Sun Man no tenía muchos vestidos que pudiera permitirse ahora. Después de haber sido completamente salpicada por Su Bei, estaba extremadamente enfadada. —¡Su Bei, qué estás haciendo? ¿Sabes lo caro que es mi vestido? ¿Quieres aparecer en la lista de temas candentes?
—Así que tu vestido vale mucho dinero, ¿pero la ropa de los demás es barata? Cuando tú deliberadamente salpicaste vino sobre otros, ¿por qué no pensaste en lo caras que son sus prendas? Si aparezco en la lista de búsquedas populares, que así sea —respondió Su Bei.
Sun Man no tenía nada que decir y solo podía tragarse sus quejas. —¿Entonces ya me puedo ir?
—Espera —llamó Su Bei y le quitó el teléfono de la mano.
Sun Man había usado este teléfono para tomar una foto en secreto de Su Bei hablando con el joven maestro.
—¡Su Bei, qué estás haciendo! —Sun Man dijo sorprendida.
