—Zeke hizo una breve pausa antes de continuar—. Vigilaba atentamente sus acciones, pero finalmente dejé de indagar demasiado en ellas, con la esperanza de que si aparentaba empezar a confiar plenamente en él, finalmente bajaría la guardia y se acercaría en lugar de alejarse. Además, a pesar de todo, no podía eliminar el sentimiento de que Elijah me estaba suplicando en silencio que lo dejara en paz. Al final, opté por confiar un poco en él, porque sé que siempre hay una razón detrás del comportamiento de alguien. También albergaba la esperanza de que, con el tiempo, la verdad saldría a la luz, quizás cuando Elijah estuviera listo, o cuando finalmente acudiera a mí y se sincerase o buscara ayuda. Pero ese momento nunca llegó, al menos no hasta que me marché.
El silencio reinó durante varios momentos.