—¡Solo porque tu esposa no regresó, me estás impidiendo encontrar una esposa encantadora! ¡Es tan injusto! —Gun Gun se secó las lágrimas y pateó con frustración sus cortas piernas.
—Como tu tío, quiero ayudarte, ¡pero mereces ser castigado! ¿Por qué mencionaste a su esposa? —Lu Weijian golpeó la frente de Gun Gun, dándose cuenta de que todo este alboroto era por su cuñada. Dejó la habitación después de que Lu Heting lo hizo.
—¡Weijian, sal! —Lu Heting gritó desde fuera de la habitación.
Lu Weijian se asustó tanto que salió corriendo, aclarado tras la puerta—. Hermano, ¿arruinó Gun Gun tu encuentro con mi cuñada? Solo quería verla. Parecía tan desdichado que cedí, pero no esperaba...
—Ella no tenía idea de que Gun Gun existía —interrumpió Lu Heting, asestándole una dura patada.
Al escuchar eso, Lu Weijian se quedó paralizado. ¿Cómo era posible que su cuñada no supiera acerca de la existencia de Gun Gun? ¡Realmente había cometido un gran error!