"Sin embargo, Su Bei no llevó ninguna medicina con ella hoy.
—Oh, Sr. Lu, recuerdo que todavía tengo algo de trabajo por hacer. Por favor, déjeme bajar aquí —suplicó, tratando de mantener sus ojos y delicadas cejas tranquilas—. No podía mostrar ni la más mínima señal de dolor delante de él.
Lu Heting detuvo el coche con suavidad.
Su Bei le saludó con la mano y dijo:
— Hasta luego, Sr. Lu.
Su voz, que se elevó con viveza, hizo que el corazón de Lu Heting saltara un latido.
Mirando su esbelta espalda desvaneciéndose, volvió a arrancar el coche y siguió adelante.
Luego sacó el teléfono, marcó un número y dijo:
— Quiero el horario de un conductor y una pequeña casa en una comunidad común.
Como a ella le gustaba él como conductor, entonces él podía serlo.
Su Bei fue a una farmacia y compró medicina. Luego se sentó cerca de la puerta.
Cuando pensó en Da Bao, sus labios dibujaron una sonrisa gentil.
Sacó el teléfono y lo llamó.
Da Bao contestó el teléfono inmediatamente. Él dijo con voz fría:
— Xiao Bei.
—Da Bao, Xiao Bei te extraña mucho. Aunque solo hemos estado separados por un corto tiempo, se siente como una vida entera. ¿Tú también me extrañas? —Su Bei dijo suavemente con una luminosa sonrisa en su cara.
—¿En serio? Pero nos enviamos mensajes por WeChat todos los días —replicó Da Bao—. La forma en la que hablaba era exactamente la misma que Lu Heting. Ambos eran indiferentes pero un poco cálidos.
Ah, no. Lu Heting no era cálido. Era solo su imaginación.
—Pero los mensajes no son suficientes. Son fríos. Quiero escuchar tu cálida voz todo el tiempo —refunfuñó Su Bei.
Da Bao aún sonaba muy calmado cuando dijo:
— En realidad, yo también te extraño. Tu voz también es muy agradable al oído."
—No suenas sincero ni entusiasta en absoluto.
—Te extraño mucho. Te extraño mucho, mucho. ¿Está bien ahora? —La voz de Da Bao volvió a salir por el teléfono.
Su Bei asintió.—Bueno, eso servirá. Por cierto, sé un buen chico cuando estés con Mamá Moli, ¿vale? Siempre hazle caso. Vendré a buscarte pronto.
—¿Lo has conocido?
—Sí, lo he hecho. Es tan guapo y elegante, igual que tú, Da Bao, —respondió Su Bei con tono alegre—. Pero había preocupaciones enterradas en lo más profundo de su corazón. Ya había visto a Lu Heting, pero aún no había descubierto lo que quería saber.
Lu Heting no dio ninguna pista.
«Pero está bien. Haré todo lo posible y pasaré más tiempo con él.», se consoló.
—¿Es tan guapo como yo? —preguntó Da Bao.
—No, no, no. Me he equivocado. No es tan guapo como tú. Es casi tan guapo como tú. —Su Bei se cubrió la boca.
—Xiao Bei, tal vez él es un buen hombre. Creo que tienes que centrarte en si está casado o no y si tiene otras mujeres. —La voz de Da Bao era tan decisiva y clara como siempre.
—¿Por qué lo dices? —Su Bei preguntó con una sonrisa.
—Primero, ha estado trabajando en el digno Grupo Lu durante muchos años. Solo prueba que tiene una mentalidad estable. Segundo, tiene un hijo como yo. Por supuesto, es por tus excelentes genes, Xiao Bei. Pero no podemos negar el hecho de que sus genes también son indispensables en este aspecto.
Su Bei se divirtió con el tono serio de Da Bao. Sonaba justo como su padre, Lu Heting.
Basándose en sus teorías, Lu Heting era totalmente confiable.
—Tercero, he comprobado y he encontrado que nunca ha estado involucrado en peleas, apuestas y robos en la comunidad durante los años.
Y cuarto, mi intuición.
Su Bei no pudo resistirse a reírse de las palabras de Da Bao. Después de un rato, dijo en voz baja, —Da Bao, tu juicio es muy razonable. Sin embargo, si ya estuviera casado, solo significaría que vamos a tener dificultades en el futuro porque tendremos que cuidar de nosotros mismos por nuestra cuenta.
—Eso no es un problema, —dijo Da Bao con un tono decidido—."