Houston, Texas, Estados Unidos
Cuando desperté estaba en una sala de hospital intenté hablar con los enfermeros, pero no me hicieron caso. De pronto una puerta de la habitación en donde estaba se abrió y entró un hombre. Ese tipo era alto, tenía cabello y barba castilla además era caucásico. Era el soldado que me rescató de la banda de cazadores que me iban a matar.
Soldado: Por poco, y no lo cuentas muchacho
Halek: ¿Quién eres tú?
Soldado: Llámame John, John Mcwear ok y ¿Cuál es tu nombre?
Halek: Halek. Una pregunta ¿Cuánto tiempo pasó desde que quedé inconsciente?
John: Unas semanas.
Halek: Había una chica con nosotros tres:
Cuando llegamos el vehículo de los cazadores huyó y no lo pudimos alcanzar. Lo siento.
Halek: ¿Y mi madre?
John: Cuando la unidad médica llegó tu madre lamentablemente no pudo soportar sus heridas y lamentablemente murió.
La noticia me chocó mucho y me quebré
Halek: No puede ser.
John: Sé que es triste pero tendrás que superar esta situación. Mira, estás ahora en un hospital militar en la ciudad de Houston, Texas y como están las cosas me imagino que querrás unirte a nosotros. Porque es eso o vivir mendigando en las calles.
Halek: Lo perdí todo, no me queda nada.
John: Conocerás a un montón de personas nuevas y tendrás una vida más o menos cómoda para tus estándares ya que viviste toda tu vida en una caravana de despatriados y yo sé en qué condiciones vive esa gente, así que dices ¿Aceptas?
Halek: Si, esto será para devolverte el favor por lo que hiciste por mi.
John: Bueno Halek bienvenido al ejército de la Coalición de Defensa Occidental
Semanas después de despertar, me enrolé en el ejército.Todavía recuerdo cuando use el uniforme por primera vez, era más cómodo que los harapos que siempre llevaba puestos cuando vivía en la caravana. Tuve que aguantar todas las dificultades que eso conllevaba, como la dureza y dificultad de los entrenamientos además como la exigencia de los superiores.
Conocí a varios reclutas que estaban en situaciones similares a la mía, entre ellos un chico llamado Rowd, era australiano, él tenia la misma edad que yo su piel era clara sus ojos eran de color marrón y su cabello también tenía el mismo color.
Cuando nos conocimos en los camarotes para reclutas, prácticamente nos hicimos buenos amigos, él me enseñó muchas cosas para poder soportar los entrenamientos y yo a veces le devolvía el favor en todo lo que podía hacer. Nos ayudábamos mutuamente.
Lamentablemente no me podía llevar bien con todos, en especial con tres reclutas, Elliot, Eidhan y Nate. Eran unos cretinos de porquería. Siempre aprovechándose de los menos capaces, siempre teniendo unos aires de superioridad muy altos. Ellos eran americanos natos, a día de hoy ser o haber sido un despatriado te acarrea un estigma social, Tuve que ignorar sus burlas para sobrellevar esto de la mejor manera.
Pasaron los meses, durante todos los días que pasamos, nos despertamos como a las 5 de la mañana con sirenas a todo volumen y el que no se despertaba temprano era castigado con hacer ejercicios mucho más exigentes que el resto. Los entrenamientos eran brutales, Te sacan todo de ti hasta el último suspiro y gota de sudor además la comida no era un consuelo para nosotros. Eran raciones de comida militar en mal estado.
Recuerdo que una vez tuvimos que nadar en una gran piscina, la primera vez que lo intenté casi me ahogo, no tenía experiencia en natación, Rowd me logró sacar del agua, los tres idiotas se rieron de mi situación.
Así me la pase durante dos años hasta que nuestros superiores nos avisaron que pasaremos por una etapa llamada la semana del infierno para así poder enviarnos a la primera línea. Dicha semana del infierno consistía en una serie de ejercicios extremos que realizaríamos durante siete días.
Muchos no aguantaron, A Nate inclusive le tuvieron que llevar a urgencias porque su cuerpo no aguanto los entrenamientos. Rowd y yo pudimos superar las pruebas a duras penas. Esa semana si fue el infierno para muchos lo único consolador era a la hora de la comida ya que servían comida caliente en vez de raciones militares tradicionales. Era al parecer un alivio psicológico por todo lo que hacíamos.
Dos años después de enrolarme en el ejército, terminé mi entrenamiento con honores John me invitó a almorzar a su hogar. Al parecer quería que me sintiera mejor ya que yo no tenía a nadie más con quien celebrar ese logro.
En el camino a su hogar sentí un calor inmenso, poco más de 40 grados. Si bien me acostumbre a estar en esas temperaturas por mi pasado como despatriado si era algo insoportable. Cuando llegamos al hogar de John, su esposa lo recibió con gran alegría.
El almuerzo ya estaba casi cérvido, pero antes de servir la esposa de John me pidió que llamara a su hijo. Me dirigí al cuarto del muchacho y cuando llegue a el me tope con una gran sorpresa. El niño tenia unas gafas de realidad virtual. John me explico que era un entorno virtual llamado "Paradise" donde las personas pueden hacer lo que quieran, ese espacio virtual también sirvió de utilidad para crear escuelas virtuales en ese mundo alternativo digital debido a la sobrepoblación, las escuelas físicas no daban abasto a tantos estudiantes.
Bueno en fin cosas que pasan, cuando nos dispusimos a almorzar era la primera vez que estaba en ese tipo de situación, pero me gustaba por fin podría disfrutar de una comida normal envés de estar mendigando por sobras. La comida era exótica para mis gusto, eran unos insectos cocinados al vapor con vegetales, Nuestra conversación fue amena hablamos de varios temas como mi logro de terminar mi entrenamiento o las notas del hijo de John, la esposa también mencionó hago sobre el dinero que estaban ahorrando y que tenían que gastarlo porque dentro de unas semanas caducará, me pareció extraño pero no le di importancia, todo era normal hasta que John recibió una llamada.
Al final todo nuestro esfuerzo rindió frutos y al parecer nos enviarían a Egipto para así ser participes de una operación militar a gran escala que se iba a dar en ese lugar.