—Zeke estaba aturdido mientras veía a su amada desmoronarse ante él. Necesitaba todo lo que tenía para dejarla bajar de la euforia, para darle un momento.
—Pero antes de que pudiera dejar de temblar completamente, ella abrió los ojos y se acercó a él.
—Y en el momento en que ella lo besó, él lo perdió.
La besó con un beso lleno de lujuria antes de levantarla con brazos temblorosos. Se recostó contra la cabecera y la extendió sobre él.
—Zeke estaba muriendo por ella —susurró con voz entrecortada—. El deseo que sentía por ella era tan grande que su cuerpo temblaba de necesidad. Lo único que quería era tenerla, enterrarse dentro de ella justo aquí y ahora. De hecho, desde el momento en que entró en esta habitación, estaba conteniéndose con fuerza.