El ceño fruncido de Damon se suavizó un poco, pero no quería ceder fácilmente. —Anunciaste que eras mi pareja cuando llegamos aquí. Si el impostor habló con alguien de esta manada, sabrá que somos compañeros.
—No asumamos cuánto sabe. ¿No me enseñaste a no revelar más de lo necesario? —replicó Talia—. Por favor, Damon. Axel estará conmigo y te contaremos todo. No será demasiado tarde para que hables con el tipo en otro momento.
—Yo también estaré allí —intervino Yasmin.
—No estoy de acuerdo —dijo Talia con sequedad.
Yasmin no estaba dispuesta a quedarse atrás. —No es un secreto que soy la compañera de Axel.
—Cierto. Sin embargo, nadie sabe que eres una bruja. El tipo tuvo los medios para disfrazarse y llegar al centro de la Manada de Guardianes de la Medianoche. ¿Quién sabe qué más puede hacer? —terminó Talia con una pregunta y miró a Axel, que asentía en acuerdo.