Talia puso algo de distancia entre ella y James, confirmó que no había nadie más cerca, y cerró sus ojos.
—Lis, necesitamos hacer esto juntas —Talia habló con el antiguo espíritu.
Liseli sabía lo que Talia estaba planeando. —Drenará tu energía.
—No completamente —dijo Talia—. Esas instrucciones fueron dadas por los Guardianes, que tenían menos poder que nosotros.
Talia era la Alfa más poderosa, y estaba bastante segura de que estaba entre los Guardianes más fuertes. La marca de Damon le daba un impulso adicional, y Talia estaba determinada a probar sus límites.
Talia rezó en silencio para no llegar demasiado tarde y para que esto no empeorara las cosas.
Ella estaba embarazada y no quería correr riesgos innecesarios, pero Damon estaba en peligro, y si no hacía todo lo que estuviera en su poder para arreglar la situación, lo lamentaría para siempre.