Chapter 13 - Capítulo 12.

Vaya problema el que había. Justo cuando estaba descansando un poco después del ajetreo que se vivió con la recepción, se le informó a toda la guardia que la princesa desapareció en medio de su festejo. De alguna forma se había esfumado y nadie se percató de ello. ¿Cómo fue posible que se perdiera de vista en un evento que estaba plagado de gente y custodiado por múltiples guardias?

Se dio la orden general de cerrar todas las entradas del castillo y realizar una búsqueda inmediata para hallarla. Todos los guardias y soldados la buscaban como locos.

Yo no podía hacer mucho por mi parte, no era más que un simple portero con una sola tarea que he tenido que efectuar desde hace varios años ya. Únicamente, desperdiciaría mi tiempo y energía si la buscase. Además, era muy probable que siguiera dentro del castillo, era imposible que ella sola pudiese sortear la muralla perimetral… 

Sgto. Rask: 『 … Demonios, tiene que ser una broma. 』

Al repasar esa última oración mía, me vino a la mente la imagen Shun. Si había alguien capaz de fugarse del castillo en un toque de queda, sin duda era él. Probablemente se percató de las intenciones del rey de desposar a la princesa y logró colarse al palacio para desaparecerla. Esta vez terminará en muy serios problemas, hasta es posible que lo encarcelen y ejecuten por eso… A no ser…

Sgto. Rask: 『 *Suspiro*… Qué fastidio es ese niño, siempre me da trabajo de más. 』

Decidí ir a su casa y probar suerte con encontrarlo ahí. Hace años que no pasaba a su vivienda. Recuerdo que tenía que arrástralo a que volviera a casa después las sesiones de entrenamiento que tenía conmigo. ¿Hace cuánto fue eso? ¿8 años?

En ese entonces, no era más que un mocoso que se la pasaba soñando de más, aunque no ha cambiado mucho en eso. Me insistía demasiado en que lo entrenara, estaba tan obsesionado con aprender a pelear y manejar la espada. Por mucho que lo rechazaba, él solo persistía una y otra vez que podía, hasta que terminé cediendo con tal de que dejara de molestarme.

Le pregunté en esa ocasión: 『 ¿por qué esa necedad de ser instruido por un viejo arrogante como yo? 』Me contestó con una respuesta bastante típica de un niño: 『 Porque es el único caballero que conozco. 』Estaba tan obstinado con volverse aventurero que recurrió a la única persona que más se asemejaba al oficio. Él tenía la creencia de que convertirse en caballero es sinónimo de convertirse en héroe. Pero la realidad es que no existen ni héroes ni mucho menos caballeros en este mundo.

Tenía la clara intención de arruinarle esa mentalidad suya al explicarle lo realmente oscuro y cruel que es el mundo con quienes intentan alcanzar sus sueños, con aquellos que se extravían en ese turbio camino con tal de obtener lo que tanto desean con desesperación, sacrificando su propia humanidad y perdiendo de vista lo que realmente nos es valioso; un camino que corrompe el alma de todo aquel que decida cruzarlo.

Creí que así podría zafarme de él. No obstante, no esperé que lo tomara con una madurez completamente anormal para un niño de 8 años, jamás se mostró perturbado o desmotivado por ello, más bien fue el efecto contrario. Se veía mucho más motivado y mejor preparado para afrontar a esa siniestra realidad a la que tanto quería confrontar. Seguro pensaba que sería capaz de doblegarla con facilidad. 

Y no lo niego, su potencial en combate y su manejo con la espada es completamente fuera de serie. Realmente no tuve mucho que enseñarle, esa habilidad tan natural y ese valor para afrontar situaciones peligrosas son únicas, demasiado aterradoras para que alguien tan joven las posea. Quizás él sí podría llegar a doblegar esa cruel realidad. No cabía duda, era la viva imagen de su padre.

Aproveché mi preeminencia de ser el vigilante de los portones para entrar y salir del castillo en plena contingencia. Llegué a la casa de la familia Aarden en la colonia residencial de trabajadores y no había ninguna señal de que alguien hubiera estado adentro desde hace un buen rato. Era lógico que Shun no quisiese volver a entrar al castillo si ya estaba afuera junto con la princesa.

Volví a la entrada secundaria del castillo después de la buena caminata que di. Replanteé mis opciones y elegí comenzar con saber el cómo fue que entró al palacio. Había dos opciones: entrar trepando, como casi siempre lo hace, o hacerlo encubierto. La primera se veía bastante complicada por la seguridad extra que tenía el evento (aunque vi que no servía para nada al final), por tanto, era más probable que se haya decantado por la segunda. Y los únicos empleados que podían entrar a la velada eran los mozos. Tuve que caminar un poco más e ir a indagar a la cocina. 

Me encontré un ambiente más calmo de lo que esperaba. Al parecer no fueron notificados de la desaparición de la princesa. La gran mayoría estaba en tareas de limpieza, lavando trastes o desechando las sobras (más bien comiéndoselas, se ve que ellos no se dan el lujo de desperdiciar comida). Ninguna señal de Shun. Me puse a jugar al detective e hice acto de llamado para avisar que estaba presente. El primero en responder fue Roig.

Sr. Roig: 『 ¡Oh, Comandante! Hace tiempo que no lo veía. ¿Qué lo trae a la cocina? 』

Sgto. Rask: 『 Ya no soy comandante, Roig. 』

Sr. Roig: 『 A−Ah, cierto, discúlpeme, es que fueron muchos años en que lo llamaba así, señor. Aún me cuesta acostumbrarme. 』

Sgto. Rask: 『 No importa. Estoy buscando a Shun. No está en su casa, así que supuse que pudo haber venido aquí. 』

Sr. Roig: 『 Ah, sí. Nos hacían falta camareros y él fue tan amable de ofrecerse para ayudar. En verdad nos salvó de un gran aprieto. ¿Pero, sabe?, ya hace un rato que terminó el servicio de banquetería y aún no ha vuelto. Me pregunto si se habrá tomado un descanso. 』

Sgto. Rask: 『 Uno un poco largo, ¿no? 』

Sr. Roig: 『 Mmmmmm… Oh, ya sé. ¡Max, ¿puedes venir un momento?! 』

No me percaté de que Max también estaba en la cocina ayudando. Enjabonaba en el fregadero una tremenda pila de platos y copas amontonas, todas remojadas y salpicadas de salsa y vino que se escurría por la boca del desagüe. Volteó de reojo para ver el motivo por el que fue llamado, dilatando levemente sus ojos al enterarse de mi presencia. Debió haberse percatado que el asunto por el que yo estaba ahí era en torno a su hermano. Dejó la esponja, sacudió el agua de sus manos y atendió a la solicitud.

Max: 『 Sargento Rask, buenas noches. Me necesita para algo. 』

Sgto. Rask: 『 No es nada, chico. Solo buscó a tu hermano. ¿De casualidad sabes en dónde se encuentra? 』

Max: 『 Mmmm… Ni idea. Seguramente estará asaltando la mesa de bocadillos en estos momentos. Si gusta, puedo ir por él. 』

Sgto. Rask: 『 No te preocupes, hijo, no tengo prisa para verle. Además, aun tienes platos por lavar. Eso era todo. Que pasen buena noche. 』

Sr. Roig: 『 O−Oh, buenas noches, Señor. 』

Mintió, claramente lo hizo. Vi una gota de sudor recorrer su mejilla y la forma en que intentaba evitar dilatar sus pupilas y mantener una postura firme, y estaba seguro de que eso no era producto de su trabajo. Por demás que olvidó preguntarme el motivo por el qué busca a Shun, él ya lo sabía de antemano.

Sin embargo, eso sirvió para obtener una buena pista que me sería muy útil para comenzar. Me faltaban muchas por hallar aún, necesitaba algo más sólido que me diera un buen indicio de hacia dónde se había ido ese muchacho. Empecé a creer que de verdad logró rebasar la seguridad atravesando el muro directamente junto con la princesa.

Me quedé pensando en la posibilidad por un rato. Trataba de imaginarme cómo es que se podría escapar mientras acarreaba consigo a una inexperta chica en el ámbito del escapismo y a la que le costaría seguirle el ritmo. 

Cadete del castillo: 『 ¡Sargento! 』

En ese momento escuché la voz chillona de uno de los cadetes del castillo, un chico de apenas 20 años que aún seguía en curso de adiestramiento en la escuela. Traía bastante prisa en encontrarme, se notaba claramente en su jadeo de cansancio.

Cadete del castillo: 『 Señor, el rey ha solicitado su presencia inmediata en el gran jardín. Es un asunto urgente. 』

Sgto. Rask: 『 Y justo ahora, ¿qué es lo que quiere ese viejo? 』

Cadete del castillo: 『 Sobre eso, Señor, encontramos una cuerda en la ala Este del palacio. Por favor, sígame. 』

Sgto. Rask: 『 Una cuerda, eh… 』

Quién lo diría. Después de mucho tiempo, el mismísimo rey quería volver a verme. Debió de estar desesperado para volver a llamarme.

El chico me llevó hasta un aglomerado de soldados que rodeaban al rey, quien contemplaba con su típica cara la susodicha cuerda colgando desde lo alto del balcón donde estaba el gran comedor. Quién diría que esto se suscitó delante de las narices de todos, un ridículo hazmerreír que solo hacía ver aún peor a la guardia del castillo.

Sgto. Rask: 『 ¿Me llamó, "Alteza"? 』

Rey Van Laar: 『 Parece ser que el destino es muy caprichoso. No pensé que este momento se volvería a repetir tan pronto, Luvric. 』

Sgto. Rask: 『 Si quince años es pronto para usted… 』

Rey Van Laar: 『 Seguro te fue notificado que mi hija ha desaparecido. De momento, no hemos avisado a nuestra audiencia de esta noche para no generar ningún tipo de perturbe y mi intención es mantenerlo así. Por tanto, necesito que explores el pueblo y la encuentres antes de la medianoche. 』

Sgto. Rask: 『 Hasta donde sé, hay más de 500 soldados en este castillo. Tendría más garantías si asignara esa tarea para todos en conjunto en lugar de a uno solo, Señor. Además, es poco probable que la princesa haya logrado salir− 』

Rey Van Laar: 『 Logró salir. Ten eso por seguro, dado que esto no es obra suya, y creo que eso lo sabes… Tu pupilo está detrás de esto, ¿no es así?… 』

Digno de un viejo zorro astuto. También sabía que Shun era el único que lo haría, aunque ambos aún desconocíamos la forma en que lo hizo. La cuerda era una solución lógica pero muy simple. Dudaba que tuviese otra para intentar lo mismo en el muro perimetral, sin considerar que le sería imposible ya que no había sogas tan largas en la armería con las cuales pudiese intentarlo. De la misma manera, no creía que la princesa fuese lo suficientemente diestra para subir por un cordón así de largo.

En ese punto, era imposible intentar encubrirlo, sin embargo, era algo que esperaba. Aunque me haya convencido de poder solucionar el misterio antes que todos y encontrar a Shun sin que nadie se diera cuenta, no era más que una fantasía. Estaba claro que ahora sería inevitable levantarle el castigo. Ya no le veía caso a seguir con ello.

Pero de alguna forma, mi interés en el caso se elevó. Realmente no tenía ninguna intención en completarlo, lo hacía más bien por conveniencia propia. Pero en cuanto el rey dedujo que Shun era el culpable de ello, una pequeña parte muy al fondo de mí levantó cierto grado de preocupación. 

Sgto. Rask: 『 *Suspiro*… ¿Y? ¿Cuál será su castigo? 』

No sabía si me alertaba más saber lo que le ocurriría a Shun o lo que pasaría si su madre se enteraba, tratándose de una mujer que es terriblemente aterradora y violenta cuando se enoja... Como sea, quería evitarme cualquiera de los dos casos. Lo que me sorprendió fue la respuesta que el rey me dio.

Rey Van Laar: 『 Eso dependerá de ti. 』

Sgto. Rask: 『 ¿A qué se refiere? 』

De pronto, salió de entre el grupo el comandante Lauwens, un espadachín lo bastante hábil para tener el puesto, pero con un cerebro tan pequeño y demasiado soberbio para saber administrar un batallón, sin mencionar su juventud e inexperiencia. Lo único que sabía hacer bien era alardear de sus privilegios y riquezas, y adquirir a cualquier prostituta que él quisiera. Me daba vergüenza como veterano que la nueva generación estuviese infestada de tipos así.

Rey Van Laar: 『 Formaré dos equipos de búsqueda. Uno será liderado por el comandante Lauwens… El otro lo llevarás tú. Pueden tomar cuantos soldados quieran. El primero que encuentre a la princesa, decidirá qué hacer con el chico. 』

Sgto. Rask: 『 Hmph, veo que aún te gustan los juegos…, Argus. 』

Cmdt. Lauwens: 『 ¡Oye, cuida tus palabras! ¡Es el rey a quien te diri−! 』

Rey Van Laar: 『 ¡Encuéntrenla! Tienen una hora. 』

El rey irrumpió sin aviso, callando la fastidiosa boca de Lauwens. Una clara indirecta de "no pierdan el tiempo" fue lo que lanzó como orden. El arrogante comandante se puso en marcha enseguida, no sin antes renegarme unas palabras en la cara para sentirse victorioso de una discusión que jamás inicio, igual que un niño mimado que solo busca ganar por sentirse superior al prójimo.

Cmdt. Lauwens: 『 ¡Buena Suerte, Anciano! ¡Cuando encuentre a ese mocoso, me aseguraré de que reciba un lento y doloroso escarmiento! 』

Sgto. Rask: 『 Eso ya lo veremos, imbécil. 』

Lauwens se apresuró y emprendió la búsqueda junto con todos los soldados que estaban ahí presentes, vaciando el lugar de un momento a otro. Quedé solo en el lugar, pensando por donde recomenzar. Lo mejor sería hallar la ruta de escape, así podría saber hacia dónde fueron exactamente. Viendo la posición de la cuerda y la zona en el que estaba, me vino a la mente el posible sitio por donde salieron esos dos. 

No lo pensé mucho y caminé hacia allá, de cualquier modo estaba cerca. No obstante, la voz del cadete que me guio a la escena me detuvo. Creí que el muchacho se había ido igual que los demás, pero se quedó por una razón.

Cadete del castillo: 『 S−Señor, si no le molesta, me gustaría ayudarlo. T−Tal vez no lo parezca, pero soy bueno rastreando y también puedo− 』

Sgto. Rask: 『 No necesito ayuda, Cadete. Acabaré con este asunto yo solo antes que ese idiota. 』

Cadete del castillo: 『 P−Pero, señor, incluso para usted esto puede ser complicado, y más para alguien de su− 』

Sgto. Rask: 『 ¿Edad?... Pude que sea un viejo, chico… Pero el diablo es más sabio por viejo que por diablo. Puedo con esto yo solo sin problemas, así que retírese. 』

Siempre he sido claro con mis órdenes, con tal de establecer el orden y la disciplina; no me importa lo cruel y temperamental que tenga que ser con mis subordinados, si no son capaces de obedecer y trabajar correctamente, de nada me sirven, y con esta nueva generación repleta de niños vanidosos que no entienden los conceptos más básicos de colaboración, no podía fiarme de tener compañeros inexpertos en ese momento. 

Cadete del castillo: 『 … "¡I−Incluso el diablo necesita ayuda para hacer arder el infierno!" ¡O es que ya lo olvidó!... Usted mismo dijo que "por muy buenos que lleguemos a ser, el talento individual jamás superará al trabajo en equipo, solo así se puede prevalecer en el campo de batalla"; yo aún recuerdo esas duras lecciones suyas, hacía cansar a todos hasta la muerte y muchos lo odiaban por eso… Pero yo sé que lo hacía con la intención de mostrarnos lo verdaderamente difícil que es este oficio y los riesgos que conlleva, y también sé que lo hizo para enseñarnos que no necesariamente hemos de luchar solos… Sé que muchos no le tomaban importancia a esas palabras porque solo estaban ahí por su título de nobleza. Pero ese no fue mi caso… Yo sé lo que es esforzarse por otros, lo duro que es conseguir el suficiente pan para tu madre y tus hermanas… Prometí darles una mejor vida de forma justa y honrada, y por eso vine aquí, para ser más fuerte, y por eso le estoy muy agradecido, Señor… Por haberme mostrado lo que es ser un auténtico soldado. Por eso, siempre he querido devolverle el favor, así que, por favor, permítame ayudarlo por esta vez. 』

Fue hace como 5 años que dejé de dar adiestramiento en la escuela militar. Nunca imagine que alguien aún recordara las frases que daba durante las lecciones, creía que jamás llegarían a ser tomadas como referencia. Después de semejante monólogo, el cadete imploró con la espalda flexionada, se había rehusado a mi negación y se vio muy determinado en querer apoyarme. No me quedó de otra más que aceptar. Quería ahorrarme la necesidad de escuchar otro interminable discurso. 

Sgto. Rask: 『 *Suspiro*… Está bien. Haz lo que quieras. 』

Cadete del castillo: 『 ¡M−Muchas gracias, Se lo−! 』

Sgto. Rask: 『 Ya me lo agradecerás luego…, eh… ¿Cómo te−? 』

Cadete Marco: 『 A­−Ah, ¡Soldado Enric Marco, Señor!... 』

Sgto. Rask: 『 Andando, entonces, Cadete Marco. Tenemos prisa. 』

Cadete Marco: 『 ¡Sí, Señor! 』

Pensé que quizás podría serme de utilidad, aunque no sé para qué cosa exactamente. Fue siguiendo mi espalda hasta donde planeaba iniciar la búsqueda: al viejo roble. Originalmente, descarté el árbol porque no creí que la princesa pudiese escalarlo tal y como lo hace Shun. Sin embargo, tenía mucho sentido que ambos hayan venido aquí, el jardín no estaba para nada custodiado como las entradas, apenas un puñado de guardias vigilaba esta zona durante la velada. Era un buen lugar para intentar ocultarse momentáneamente.

El cadete no comprendía por qué había que revisar el árbol. Igualmente, se cuestionaba la probabilidad de que ambos escaparan por encima de este. Aun así, mi instinto me dictaba que era el lugar por el cual empezar. Para ese punto, ya no podía darme el lujo de descartar opciones tan impensables. Se trataba de Shun, un genio que siempre encuentra la forma de salir avante de cualquier cosa.

Examiné el suelo para ver si encontraba alguna huella, y desde luego que encontré una… o más bien varias. La tierra estaba pisoteada incontables veces, señal de que el chico estuvo en más de una ocasión y en distintos días, no me servía de nada revisar el terreno. Tenía que ser más creativo si quería resolver el acertijo.

Seguí analizando el árbol por todos lados para encontrar un indicio, cualquier señal que me dijera que iba por buen camino. Ya no sabía si era factible considerar que escaparon por el suelo, pero por más que veía hacia arriba la extensa ramificación, todavía me convencía de que era imposible que lo hicieran por encima.

Casi me daba por rendido cuando el cadete tropezó con una de las enormes raíces que sobresalía del suelo en la parte de atrás del tronco, cayendo directamente a un montón de hojas bastante profundo, perdiéndolo de vista por un momento.

Sgto. Rask: 『 No es momento para jugar, cadete. 』

Cadete Marco: 『 … ¡Sargento, creo que aquí hay algo! 』

Vi de forma más detallada el montón de hojas y me di cuenta que, casualmente, la gran mayoría de estas se cargaban al lado más cercano a la barda, en lugar de distribuirse uniformemente por el alrededor. Moví las hojas y por fin encontré la clave que tanto necesitaba.

Sgto. Rask: 『 ¡Bingo! 』

Cadete Marco: 『 ¡No puedo creerlo, Señor! ¿Desde cuándo…? 』

Las gigantescas raíces habían perforado gran parte de los cimientos del muro, creando un agujero que daba hacia el exterior. Al parecer, los jardineros nunca se percataron de ello por su temor a hacerse cargo del coloso, de lo contrario se habría reportado y reparado en su debido momento, muchos meses, atrás por lo largo que van los arraigos.

Cadete Marco: 『 Señor, ¿acaso esto…? 』

Sgto. Rask: 『 Sí, no cabe duda. 』

Había muy poca tierra para creer que era un túnel natural. Claramente fue palado por alguien y recubierto por la hojarasca para esconderlo. Además, la abertura era bastante amplia para que una persona pasara por ella sin un gran esfuerzo, era un trabajo de varias semanas atrás, meses quizás.

Cadete Marco: 『 ¿Qué prosigue, Señor? 』

Sgto. Rask: 『 Ver a dónde nos lleva esto… Andando. 』

La verdadera búsqueda empezaba ahora y con el reloj sobre nosotros, nos embarcamos sobre el camino para descubrir de una vez por todas el paradero de esos dos, antes de que el tiempo acabara. Era la hora de la verdad para conocer el destino de Shun y la princesa.