—Primero, debes conectarte con la esencia de la luz —dijo Alicia—, guiando a Azy a través del proceso. —Cierra tus ojos, toma una respiración profunda e imagina que estás en un lugar brillante donde no hay oscuridad, solo luz. Siente el contacto de la luz sobre tu piel.
Azy siguió diligentemente las instrucciones de su madre, su joven imaginación daba vida a la escena con tal vívido realismo. Tomar una respiración profunda, permitió que su mente lo transportara al vibrante mundo de su imaginación.
—Ahora —continuó Alicia, su voz suave y calmada—, imagina tu propia magia entrelazándose con la magia de ese lugar. Siente la conexión, la armonía entre tu poder y el poder de la luz. Eres uno con los elementos, Azy.
Mientras Azy se sumergía en la visualización, una serenidad calmada lo inundó. Podía sentir la energía pulsante fusionándose con su propia esencia mágica.