Después de que Liao Xintong terminó de hablar, apresuradamente llamó —Abuelo Lu, abuela Lu, tía, lo siento mucho. Me emocioné tanto cuando vi a Gun Gun que olvidé saludarlos primero.
—Está bien. Toma asiento —sonrió la señora Lu—. Técnicamente hablando, no debería estar recibiendo a Liao Xintong en casa hoy. Eso sería una falta de respeto hacia Su Bei.
No obstante, Su Bei tampoco estaba respetando a la familia Lu. La señora Lu ya le había dado muchas oportunidades de renunciar a su carrera.
Con Liao Xintong presente, era bueno darle a Su Bei algo de presión.
La señora Lu siempre había sido hábil en el mundo de los negocios. Naturalmente, su habilidad para manipular a las personas estaba a la par con otros.
—Si no hubieras venido, habría olvidado enviar a Gun Gun a tu lugar hoy —la señora Lu sonrió y dijo:
— Gun Gun, ven rápido y saluda a tu tía.
Gun Gun estaba comiendo su postre seriamente. Levantó la mirada y saludó —Tía.