Habiendo nacido en una familia normal, Xirus no pensaba que tendría jamás que vender su alma, pero las tragedias no dejaron de llegar una tras otras cuando todo se hizo añicos.
El mundo no permite que nadie sobreviva por su cuenta sin competir y ahora que Xirus tiene dos hermanos que cuidar el solo, camina hacia el abismo y saluda a su nuevo señor, el único que recogería a un pobre bastardo y lo convertiría en una joya.