La humedad y el calor que había en el ambiente me hacían casi desmayar. Tan agotado estaba que incluso sentía como me pulsaban los músculos después del golpe que recibí. Por cada paso que daba en la cuesta abajo hacia la cabaña, podía percibir como mis costillas se tambaleaban, casi como si se fueran a salir de mi caja torácica.Finalmente, bajamos toda la montaña hasta llegar a casa, la que era la pequeña choza de madera de Roef ahora se había convertido en algo mucho más decente como para llamarla hogar. Tuvimos que construir dos habitaciones más para que Lidia y mi madre tuviesen un lugar para dormir, se amplió un poco el espacio del comedor y la cocina se reformó por completo al gusto de las chicas.Por detrás de ella, seguía estando el pequeño almacén de herramientas donde Roef me apuntó con su arco cuando recién llegamos. A un costado, ahora había un pequeño establo para que Snell y Tzar pudieran refugiarse de la lluvia y dormir seguros. Y, por último, el pequeño campo de cultivo del patio trasero tenía más vida que nunca, lleno de plantas de tomates, calabacines, papas, zanahorias y cebollas que crecían bajo tierra y dejaban sobresalir sus largas hojas.En verdad, era un lugar muy distinto al que vimos cuando recién habíamos llegado en el invierno, con un aura mucho más hogareño y menos hostil.Sin embargo, no fue tan fácil de lograr. Construir todo esto nos llevó un poco más de tres meses, empezando por juntar toda la madera necesaria para la ampliación y el enorme trabajo de carpintería que tuvimos que hacer. Pero al final, el resultado fue bastante satisfactorio, he de decir. Al menos es funcional y habitable para cuatro personas.No fue fácil acoplarse a esta nueva 'familia'. Al principio, el ambiente era demasiado inexpresivo. Tras escapar de aquel infierno, aún teníamos esa resaca emocional y no se nos veía muy motivados que digamos. Asimilar todo lo que había pasado fue, sin dudas, muy duro y doloroso.Fue un proceso de recuperación muy lento que, personalmente, no creo que haya terminado aún, al menos no para mí. Lidia y mi madre se ven mucho mejor ahora, y es algo que me da mucho gusto. Han logrado recuperar algo de su felicidad y se refleja en sus rostros, que, a comparación del mío, sigue siendo el mismo desde aquel momento en el puente.Pero mi estado emocional no era el importante. Lo único que me interesa ahora, es poder mantener ese brillo en aquellos ojos color índigo.Roef: 『 Llegamos. 』Lidia: 『 Oh, llegaron temprano. 』Verónica: 『 ¡Vaya, qué sorpresa! ¡Bienvenidos! 』El rico aroma del estofado de Lidia invadía por completo la casa, y verla con el mandil y el cabello atado de esa forma le daba algo de calidez a nuestro arribo. Al menos me hacía sentir un poco menos de dolor, pero ahora era mi estómago el que suplicaba atención.Seguía sobándome mi costado derecho por el malestar interminable que tenía, y era tan evidente que mi postura se reclinaba hacia ese lado, pues al intentar enderezarme, sentía un impulso de ardor que recorría todo mi cuerpo. Mi mamá, al darse cuenta, en vez de lanzar un comentario que denotara preocupación, me regañó de forma desinteresada, diciendo que yo tenía la culpa por no tener cuidado, cuando en todo caso, fue más responsabilidad de Roef y sus trampas por haberme distraídoComo sea, no tenía muchos ánimos de escuchar otro sermón, así que decidí subir al ático, en donde yo duermo, para poder estar solo. Era pequeño y siempre tenía que agacharme para poder entrar en él. No era muy silencioso, de hecho, se escuchaba todo de adentro hacia afuera de la casa. Lo único rescatable era que tenía una cama para mí solo, vieja, pero mía. A un lado tenía una pequeña ventana circular que dejaba pasar mucha más luz de la que uno pensaría, ideal para buscar en mi pequeña cajonera la pomada y vendas que uso.Me quité la camisa y, aguantando el dolor, unté la pomada sobre el gran moretón que tenía, uno más que se me hace. Y, aunque mi cuerpo sana bastante rápido, las cicatrices tardan en desaparecer, y quizás nunca lo hagan, como todas las cortadas que me hicieron aquel día.Me cubrí con el vendaje rodeando por completo el abdomen y volví a ponerme la camisa. Guardé las cosas de vuelta al cajón y de reojo me hallé con el diario de Max, como siempre lo hago al llegar a casa. Lo hojeo por un rato y lo miro con frustración y tristeza. Saber que todas estas páginas en blanco quedaron vacías, sin nada que contar, solo me provocan melancolía y soledad.Verónica: 『 ¡¡Shun, a comer!! 』Shun: 『 ¡... Ya voy! 』Devolví el pequeño cuaderno y cerré todo. Bajé la escalera y me dirigí directo al comedor para sentarme y comer todos juntos. Como siempre, mamá empezó ofreciendo un agradecimiento a Solius por la comida, algo que no me gustaba del todo, pues yo no soy alguien creyente la verdad, pero que igual hago como si lo fuera frente a ella para poder comer en paz.Justo en cuanto tomamos el primer bocado, nuestras conversaciones tienden a apagarse. No había mucho que comentar en la mesa. Nos centrábamos cada quien en nuestro plato; las chicas acostumbraban a tomar pequeños bocados, tal y como lo han hecho desde sus días en el castillo; en cambio, Roef y yo poca importancia le dábamos a que tanto podía caber en la cuchara y abríamos grande la boca como para atragantarnos nosotros mismo.Ya era costumbre que después de nuestras jornadas matutinas llegáramos hambrientos y nos acaparamos la comida. Ese día, en especial, sentía mucha más hambre que de costumbre, seguramente por lo agotado que me dejó el entrenamiento y el golpe de aquel tronco. En seguida que terminé mi porción, me dirigí hacia la olla en busca de una ronda más del rico estofado de Lidia.Verónica: 『 ¡¿Una más?! 』Shun: 『 ¿Qué? Tengo hambre. 』Verónica: 『 Dios, este niño. 』Roef: 『 Deberías controlarte un poco, Shun. Después de lo de hoy, es mejor que− 』(*¡Tac, tac tac!*)Tres secos golpeteos sobre la ventana interrumpieron a Roef. Al mirar, se podía apreciar a un pequeño halcón peregrino que pegaba contra el vidrio con su pico amarillo, como si llamase a la puerta. Roef se levantó de la mesa y abrió a la ventana para recibir al pequeño visitante. En su pata, yacía una carta enrollada con un cordel que Roef desenredó y, posteriormente, leyó rápidamente.Sus ojos se endurecieron y devolvió al ave a retomar el vuelo. Regresó a la mesa y, como si nada, se dispuso a seguir comiendo. A sabiendas de cómo es Roef, lo tomé como algo normal su actitud indiferente que a su vez genera intriga. Tenía mucha más hambre que curiosidad en ese momento. En cambio, las chicas se miraban entrañadas por el repentino y extraño suceso, siendo mi madre la primera en preguntar.Verónica: 『 E−Este, ¿Roef? ¿Qué sucedió? 』Se tomó su tiempo en acabarse el bocado, como saboreándolo de más, no sé si haciéndolo a propósito para no contestar. Pero mi madre es muy paciente y espero a que terminara. Roef finalmente tragó y respondió.Roef: 『 ... Recibí una carta desde la capital, en Danzel. 』Verónica: 『 ¿De tu contacto con el palacio? 』Roef: 『 Sí, me están citando dentro de una semana para estar allá presente. 』Verónica: 『 Oh, ya veo... 』La capital, ¿eh? El viaje de ida y vuelta son aproximadamente unos 6 días a caballo desde aquí en la frontera, lo que significaba que podría descansar y dejar de escuchar a Roef. Sin duda que son buenas noticias para mí.Verónica: 『 ¿Y qué es lo que necesita el palacio para que vayas tan de repente? 』Roef: 『 Ah, sí. Quieren que les lleve a Shun. 』Shun: 『 ¡¡QUÉ−Cof, Cof, Cof, Cof!! 』Me agarró justo con la cuchara en la boca, por poco y me ahogo de la sorpresa. Tosía, mientras que Roef explicaba que había sido citado a una audiencia solicitada por el mismísimo Rey de Anton para hablar conmigo y con él.Pregunté indignado: 『 ¡¿Y yo por qué rayos?! 』A lo que, según él, no tenía certeza, solo dijo que era importante. A todo esto, ¿cómo era que el Rey sabía de mí? Sé que Roef ha tenido que informar que Lidia se encuentra aquí, pero sinceramente no me veo con valor alguno como para que en la capital se fijen en mí. A no ser..., que esto sea por culpa de la reputación de mi padre. Si es así, ya me ha dado muchos problemas de los que uno debería darle a su hijo, y sin siquiera conocerlo. ¡Maldita sea!Roef: 『 Si el Rey es quien nos está convocando, no queda de otra. Así que tendrás que resignarte. 』Shun: 『 ¿Qué no solo puedes enviarle una carta y preguntarle qué quiere? 』Roef: 『 Sabes que así no funciona. Además, ya regresé al halcón, así que olvídate lo de holgazanear aquí. 』Shun: 『 ¡Aaaaaj! 』Roef decía que de nada me serviría quejarme, pero de todas formas gruñí de cansancio y molestia, reclinándome sobre mi silla y viendo como mi merecido descanso que tanto anticipaba se esfumaba sobre el techo de la cabaña, igual que el vapor que salía de la olla en la cocina.Lidia: 『 ¿E−Entonces se irán mañana? 』Roef: 『 Lo más seguro. Será por poco tiempo. En cuanto lleguemos y terminemos lo que hay que hacer allá, nos iremos de inmediato. 』La cara de Lidia denotaba cierta preocupación y frustración, un rostro que se veía un tanto decaído y temeroso. Sin embargo, Lidia se ha vuelto más confiada al hablar, ya no es la misma chica de antes a la que le costaba alzar la voz y muchas veces era ignorada. Logró perder el miedo a hacer nuevas cosas a las que no estaba acostumbrada, y aunque le costó al principio, ha progresado mucho y muy rápido. Ahora es capaz de hacer casi cualquier cosa en la casa por ella misma, y se nota que, gracias a ello, es mucho más alegre y entusiasta, contrario a su versión pasada que era mucha más triste y apagada.No obstante, contra la fría actitud de Roef, se nota que aún se le dificulta un poco interactuar con personas así, que siempre se ven pesimistas y no se prestan a hablar mucho. No obstante, Lidia no se rinde tan fácil, aun si le atemoriza un poco y le tiembla la voz, ella encuentra el valor dentro sí para sacar las palabras y decir lo que realmente quiere o desea. Así que, alzó la cabeza y, con decisión, lanzó su petición a Roef.Lidia: 『 ¡¿Y−Yo también podría ir?! 』Roef: 『 ... 』Hubo otro momento de silencio. Roef volvió a tomarse su tiempo comiendo, como si la estuviese ignorando. Mi madre se sorprendió ante la inesperada petición de Lidia de ir con nosotros a Danzel, como preguntándole con la mira '¿por qué, Lidia?', a lo que respondió ella misma sin que nadie más soltase una palabra.Lidia: 『 A−A decir verdad, me gustaría ir a Danzel y conocer el lugar. Y si todo esto tiene algo que ver conmigo− 』Roef: 『 No creo que tenga que ver contigo. Así que no veo necesidad de que vengas con nosotros. Además, recuerda que estás fugitiva, así que lo mejor es que te quedes aquí. 』Concordaba con Roef, no me parecía muy buena idea llevar a Lidia hasta Danzel a sabiendas de que está prófuga. Pero había algo raro detrás de todo esto, que el Rey de Anton quisiese con tanta urgencia entrevistarnos a nosotros dos, creo que era síntoma de que algo no iba bien, y como somos los que mantenemos oculta a Lidia, era claro que si tenía algo que ver con ella. Me enojaba saber que este hostigamiento político hacia Lidia seguía sin acabar, ya sea que estemos en Haiza o en otro maldito reino, no la dejan en paz.Creo que lo que hizo Roef fue mentirle para protegerla y sacarla de todo este asunto. Se ve que es un insensible, pero en el fondo parece que se ha encariñado un poco con Lidia, incluso si sigue haciéndose el duro con ella. Supongo que cada quien tiene su manera de proteger a las personas que quiere, pero es bueno saber que Roef está de nuestra parte.Lidia: 『 Ya veo... Pero, aun así, realmente quisiera ir. No sé si estoy pidiendo demasiado, pero siento que esto es importante para mí. Vivir aquí me ha ayudado bastante a superar el ataque al castillo, y también he aprendido muchas cosas gracias a la Sra. Aarden y a usted. Me dieron el valor para seguir adelante y es algo que me gustaría compensárselos algún día. Pero aún me falta mucho, todavía tengo mucho que aprender si realmente quiero valerme por mí misma. Por ello quiero ir, dar mi primer paso en el mundo y afrontarlo como corresponde. Solo así, creo que podré pagarles por todo lo que han hecho por mí. 』Lidia casi sonaba como si fuese otra persona de pronto. Dije que ahora sonaba con mucha más confianza, pero esto era mucha más que ello, igual que un Rey que, a pesar de sus defectos, hace lo posible por cumplir con sus promesas hacia su gente. De pronto, parecía que estaba ante la auténtica y ferviente princesa del reino de Haiza.Roef: 『 ... Ya veo. Es bueno saber que te han servido de algo mis enseñanzas. Pero no hay nada que debas compensarme. Esto lo hago por mero capricho mío. Ya tendrás tu oportunidad de salir a más lugares. Por ahora, y por tu seguridad, tendrás que esperar a que se solucionen las cosas y se calmen un poco. 』Lidia: 『 Pero yo− 』Roef: 『 Pero nada. Te quedarás aquí. Además, si te lleváramos a la capital, Verónica se quedaría aquí sola durante toda la semana y nadie le ayudaría con las tareas que hay por hacer, ¿entiendes eso? 』Lidia: 『 ... Sí, entiendo. 』La conversación sobre la mesa acabó y era hora de recoger los platos. La atmosfera en el comedor se tornó como el día en que llegamos meses atrás. El tenso sonido blanco inundaba el aire y ni el chapoteo del agua para lavar lo podía cubrir.Mi incomodidad me obligó a buscar algo de aire limpio fuera de la casa, intentando aclarar mi mente y relajarme. Miré al cielo, buscando un paisaje en el cual perderme un rato, aunque no había nada de nada, solo un gran vacío azul que me evocaba un sentimiento de molestia al no encontrar una manera de sacarme de la excursión de Roef hacia Danzel. Más que pereza, no tenía ninguna motivación por ir a otro maldito castillo otra vez. Tan solo de pensarlo, me dan ganas de tomar un cañón y mandarlo abajo hasta hacerlo pedacitos... cómo pasó en Haiza...Shun: 『 *Suspiro* Supongo que no me queda de otra más que ir. 』