—Demasiado perdida en una niebla de lujuria —Elle no lograba descifrar las palabras que él estaba diciendo mientras ella descendía de aquel orgasmo ondulante que había enviado su mente volando hacia el espacio y de vuelta a la tierra.
—Jadeante, ella parpadeó sus ojos empañados de placer hacia él y lágrimas se deslizaron desde las esquinas de sus ojos. Luego lo vio, el dios esculpido, ahora desnudo ante ella mientras separaba sus piernas una vez más.
—Su mirada se centró primero en su longitud. Y se encontró tragando duro. Un nuevo deseo la recorrió de nuevo mientras miraba su sexo furioso. Señor... no podía creer que ahora todavía fuera capaz de sentir que la oblivion que acababa de pasar no era suficiente. No podía creer cómo solo la visión de él desnudo, ardiendo y rabioso de hambre ahora mismo hacía que su carne hinchada pulsara con necesidad, como si pidiera más... por él una vez más.