—Talia no podía creer que Damon estuviera de humor para bromear. ¿O estaba coqueteando? —¿No puedes evaluar la gravedad de la situación?
—Damon se rió entre dientes—. Ya te lo dije. Nadie importa más que tú, gatita. La única restricción que tengo es no revelar que somos compañeros. Aparte de eso, puedo hacer lo que quiera, incluyendo mandar a Marcy y su grupo de payasos a volar. De todos modos no los quería aquí.
Damon tocó la punta de la nariz de Talia con su dedo índice, y tuvo que recordarle—. Fuiste tú y tu lobo quienes exigieron que les permitiera venir aquí.
—Talia bajó la cabeza inculpada. Damon tenía razón.
Damon tocó su barbilla, obligándola a mirarlo—. Cuéntame qué pasó, para tener contexto cuando los eche de aquí. ¿O debería ver las grabaciones de seguridad?
Talia estaba confundida por la actitud despreocupada de Damon. Realmente quería que Marcy se largara, pero... —¿Y si el Alfa Edward causa problemas?
