—¡Increíble! —exclamó Lilith de repente. Sus ojos se abrieron con asombro mientras ambas manos salían disparadas y agarraban las manos de Elle—. ¡No sabía que tenías una habilidad tan asombrosa!
Parpadeando en total confusión, Elle respondió:
— Ehm... creo que debería ser yo quien te lo dijera, Reina Lilith.
—¡Oh cielo, deberías saber que eres la única que ha conseguido colarse y sorprenderme en estos dos minutos sin que te detectara! —enfatizó en esa última palabra como si aún le resultara increíblemente asombroso. Su emoción era obvia por la forma en que sus ojos brillaban.
Pero mientras la reina de las brujas aún estaba ocupada asombrándose, Elle sólo se sentía cada vez más y más confundida.
—Ya había oído hablar de ti por Lady Alicia, pero ella nunca mencionó que tú realmente tuvieras este tipo de habilidad increíble. ¡Realmente me has pillado desprevenida... —Lilith se detuvo, pareciendo finalmente darse cuenta de la auténtica confusión en la expresión de Elle.