"Desde el mismo momento en que Zeke escuchó la voz de su hijo llamándolo 'papá', había sido invadido por emociones. Emociones que no sabía que realmente tenía dentro de él. Siempre había sabido que era una persona que apenas sería afectada por las emociones, sin importar lo fuertes que fueran. Y la única vez que se vio completamente conmovido fue cuando tenía algo que ver con su otra mitad, su amada, Alicia. Pero solo ahora se dio cuenta de lo fuertes que eran los sentimientos que podía evocar un simple acto de tener a su propia carne y sangre llamándolo 'papá'.
La situación en el inframundo había empeorado a tal grado que Zeke ya no tenía tiempo para pensar en la familia por la que había estado luchando. No había tenido tiempo para sentir o para pensar o incluso recordar. Aunque estaba sinceramente agradecido, había estado un poco asustado. Temía que se adormecería y ya no sentiría nada una vez que regresara a su familia.