Cuando desperté estaba en un hermoso prado, de pastos esmeralda, literalmente, la hierba del suelo eran esmeraldas talladas, con la misma textura y flexibilidad que el pasto habitual pero con la belleza de las joyas.
Cuando mire al cielo me sorprendí por completo, no había el típico azul o el negro de la noche, siquiera estrellas en el firmamento, solo una imagen que mas o menos reconocía.
Sobre mi cabeza, muy lejos se podían ver nubes, cordilleras, mares con sus océanos, verdes bosques y desiertos extensos.
Todo el mundo de LAZ estaba en el firmamento para ser contemplado y admirado, era simplemente precioso. Dando esa sensación de ser pequeño como una mota de polvo, pero sin la falta de vida de un cielo vacío y extenso, en simples palabras, era hermoso.
[Veo que te gusta, eso es bueno, no muchos valoran el arte como yo] Una voz andrógina me hizo saltar del susto, me gire a duras penas y la vi o lo vi, no sabia que decir.
El o ella, portaba una túnica blanca de seda ceñida y que se extendía ocultando sus piernas por completo, su brazo izquierdo estaba cubierto por la túnica, además de que en este brazo usaba una pulsera negra y un guante blanco en la mano, al contrario su brazo derecho estaba completamente expuesto, su cara parecía haber sido perfilada, sin ningún tipo de imperfección, con pelo largo y sedoso que caía en una cascada roja, el final de este desaparecía en una bruma. Sus ojos tenían el mismo matiz que los diamantes, ese brillo propio de la joya formaba su iris, dando un espectáculo de belleza en el que te pierdes sin saberlo, más cuando algún rayo de luz acaba en su mirar, volviendo todo lo de alrededor innecesario, en esos momentos solo existía su mirar, una pequeña peca descansaba bajo su ojo derecho.
Al verme completamente embobado dio una suave sonrisa, haciéndome temblar el corazón... En ese momento solo había un pensamiento persistente que me asaltaba.
- Por favor, que no sea hombre, que no sea hombre, que no sea hombre...
[Me puedes llamar Alabastro, aunque vosotros me conocéis como la muerte o la diosa de la verdadera paz]
Cuando dijo que era una diosa tuvo más peso que el hecho que sea una deidad o la muerte, por un momento pensaba que había cambiado de carril o que me había vuelto un doble bateador.
Con mis desviaciones sexuales solucionadas, pude más o menos concentrarme en ELLA.
Tras esa afirmación ELLA, volvió a sonreír y como si un cortocircuito me hubiese frito el cerebro dije la otra cosa que tenía en mente.
- Ahora entiendo el dicho en la tierra de que la muerte es la mujer mas hermosa.
ELLA al escucharme solo volvió a sonreír, aunque esta vez si no llego a estar muerto seguro que se me habría parado el corazón el tiempo suficiente como para morirme. Hermosa era poco.
[Eres un joven muy halagador, pero que vida no se entere de esto, ella se pondría muy celosa]
Simplemente asentí como un bobo.
[Bien joven Hel, tu estadía en el reino de los muertos es algo especial, vas en el camino para obtener el abismo, no mentiría al decir que es una de las 10 o incluso de las 5 facciones más poderosas de LAZ, eso claro que sepas utilizarla, una vez la tengas y seas capaz de obtener la religión media, tendrás la capacidad de rezar a un dios. Para hacerlo más sencillo, existen una variedad de dioses y cada uno con una escala de poder, entre los dioses de la religión media, tendrás las leyes y las conciencias. En mi caso soy la ley de la muerte, Justicia al cual ya conoces es la consciencia de lo correcto, como nosotros hay más y cada uno con su bendición]
Tras un momento de pausa y algo de duda ELLA continuó.
[Mi objetivo al traerte es poder hablar contigo y pedirte que me permitas ser tu deidad, existen algunas leyes que no son reconocidas y acaban en el olvido, una de estas soy yo]
En ese momento la interrumpí.
- Pero si eres la diosa de la muerte, ¿no serías una de las deidades más buscadas?. A cualquiera le gustaría servir a la señora de la muerte, más aún siendo ELLA tan hermosa, quitando todos sus otros aspectos a su título.
[Si y no, lo que la gente considera la muerte, es un ser de hueso que se lleva las almas y las puede transformar en esqueletos incansables, pero esa no es mi ley, esa es la ley de la no-muerte, yo represento el verdadero fin de la vida, la verdadera paz para las almas]
En ese momento una revelación me había sacudido, ella tenía razón, cuando una persona de la tierra piensa en la muerte, lo primero que le aparece en la cabeza es un esqueleto con una gran guadaña sobre un trono de huesos, no la paz, aunque sea para el alma, quien podría considerar la muerte como la paz, aunque si ahora lo pienso, siempre hubo el dicho que decía que la muerte era la paz para los atormentados. Ahora todo tenía sentido para mí.
- Muerte me gusta... . En ese punto fui interrumpido.
[Joven Hel llámame alabastro si no te es inconveniente] asentí y continué.
- Alabastro, ¿me gustaría saber porque yo, de todos los jugadores de LAZ o reencarnados?. Todos aquellos con un mínimo de sabiduría verían que aquí falta información, porque una deidad se bajaría para que alguien le rece, aún siendo una ley mal interpretada.
[Entiendo tus dudas y te las puedo responder, es por el abismo, el abismo es algo que nosotros, los dioses tememos, por eso si llegas a poseerlo, tendrás la capacidad de cazar a los demás dioses, el miedo al abismo es inconmensurable y no solo a ser cazados y sellados, si alguna vez las bestias que están selladas dentro llegasen a salir... solo se esperaría la destrucción, tanto para dioses como para mortales. En ese caso, prefiero estar de tu lado y sobre todo, mi poder es perfecto para impedir que ninguna de esas monstruosidades salgan, las más débiles aún temen morir y no se te saldrán de control una vez te vuelvas mi adalid]
[A y se me olvidaba, si quieres llegar a mi tienes que ser rápido, la ley de la muerte es una religión única y solo una facción puede rezarle, esto también ocurre con algunas más así que sé rápido]
Con esas palabras yo, que solo ahora me había fijado que era un cuerpo de luz, comencé a fragmentarme y volar hacia el cielo, es decir, el mundo de LAZ.