—Voy a enfrentarme a Elías y terminar de una vez por todas con este estúpido juego suyo —Sebastian respondió con firmeza—. Su rostro tornándose serio. Elle podía escuchar su resolución en la voz.
Al ver ese peligroso poder y renovada determinación en sus ojos, Elle suspiró aliviada. Parecía tan compuesto como de costumbre. Cualquiera que pudiera verlo ahora, aparte de ella, podría no creer que este hombre había estado temblando, vulnerable, e incluso derramando lágrimas, apenas unos minutos antes.
—Desearía poder hacer algo para ayudarte —Elle expresó su genuino deseo—. Sabiendo que tan impotente como era, lo menos que podía hacer era no capturarse por el enemigo y ser usada como carnada para lastimar a Sebastian nuevamente.
Estaba a punto de responder cuando su mirada se disparó y se enfocó hacia la puerta.