—¿Cómo estás? —preguntó Maya a Talia cuando entró en la habitación.
—Estoy bien —dijo Talia. Estaba lejos de estar bien, pero no quería hablar de eso.
Desde que Cornelia se fue, Talia caminaba de un lado a otro por la habitación, desgarrada entre la razón que le decía quedarse quieta y las emociones que la urgían a ir a Damon.
Al ver a Maya en la habitación, Talia quería preguntarle sobre la situación con Damon, pero ya sabía lo que había pasado durante la cena porque los había visto a través del video de seguridad, y Talia no podía obligarse a continuar viendo lo que estaba pasando en el jardín aunque las cámaras tuvieran visión nocturna.
Si algo había pasado entre Damon y Marcy, antes de que la poción surtiera efecto, Talia no quería saberlo. ¿Y si la dosis no fue suficiente para Damon? ¿O si no fue efectiva en absoluto?