—Damon y Talia casi habían terminado con la comida cuando Talia preguntó:
— ¿Cuándo volverá Caden?
—Damon frunció el ceño—. ¿Lo extrañas?
Talia no podía creer lo posesivo que era.
¿Estaba hablando en serio?
—No yo. Maya. ¿No notaste que estaba decaída porque extraña a Caden?
—Por supuesto, él lo notó—. ¡Eso era el castigo de Maya por actuar contra su Alfa y poner en peligro a su Luna! Damon no quería decir esto en voz alta, por temor a que Talia no lo aprobara.
—¿Sientes lástima por ella?
—Sí —respondió Talia de inmediato—. ¿Puede regresar Caden? En vez de que esté una semana lejos de Maya, tal vez él y Maya pueden hacer una serie de pequeños viajes juntos para que puedan encargarse de ese asunto y cumplir con sus deberes como Betas.
—Damon arqueó una ceja a Talia—. No solo se sentía mal por Maya, sino también encontró una solución para hacer feliz a todos.
Todas esas eran características de una Luna. Una muy buena Luna. Su Luna.
—Damon sonrió—. Estabas pensando en esto.