Damon fue rápido en jalar una silla para Talia y en empezar a amontonar comida en su plato en cuanto ella tomó asiento. Ella sonrió impotente hacia su Alfa, sabiendo que este era su impulso de proveer para su compañera.
Talia sabía que significaba mucho para Damon alimentarla, y no tenía el corazón para recordarle que no puede hacer eso durante el almuerzo o la cena porque otras personas estarán mirando, y su comportamiento atento sería una revelación de que eran compañeros.
Por petición de Damon, Damon y Talia fueron asignados para sentarse en la misma mesa durante las próximas ceremonias y Talia consideró hacer cambios a esos arreglos. Rápidamente descartó esa idea porque Damon explotaría si algún hombre se acerca a hablarle.