"La emoción y la alarma inundaron todo el ser de Elle. Si sus manos eran capaces de enviar una electricidad placentera al tocar su piel, sus palabras literalmente la habían prendido fuego, por dentro y por fuera.
Las campanas de alarma resonaban fuertemente en sus oídos, recordándola de su resolución. Pero su cuerpo traidor optó por fingir no escucharlas. Ay, querido señor, ayúdala…
Sus manos, capaces de encender una llama sensual en ella, vagaban libremente por su torso, pero elusivamente, provocándola, evitando todos los lugares dolorosos. Esos lugares que ella estaba deseando que él tocara.
Elle solo podía morderse el labio inferior para detener sus gemidos de escapar, no... para evitar que sus labios se deslizaran y realmente le pidieran que la tocara en esos lugares calientes y doloridos. No podía creer que ya estuviera al borde de suplicarle que lo hiciera, de hecho.