyo, solo para que su mirada se desvié discretamente al moretón o herida presente en el dorso de la mano de su hija.

—...Tienes razón padre...solo que, no es raro que «La Guerra del Grial» vuelva aparecer, fueron 11 años después desde la primera reaparición en Oklahoma City, aunque la asociación declaro que el Grial desapareció hace 500 años en «La sexta Guerra del Grial» de Gales.—Pregunto con cautela, mas solo recibió el silencio de su parte.

—¿Padre? ...¿¡!?- —Hasta que sintió por tan solo un instante, una increíble acumulación de «mana» a su lado.

—Agatha...acaso entiendes el sacrificio que hicieron, lo que perdimos, para mantener lo que se nos ha otorgado, solo para que retrocedamos.— Respondió con inquietante tono tranquilo con una cara estoica, más su mirada decía otra cosa.

Agatha agitada retrocedió unos pasos asustada, pero tomando una respiración profunda tomo algo de valor y enfrento a su padre. —S-Sí lo entiendo padre, s-solo pido que consideres lo sospechoso que es, ¡No sabemos lo que podría desencadenar sí activamos este ritual!...podría ser la razón por la que desapareció en primer lugar.— Replico frustrada y temerosa por lo que sucedería.

Apretando los dientes, algo se rompió, tomo la palabra.

—Lo sé, lo sé, ¡Lo sé!, solo, s-solo que estamos tan cerca, ya no podemos retroceder, la 'familia' nos está cazando uno por uno, por robar ¡Este maldito catalizador!, ni siquiera ellos están seguros si este es el verdadero catalizador, perdimos demasiados de nuestra facción, nuestra verdadera familia, por la esperanza de un pobre tonto—. Dijo el padre de Agatha, rompiendo la imagen de estoicidad y tranquilidad que transmitía, dejando solo a un hombre desesperado y frustrado, apretando los puños hasta que comienza gotear sangre.

—Nuestra única oportunidad de salir vivos de esta estúpida guerra, está en las manos del destino...y el destino puede ser una perra muy caprichosa.—

Viendo como su padre llego al límite, Agatha se acercó y tomando su mano con fuerza, aun con la sangre que ensuciaba su mano.

—Papá— Dijo suavemente. Volviendo su mirada hacia Agatha, no, su pequeña bola de optimismo, pudo reavivar la poca esperanza por ella, por el único legado que ella logro dejarle.

—...— Apretando el agarre, volvió su mirada al círculo.

—Ve— Sin ninguna otra palabra, Agatha se dirigió con pasos firmes al círculo mágico.

Arthur no pudo evitar asombrarse internamente, desde esa pequeña temerosa, pero curiosa que era hace 10 años, a la dama frente suyo que da pasos firmes y decisivos en dirección al círculo mágico.

—...Janna...— Un susurro que escapo de sus labios.

Estando frente al altar que esta delante del círculo, coloco el «catalizador» que robaron en el altar, un fragmento de la hoja de una espada, retrocediendo hasta estar nuevamente alejado por unos metros del circulo, extendió la mano con el moretón o herida, inicio vertiendo su mana al círculo, el cual comenzó a iluminarse levemente.

—...Bien, hagámoslo...— Murmurando para sí misma, comenzó el hechizo.

Deja que la plata y el acero sean la base

Que las estrellas del destino y la luna del pacto sean los cimientos

Los vientos comenzaron a invadir el lugar, la luz que provenía del circulo mostro las características físicas de Agatha. De cabello oscuro como la noche, ojos amatistas, de morado vibrante más un tono de piel melocotón. Vestida con un abrigo verde oscuro y una bufanda naranja, sobre una camiseta blanca con una frase «It's time to Rick'roll», falda oscura hasta los muslos sobre unos leggings invernales oscuros y botines marrones.

Mi gran ancestro Nadir Ascart como guía

Las puertas cardinales se cerrarán

Dejemos que el camino bifurcado desde la corona te lleve al reino

Llena

Llena

Llena

Llena

Llena

Repite cinco veces

Crepitando de poder el círculo mágico, provoco que la presencia de «ether» comenzara a inundar los alrededores de Agatha.

Deja que se llene por cada camino, y rómpelo en pedazos

Los sonidos del cristal crujiendo, cayeron a oídos sordos.

Escúchanos

Te lo ordeno, ven a mi

Tu espada controlara mi destino

Mi voluntad formara tu cuerpo

El ether comenzó a arremolinarse en un solo punto, comenzando a tomar forma. Arthur se maravillaba por lo que estaba aconteciendo frente a sus ojos, viendo un milagro formarse frente a su hija, pero sin darse cuenta, sonidos de cristal resquebrajándose comenzaba a sonar cerca de su hija.

Siguiendo las normas del Grial, responde si aceptas mi voluntad y razón

Juro aquí que seré todo lo bueno del mundo elegido

Que derrotare a todo el mal del mundo condenado

Circuitos de computadora que cubrían todo su cuerpo, brillaban bajo la ropa de Agatha. Zarcillos que emergían de los circuitos, se dirigían a la acumulación de ether.

Ustedes siete almas que residen en un santuario efímero

Arthur extasiado por lo acontecido escucho demasiado tarde los sonidos de cristales rotos, como los alrededores de su hija se rompían y caían, mostrando una amalgama de colores, tomando la forma de un caleidoscopio. Asustado, corre hacia su hija, extendiendo la mano para interrumpir el hechizo, a la par que los vientos azotaron el lugar.

—¡¡AGATHA!!—

Salgan del circulo de desolación

Inconsciente de su alrededor, se centró solo en completar el hechizo por su padre.

¡Oh Guardián del Vacío!

*Crujido de cristales*

Con el hechizo completo, Agatha se percató de su situación rápidamente y miro a su padre confundida, quien corriendo desesperadamente en la dirección de ella solo logro escuchar una palabra de sus labios.

—¿Papá?—

Y funcionando como desencadenante, todo lo que vio Agatha fue un caleidoscopio de colores, de muchos colores, arremolinándose a su alrededor al punto de no poder seguir mirándolos sin vomitar.

*Crujido de cristales*

Cerro los ojos deseando que se detuviera por el agudo dolor que sintió en sus ojos, agarrando su cabeza desesperadamente para aplacar el dolor que sentía en sus ojos, quería volver con su padre y olvidar todo lo demás. 

Pero de repente escucho una voz.

—Te pregunto—

Al escucharlo abrió lentamente sus ojos, para revelar por unos instantes una cruz incolora en sus ojos amatista reemplazando las pupilas, viendo que estaba en medio de un bosque, frente suyo estaba un caballero, dejándola sorprendida por la vista.

Con la altura promedio de un hombre de 20 años, vestido con armadura de acero, con runas inscritas en ellas sobre túnicas grises oscuras, su rostro casi oculto por la sombra que brindaba la capucha de gris oscuro, pero aun con dicha oscuridad, sus bellos ojos verdes brillaban con intensidad, cabellos rubios trigo que se escapaban de la sombra, y la luz de luna iluminando su figura imponente.

Una hermosa vaina de oro y esmalte azul real, colgaba del lado izquierdo de su cintura por tiras de cuero, enfundaba una espada, de «cruz» de color dorado con runas grabadas, su «empuñadura» de cuero marrón con extraños garabatos tallados, pero su hoja oculta por la vaina.

Pero lo más resaltante es que las tiras de cuero que sostenía vaina y espada, impedía desenfundar la espada.

—¿Eres tú mi «Maestro»?—

Pregunta con un tono frio y cortante, aun con el aura de realeza que exudaba de su persona. Como única respuesta a la pregunta del caballero, Agatha cayo desmayada en el suelo del bosque.

Levantando una ceja por la acción de la joven que la invoco, suspiro por los futuros problemas que su «instinto» le advierte...y por la suerte de «E Rank» en sus parámetros.

X X

—...jijiji...— Risitas alegres, es como se escucha.

Risitas resuenan por unos pasillos, sonidos de pequeños pasos hacen eco, una dulce voz se escucha, intentando alcanzar al origen de las risitas.

—...Morgan...— Un susurro que se escucha a lo lejos, fue distante y débil.

Los ecos de los pequeños pasos se detienen junto a las risitas, pero unos pasos comienzan pero se detienen, frente a una niña con un vestido con volantes esta una hermosa mujer con una cabellera de color trigo, trenzada que llega hasta sus hombros. La dama se agacha, tomando de forma delicada sus mejillas con las suaves manos de una madre amorosa.

—...Morgan...— El cariño en estas palabras es indescriptible, pero no hay duda del amor que hay.

El pasillo se desvanecen en pequeñas luciérnagas y mariposas, revelando un hermoso prado de lirios blancos a su alrededor, pero lo que más resaltante es un joven solitario frente a una «espada en la piedra» que se encuentra en el horizonte de este prado eterno.

—...ve...— Con Tristeza le dice estas palabras.

Haciendo caso, la niña se dirige al horizonte, llegando detrás del joven, con sus pequeñas manos toma las callosas manos gastadas del joven frente a la espada, apretando el agarre con gran ternura.

—...—

Sin palabras del parte del joven, pero su agarre aumenta en respuesta.

Las luciérnagas y mariposas que volaban alrededor de una bella mujer que miraba tristemente el horizonte de esperanzas y gloria, redirigen su trayectoria hacia el horizonte dejando a la dama.

Sin palabras del parte del joven, pero su agarre aumenta en respuesta.

Las luciérnagas y mariposas que volaban alrededor de una bella mujer que miraba tristemente el horizonte de esperanzas y gloria, redirigen su trayectoria hacia el horizonte dejando a la dama.

Sin palabras del parte del joven, pero su agarre aumenta en respuesta.

Las luciérnagas y mariposas que volaban alrededor de una bella mujer que miraba tristemente el horizonte de esperanzas y gloria, redirigen su trayectoria hacia el horizonte dejando a la dama.