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—Su Bei ganó esos 50 millones de la Plaza Jingbei, y una parte de ello era de su propia remuneración —ella había querido usar esta oportunidad para dárselo a Lu Heting.
—Pero, ¿cuál era el valor neto del señor Lu? Ella recordaba haber leído sobre ello en revistas financieras —había demasiados dígitos en la cifra y ella no los contó cuidadosamente.
—¿Era ridículo de su parte querer darle a Lu Heting un cheque por valor de 50 millones? —Los labios de Su Bei se curvaron en una sonrisa—. Está bien, no te lo daré...
—Lo quiero —extendió la mano Lu Heting—. Dámelo.
—¿De verdad? —preguntó Su Bei.
—Sí, ¿cómo no voy a querer algo de mi esposa? —Lu Heting bajó su cabeza y sostuvo su cara—. Su voz era baja y suave —. Quiero todo de mi esposa.
—Su Bei se sonrojó.
…
—En un hotel no muy lejos del Jardín de Bambú, se estaba celebrando la ceremonia de compromiso de Tang Yue y Du Jinghao.