Talia reprimió el tsunami de emociones y se volvió para mirar a Meg y Kai. —¿Y ahora qué?
Kai respondió —Uno de nosotros vendrá cuando sea seguro traerte más comida y noticias pero prepárate para que puedan pasar días. No podemos arriesgarnos a que alguien sospeche que estás aquí.
—¿Cuántas personas saben sobre este lugar? —preguntó Talia.
—Somos yo, Meg, Tyler y Axel. Encontramos este lugar hace años y veníamos aquí de vez en cuando para pasar el rato. Era como nuestro escondite. Meg y yo usamos este lugar cuando queremos soledad durante una carrera —Sus ojos se desviaron hacia Meg, quien le sonrió al recordar algunas escenas traviesas.
Kai se aclaró la garganta y continuó hablando con Talia —Nunca percibí ningún otro olor. Pero por si acaso... mantente aquí atrás. Los Alphas no alertarán a todos sobre tu ausencia, pero alguien te estará buscando.